Sistema Bolivariano

Participación de los estudiantes en los consejos comunales y proyecto comunitario.

LA UNIVERSIDAD COMO INSTRUMENTO SOCIOECONÓMICO DE CLASES. LA NUEVA UNIVERSIDAD COMO INSTRUMENTO QUE CONTRIBUYE EN LA TRANSFORMACIÓN DE LAS SOCIEDADES DE CLASES, EN SOCIEDADES SIN CLASE.

En las sociedades divididas en clases la educación es un instrumento de dominación ideológica por parte de la clase poderosa sobre las demás clases. El sistema de educación de una determinada sociedad es sin duda el pilar fundamental en lo referente a la subjetividad de esta, la ideología imperante en esencia es generada y soportada desde su contenido, su metodología y la relación de esta (la educación) con el ser y su existencia, siendo estos elementos un reflejo de la forma como se organiza la sociedad en lo referente al poder

En un comienzo se dio la unificación de hombres y mujeres en una primera forma de organización social conocida como la comunidad primitiva en la cual se estableció la asociación entre iguales para la producción social, sustentada en la libertad del ser humano frente a la tierra como medio de producción. Con el desarrollo de las primeras herramientas y técnicas que incrementaron la producción, aparece el excedente y con la apropiación del mismo comienza a darse la división de la sociedad en clases. Donde un grupo social domina al otro, se apropia de la tierra y lo expropia de su condición humana y de su derecho a pensar. El proceso anterior derivó en las primeras sociedades divididas en clases y el surgimiento del Estado, como instrumento de opresión de una clase sobre otra.

El Estado precisa de diferentes órganos e instrumentos que le permitan cumplir su función, de manera que para que los oprimidos asuman el orden establecido se establece un marco legal que comprende los parámetros que rigen la sociedad, y junto con esto, unas fuerzas armadas, policiales, sistemas carcelarios y el aparato judicial que garantizan por la fuerza el cumplimiento de dichos parámetros sociales.

En toda sociedad dividida en clases, en el marco de las relaciones sociales de producción, existe la división social del trabajo, es decir, el privilegio de desarrollar su potencial intelectual queda para los estratos superiores en la sociedad, mientras que a las clases explotadas les queda el trabajo físico, y usualmente son también excluidos del sistema educativo cohibiendo su desarrollo intelectual.

De esta manera, en el esclavismo el papel de la educación era sentar la idea de que el esclavo no era un ser humano, negando el hecho de que pensaba y sentía, en el capitalismo el papel de la educación es afianzar, las relaciones sociales de producción y de distribución por tanto la división social del trabajo, el interés material individual como estímulo del trabajo y sobre todo debe afianzar la propiedad privada sobre los medios de producción como un derecho del hombre y la mujer y no como instrumento de explotación y apropiación del trabajo ajeno.

Todo sistema de dominación, la alienación o la subordinación ideológica, busca formar individuos autosuficientes para el sistema, es decir que por una parte, reproduzcan en toda acción la ideología de las clases dominantes y por otro lado, cuando algún disidente del orden existente intente liberarlo ideológicamente, este lo enfrente con las ideas de los opresores. Entonces tenemos trabajadores que defienden el “derecho” de los patrones de apropiarse de parte de su trabajo por ser dueños del medio de producción, o estudiantes que defienden el derecho de los profesores de tomar todas las decisiones en los colegios, liceos y universidades porque supuestamente ellos son los que saben.

Ahora bien cuando las clases dominadas toman el estado, lo transforman en función de sus intereses, de manera que este pasa a ser un instrumento de liberación de las clases oprimidas, entonces a partir del estado revolucionario se realizan las transformaciones en la estructura económico-social.

La base social del actual estado en descomposición es fundamentalmente clase media, es decir un sector que responde ideológicamente a los intereses de las clases dominantes (la pequeña burguesía), de ahí que éste se niegue a cualquier tipo de transformación estructural en función de los intereses del pueblo.

La educación es la estrategia fundamental de las clases sociales dominantes para formar ideológicamente a las clases dominadas en función de reproducir “pacíficamente” el sistema de dominación, su implementación en la práctica, se ejecuta a través del sistema educativo que abarca la formación académica, institucionalizada desde el maternal hasta el postgrado, los medios de comunicación, la practica social productiva, el sistema de recreación y la práctica religiosa entre otras. De la base social de la educación emana su carácter ideológico.

En este sentido los estudiantes debemos hacer un planteamiento coherente, que unifique a todas las fuerzas del sistema educativo que abarca la formación académica, institucionalizada desde el maternal hasta el postgrado, porque se impulse un cambio de la clase social en el estado para que allá una transformación profunda, donde se entienda que el estudiante produce ciencia, conocimiento, pero que además y es fundamental comprender que la educación parte de la práctica y desde ahí junto con los trabajadores construimos la educación desde el trabajo, es decir la educación liberadora.

La capacitación, la innovación, la novedad son parte del nuevo sistema educativo que los maestros individualmente tiene que practicar para la nueva formación de los hijos de la revolución.

ANÁLISIS DEL FENÓMENO EDUCATIVO DURANTE EL SIGLO XX. INCIDENCIA DE LAS POLÍTICAS EDUCATIVAS PUESTAS EN PRÁCTICA DURANTE LAS ÚLTIMAS DÉCADAS DEL SIGLO XX DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE.

A grandes rasgos, es posible afirmar que en las últimas décadas del siglo XX las políticas educativas, a veces concretadas en reformas y otras en acciones –u omisiones– de la administración del Estado, ha introducido un ‘cambio de lógica’. Se transita desde el modelo moderno universalista e integrador dirigido a la formación de ciudadanos, centrado en el papel del Estado como garante de la igualdad de oportunidades educativas, a un modelo más individualista y diferenciador, dirigido a la formación de trabajadores-productores y centrado en el papel del mercado como garante de la libertad de elección de unos consumidores de servicios educativos entre ofertas diferenciadas. Esta transición se concreta en los diferentes niveles interrelacionados, desde los más generales (políticas y nuevos actores

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