Bajo La Misma Luna

Bajo la misma estrella está narrado por Hazel Grace, una chica con un cáncer terminal que le afecta a los pulmones. Los médicos han logrado encontrar un medicamento que por el momento hace que las células cancerígenas de Hazel se mantengan estables y no aumenten, por lo que puede hacer un vida más o menos normal. Aunque, eso sí, para poder respirar debe estar las 24 horas del día conectada a un carrito que le proporciona oxígeno. A pesar de eso, puede que el medicamento tarde o temprano deje de hacer efecto. Y si algo tiene claro Hezel, es que no vivirá mucho tiempo.

“Había dedicado buena parte de mi vida a intentar no llorar delante de las personas que me querían, así que sabía lo que estaba haciendo. Te dices a ti misma que si te ven llorando, sufrirán, y solo serás tristeza para ellos, y no debes convertirte en mera tristeza, así que no llorarás, y te dices todo esto a ti misma mirando al techo, y luego tragas saliva, aunque la garganta no la deje pasar, y miras a la persona que te quiere y sonríes.”

Para contentar a su madre, Hazel junto a su amigo Isaac (que también tiene cáncer) asisten a un grupo de apoyo de la iglesia donde se reúnen jóvenes enfermos. Es allí donde un día conoce a Augustus, un chico que debido al cáncer solo tiene una pierna. Lo de Hazel y Agusustus podría decirse que es un flechazo, pues nada más conocerse se sienten atraídos el uno por el otro. Poco a poco entablan amistad, comparten aficiones como la lectura, la poesía o la música, e irremediablemente acaban enamorados el uno del otro. La historia de amor es predecible, aun así no ha dejado de ser bonita y muy enternecedora. Augustus, o Gus para los amigos, es un chico casi perfecto: guapo, simpático, inteligente, divertido… y sí, le falta una pierna, pero eso no es nada grave. No llegamos a conocerlo tan a fondo como a Hazel, pues el libro está narrado por ella y a través de su punto de vista. A pesar de esto, poco a poco nos daremos cuenta de que Gus no es un chico tan seguro de sí mismo como aparenta y que también tiene sus miedos y secretos. Por otro lado, Hazel es una chica fuerte y valiente que tiene muy asumida su enfermedad. Tiene tan claro que no llegará a adulta que no concibe realizar planes a largo plazo, ella vive el presente. A pesar de que Hazel no quiere que el cáncer domine su vida, constantemente está recordándose tanto a si misma como a sus familiares que se está muriendo, y aunque no suele autocompadecerse la he notado muy resignada. “–Que soy como… como una granada, mamá. Soy una granada y en algún momento explotaré, así que me gustaría que hubiera el menor número de víctimas posible, ¿vale? […] Lo único que quiero es mantenerme alejada de la gente, leer libros, pensar y estar con vosotros, porque a vosotros no puedo evitar haceros daño. Estáis demasiado involucrados. Así que dejadme hacerlo, por favor, ¿vale? No estoy deprimida. No necesito salir más. Y no puedo ser una adolescente normal, porque soy una granada.”

Es un libro bastante corto y con un ritmo muy ágil, se lee en un suspiro. La historia tiene sus momentos alegres, románticos, algunas partes que te hacen soltar una carcajada… y también sus momentos duros y desagradables. Es una novela cargada de reflexiones que harán pensar al lector y que no dejará indiferente a nadie. Ambos saben que su amor no durará tanto como el de otros, y por eso tratarán de exprimirlo al máximo.

A pesar de que el medicamento que usa Hazel realmente no existe, los demás detalles del libro son muy realistas. John Green no se anda con rodeos y nos habla abiertamente de las enfermedades de los protagonistas, de sus recaídas, de sus días buenos y de los momentos más duros, poniéndonos en la piel del enfermo. En definitiva, es un libro con una historia muy tierna y un trasfondo bastante duro. El libro me ha gustado bastante, es precioso y te hace reflexionar, pero no ha llegado a entusiasmarme tanto como a mucha otra gente. Al final me dio la impresión de que el propósito era hacer llorar desconsoladamente al lector (creo que me pasé las últimas 50 páginas llorando),

"La culpa, querido Brutus, no es de nuestras estrellas, sino de nosotros mismos, que consentimos en ser inferiores"

Esta es la frase por la cual este libro recibe su título, y debo decir que no podría haber tenido un título mejor Bajo la Misma Estrella (The Fault in Our Stars en ingles) es un libro que quería leer desde hace mucho tiempo, no solo por todo lo que había leído acerca de él, sino por todo lo que la sinopsis despertaba en mí y porque mi intrigaba mucho la escritura de John Green, así que en cuanto pude conseguirlo no dude en comenzarlo, y decir que ame, adore y me encanto sería poco, ya que cumplió con todas mis expectativas y me dejo, como dice en la portada, queriendo mas.

El libro esta contado desde el punto de vista de Hazel, un chica de dieciséis años, que sufre de cáncer y edema pulmonar, por lo que siempre debe cargar con un carrito de oxigeno (al que cariñosamente llama Philip), y la historia nos

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