Sangre De Campeon Sin Cadenas

El papa parecía un loco salido del manicomio, sus hijos preocupados le preguntaron donde había estado, él les contesta que estaba bien y que les tenía una noticia que había renunciado. Owin le dice que entonces con que comerían? Él decía que se tenía que ir de allí, Owin dice y como si siempre hemos vivido aquí, los muebles. Él les dice que debía once meses de arrendo y que los muebles eran viejos. Que empacaran pronto. Ellos empezaron a empacar, cuando su padre vio los regañó y les dijo que eso era mucho que llevaran lo necesario. Owin se asomó a la habitación de su padre para ver qué era lo que el empacaba en ese momento se da cuenta que habían herramientas con el sello de la fábrica, Beky le pregunta que era eso? Eres un ladrón? Beky se enoja mucho, pero su papa para tratar de calmarla le dice que sus jefes son unos pillos que lo hubieran mandado sin dinero para la casa entonces por eso el mismo se cobró la liquidación. Los muchachos se extrañaron mucho pues su papa nunca había sido así. Al rato salían los tres de la casa y tomaban el autobús, se tendrían que olvidar de una vida feliz que habían tenido con su madre, renunciaban a los recuerdos y obedecían a su padre. Los dos jóvenes tenían ganas de llorar pues dejaban muchas cosas atrás, las emociones de temor, tristeza y coraje estaban en sus corazones. El autobús paraba recargaba gasolina, los pasajeros estiraban sus piernas y el camino continuaba, ya llevaban 36 horas de viaje y Beky saco el cuaderno de su madre y decía:

El radar de las emociones: En los cursos he aprendido que la vida es como conducir un automóvil si acelero en momentos de oscuridad y tormenta puedo tener un accidente, por esos debo manejar con habilidad y atención.

Los hermanos se miraron y miraron a su padre que trataba de dormir

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En los momentos difíciles debemos frenar un poco y así se desvían los obstáculos. Las emociones se reflejan en un radar me hacen bajar la velocidad y analizar el camino, no todas las emociones son malas.

El miedo me permite detectar el peligro y huir de él.

La culpa me lleva a reconocer los errores, y cambiar para no equivocarme.

La sensación de ignorancia me lleva a estudiar y crecer.

El orgullo me ayuda a amarme a mí misma, defender mis derechos.

La ira me rebela

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