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Basta De Historias Resumenes


Enviado por   •  8 de Abril de 2013  •  4.748 Palabras (19 Páginas)  •  561 Visitas

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India: ¿la nueva superpotencia mundial?

El centro de estudios a largo plazo de la CÍA— había pronosticado que India será la tercera potencia mundial en 2020, después de Estados Unidos y China. ¿Qué había llevado a los sesudos analistas de la CÍA, y a tantos analistas de Wall Street, a hacer semejante pronóstico?.

Montek Singh Ahluwalia, el ministro de Planeamiento de la India admitió que es horrible el aeropuerto de Nueva Delhi al igual que las rutas. El gobierno reconoce que la infraestructura es el mayor problema que tiene la India.

Sin embargo, la realidad de la India era mucho más esperanzadora de lo que sugerían sus aeropuertos y caminos, la economía estaba pasando por un momento floreciente. El crecimiento económico en los últimos años había promediado un 8.8 por ciento anual, el doble del de Latinoamérica, y —más importante aún— el país había sacado de la pobreza a más de 100 millones de personas en los últimos 15 años, desde que había iniciado su apertura económica.

Y todo eso era apenas un adelanto de lo que el país prometía lograr en el futuro próximo. La India tiene una enorme ventaja en la economía del conocimiento del siglo XXI: una enorme población de ingenieros, técnicos y científicos sumamente preparados, que hablan el inglés y pueden vender sus servicios a una fracción de sus competidores en Estados Unidos y otros países industrializados. Los funcionarios indios decían, con base en las cifras de la población del país, que el 25 por ciento de la población india con el más alto nivel de cociente intelectual era mayor que toda la población de Estados Unidos. Así como China se había convertido en la fábrica de casi todos los bienes que se consumían en los países desarrollados, la India se estaba convirtiendo en la oficina donde se producían casi todos los servicios que estaba requiriendo el Primer Mundo.

La India se estaba convirtiendo en el cerebro del resto del mundo, creando no sólo empresas multinacionales de servicios de informática, sino también de contabilidad, ingeniería, diagnósticos médicos de rayos X, y todo tipo de servicios.

Hacia fines de la primera década del siglo XXI, la industria de servicios para empresas multinacionales de Estados Unidos y Europa ya representaba la mitad de la economía de la India, mientras que las manufacturas eran apenas el 17 por ciento. Según funcionarios indios, si la India lograba en los próximos cinco años alcanzar la meta de aumentar el sector de manufacturas para que signifique el 25 por ciento de la economía —un objetivo clave en su esfuerzo para sacar de la pobreza al 27 por ciento de la población que todavía vivía bajo la línea de pobreza— el país empezaría a crecer a tasas mayores que las de China.

Una de las grandes diferencias entre el desarrollo de China y la India es que los chinos habían invertido fuertemente en el desarrollo de la infraestructura, mientras que la India lo estaba haciendo en el desarrollo humano. «El gobierno chino siguió una estrategia, que les resultó muy buena, de construir obras de infraestructura mucho antes de lo que el país las necesitaba. En India, el gobierno no tenía tantos recursos, porque había menos ahorro interno. La fortaleza de la India es la capacidad humana, el carácter emprendedor de su población, y un sector privado muy fuerte, muy diversificado y muy innovativo. Entonces, nosotros hicimos con la educación lo que los chinos hicieron con la infraestructura: creamos más de lo que necesitábamos, mucho antes de lo que el país lo necesitaba.

Si la India no tenía más rascacielos ni modernos aeropuertos, eso se debía a que la democracia vibrante de la India hace más difícil que el gobierno expropie tierras o desaloje gente de sus viviendas, como lo hace habitualmente el régimen totalitario de China, sugirió el ministro. Esa misma semana, las violentas protestas campesinas de la provincia de Bengala Occidental habían obligado al gobierno a congelar los planes para erigir parques industriales allí, después de que varios manifestantes murieran en enfrentamientos con la policía.

El secreto del éxito de la India se debió, en parte, a que el país desde muy temprano hizo una apuesta fuerte —y muy controversial en su momento— por la calidad de la educación. Jawaharlal Nehru, el primer ministro de la India de 1947 a 1964 que inició la revolución tecnológica del país, privilegió las relaciones con la ex Unión Soviética e impulsó políticas domésticas estatistas y tercermundistas, Sin embargo, a diferencia de otros líderes socialistas de su época, Nehru estaba obsesionado en convertir a la India en una potencia de ía era espacial, y decidió crear una meritocracia educativa. Invirtió fuertemente en universidades técnicas de alta calidad, aunque fueran para una pequeña élite de los estudiantes más brillantes del país, y aunque eso significara invertir recursos que muchos educadores decían que eran necesarios para reducirla tasa de analfabetismo que todavía abarcaba a la mayor parte de la población del país.

Así, en 1951 se creó el primer Instituto Indio de Tecnología en Kharagpur, con un plan de estudios basado en el Massachussetts Institute of Technology (MIT), y numerosos profesores importados de esa casa de estudios estadounidense. En los años posteriores, se crearon los Institutos Indios de Tecnología de Mumbai, vinculados a universidades tecnológicas de la ex Unión Soviética; el IIT de Nueva Delhi, asociado con el Imperial College de Gran Bretaña, el de Madras, asociado con universidades alemanas, y en otras nueve ciudades, cada uno de ellos asociado a una universidad tecnológica de un país diferente.

A diferencia de las demás universidades, estos institutos tecnológicos no tenían el noble propósito de expandir la educación a la mayor cantidad de la población posible, sino escoger a los estudiantes más brillantes del país, y crear una élite tecnológica que pudiera competir con los países más avanzados del mundo. Los exámenes de ingreso a los IIT son, probablemente, los más exigentes del mundo. Según cifras oficiales, el Instituto Tecnológico de Nueva Delhi sólo admite a uno de cada 130 postulantes. Comparativamente, la Universidad de Harvard en Estados Unidos admite a uno de cada 10 postulantes. La dificultad en ingresar en los institutos tecnológicos de la India es tal, que los altos ejecutivos de las multinacionales indias suelen bromear que si sus hijos no logran ser admitidos en algún IIT en la India, los envían a Harvard.

Además de la inversión gubernamental en universidades de primer nivel, la India estaba creando una élite profesional de ingenieros y técnicos altamente globalizada gracias al gran número de estudiantes que realizaban estudios de posgrado en Estados Unidos y Europa.

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