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Enviado por   •  6 de Octubre de 2012  •  2.946 Palabras (12 Páginas)  •  374 Visitas

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EL RENACIMIENTO DEL COMERCIO

EL MEDITERRÁNEO

Continuación del comercio mediterráneo en la Italia bizantina.

La irrupción del Islam en la cuenca del Mediterráneo en el siglo VII había cerrado dicho mar a los cristianos, pero no a todos. Sólo el mar Tirreno se había convertido en un lago completamente musulmán, no así las aguas de Italia del sur, del Adriático, ni del mar Egeo. En aquellas regiones las flotas bizantinas habían logrado rechazar la invasión árabe.

Las ciudades del sur de Italia, Nápoles, Gaeta y Amalfi; Salerno ubicada al oeste y Bari al este, siguieron reconociendo al emperador de Constantinopla. Otro tanto hizo Venecia en el norte del Adriático.

Si bien las relaciones políticas del Imperio con sus anexos italianos no eran muy activas, en cambio mantenía con ellos un comercio muy intenso. El abastecimiento de Constantinopla cuya población ascendía a cerca de un millón de habitantes, daba vida a sus exportaciones. Las fábricas y los bazares de dicha capital les proporcionaban en cambio, las sedas y las especias, de las que no podían prescindir.

Mientras esto sucedía en las ciudades italianas, el resto de Europa occidental mostraba un panorama en que el comercio internacional no existía y los intercambios se restringían a las innumerables ferias locales, donde se comerciaban los productos de las áreas cercanas.

Comercio de Italia bizantina y de Venecia con el islam

El espíritu de empresa y la codicia eran en aquellas ciudades demasiado poderosas y necesarias para que se negaran, por escrúpulo religioso, a mantener sus antiguas relaciones

Desde fines del siglo IX se les vio esbozar con ellos relaciones cada vez más activas. El afán de lucrar, que la Iglesia condenaba bajo el nombre de avaricia, se manifestaba ahí de la forma más brutal. Los venecianos exportaban hacia los harenes de Siria y Egipto jóvenes esclavas que iban a raptar o a comprar en la costa de Dalmacia. A ello hay que agregar el transporte de maderas de construcción y de hierro, materias de las que carecían los países islámicos. No es difícil pensar que dichas maderas y hierro se utilizaron entre otros fines, para construir barcos y armas que se empleaban contra los cristianos. Aunque el Papa amenazó con la excomunión a los vendedores de esclavos cristianos y no obstante que el Emperador prohibió que se proporcionasen a los musulmanes objetos que pudieren serles útiles en guerra, todos sus esfuerzos resultaron inútiles.

Venecia y el imperio bizantino

se puede decir que desde fines del siglo XI, se empieza a detectar un monopolio casi excluisvo de los transporte en todas las provincias de Europa y de Asia que aun poseían los soberanos de Constantinopla . de aquí en adelante los venecianos quedan exento, en todo el imperio, de toda clase de tasas comerciales y, por lo tanto, gozan de una situación mas favorables que las de los propios súbditos del Basileus

EL MAR NORTE Y EL MAR BALTICO

Los dos mares interiores qu bañan las costas de Europa septentrional, los mismo que con el mediterráneo, con el cual hacen juego, bañan sus costas meridionales, presentan desde a mediados del siglo XI hasta a fines del siglo XI un espectáculo que, si bien difiere profundamente, no deja de tener sin embargo cierto parecido con el, sin embargo ofrece una actividad marítima y comercial que nos proporciona un contraste con la economía agrícola.

LAS INCURSIONES NORMANDAS.

El Imperio Carolingio, desprovisto de flota, no había podido defenderse contra la irrupción de los bárbaros del norte. Su debilidad fue muy explotada por los escandinavos que, durante más de medio siglo, lo saquearon metódicamente y penetraron en él no solo por los estuarios de los ríos del norte, sino también por los del Atlántico.

Sin embargo, no hay que representarse los normandos como simples saqueadores. Dueños del mar, muchas veces combinaron el saqueo con el comercio, y es más, desde fines del siglo IX dejaron de saquear para convertirse en mercaderes.

LA EXPANSIÓN COMERCIAL DE LOS ESCANDINAVOS.

La expansión comercial escandinava no estuvo orientada exclusivamente hacia el occidente europeo. Si bien los daneses y noruegos se echaron sobre el Imperio Carolingio, Inglaterra, Escocia e Irlanda, en cambio, sus vecinos suecos se dirigieron hacia Rusia. Los suecos desde mediados del siglo IX establecieron a lo largo del río Dnieper y de sus afluentes, campamentos similares a los que daneses y noruegos construyeron en la misma época en la cuenca de los ríos Escalda, Mosa y Sena.

En estos gorods instalaron primero sus bases para el saqueo de los pueblos cercanos, que luego les sirvieron para practicar una economía de intercambio. A través del Dnieper desarrollaron con Rusia un comercio de miel, pieles y esclavos que luego vendían en Constantinopla y en el Califato de Bagdad. A su vez, obtenían de esas regiones, especias, vinos, sedas y orfebrería que luego llevaban al Báltico.

EL RENACIMIENTO DEL COMERCIO

Era imposible que Europa continental no sintiera desde un principio la presión de los dos grandes movimientos comerciales que se manifestaban en su periferia, uno en el mediterráneo oriental y el otro en el Báltico y el Mar del Norte.

Primeras relaciones comerciales económicas de Venecia con el Occidente.

Desde su fundación Venecia había tenido que vender a sus vecinos del continente la sal y los pescados que le proporcionaba el mar, a cambio de trigo, vino y grano que no podía procurarse de otra forma. Estos intercambios primitivos fueron creciendo: Desde fines del siglo IX incorporaron el territorio de Verona y el valle del Río Po, que les proporcionó una vía para penetrar en Italia. Hacia el siglo X sus relaciones se extendían a otros puntos del litoral y del interior: Pavia; Rávena; Cesena; Ancona.

La iglesia y los mercaderes

La situación de Pisa y Génova.

La fe religiosa desempeñó un papel importante en la ofensiva que pisanos y genoveses emprendieron contra el Islam a partir del siglo XI. En ellos, el odio al infiel se mezcló con el espíritu de empresa y los impulsó a arrebatar a los sarracenos el dominio del mar Tirreno.

La lucha entre las dos religiones que ahí se enfrentaron fue continua. Al principio siempre fue favorable a los musulmanes

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