Baudelaire: Correspondencias

Correspondencias

Charles Pierre Baudelaire nació en París, Francia, el 9 de abril del año 1821. Su padre, Joseph François, de 61 años al nacimiento de Charles, fue quien le enseñó a leer, escribir y pintar, y el niño lo adoraba como a un dios. Al morir su padre, Charles (de 6 años entonces) se sintió devastado. Más cuando su madre se volvió a casar a los pocos meses de haber muerto su padre. Al ir creciendo, Baudelaire se distinguió por ser muy solitario y por su rebeldía. A pesar de los continuados intentos de su madre y padrastro, Baudelaire insistió en ser escritor.

Baudelaire de adulto tuvo una vida extremadamente turbulenta y pintada sobre todo por sus textos pesimistas y negros y por sus relaciones con prostitutas. González Ruano dice de Baudelaire: “Fue un magnífico ejemplar de aprendiz de diablo con temor de Dios.”. Baudelaire, se dice, descubrió el alma de las cosas, y vivió en la angustia ante la verdad de su propia verdad. Esta angustia la tradujo a sus poemas, en los que se aprecia lo que es denominado angustia existencial. Como dice Gutiérrez, Baudelaire creía en “ese Mal, al que se sentía precipitado en todos o casi todos los actos de su vida.” (Baudelaire, 22) y representó a ese mal en, sobre todo, su libro más famoso: Les fleurs du mal o Las flores del mal. Baudelaire odia a la naturaleza y lo útil.

Podemos leer que Marcelo Ferrando Castro dice de él:

“Este odio tiene un fundamento muy claro y real. Baudelaire intenta crear una conciencia de elevar al hombre por encima de los valores vulgares, lo cual sería posible mediante la cultura y las artes. Cree en la autonomía de las artes, sin necesidad de subordinarse a otros valores, en este caso, los cotidianos. Lucha fehacientemente contra la ignorancia y la sociedad moderna.”

(Ferrando Castro, http://www.librosgratis.org/el-odio-de-baudelaire-en-las-flores-del-mal.html).

Por otro lado, a pesar de todo el odio de Baudelaire por la modernidad acechante, su poesía se caracteriza por ser romanticista con elementos modernos. Presenta una innovación. Baudelaire es considerado el primer poeta moderno de Occidente y, a la vez, el representante de la poesía en su estado más puro, esto es, sin inmiscuirse o dejarse influenciar por ideales políticos, morales o religiosos. En su trabajo podemos llegar a apreciar belleza en los más perversos sentimientos.

Su obra cumbre, Las flores del mal, se encuentra dividido en secciones, siendo las primeras dos una introducción al lector y, la segunda, la llamada “Spleen”. La primera parte se diferencia porque presenta la filosofía del autor a Baudelaire, establece cómo debe ser el lector y cómo debe ser un poema. Por otro lado, la segunda parte se diferencia por ser el ideal o el tedio. Baudelaire en esta segunda parte plantea que todos somos diferentes y que hay una infinidad de maneras para pensar y para ser.

Un poema perteneciente a la segunda parte de su libro es “Correspondencias”. Este poema está escrito en la forma de soneto, que es un intento de llegar a la perfección por parte de Baudelaire. El poema presenta la estética y el pensamiento de Baudelaire, y está constituido por mucho simbolismo. En sí, sólo el nombre de correspondencias parece constituir un símbolo. Baudelaire parece apoyó el neoplatonismo, que en parte divide al universo en dos mundos: el mundo real y el mundo de los sentidos. Parecería que Baudelaire los relacionó a su propia manera estableciendo que el mundo real le manda correspondencias al de los sentidos, al mismo tiempo que corresponde al mundo de los sentidos.

El poema “Correspondencias” o “IV” dice así:

Correspondencias

Naturaleza es templo cuyos vivos pilares

dejan salir a veces expresiones confusas;

por allí pasa el hombre entre bosques de símbolos

que lo observan con unas familiares miradas.

Igual que largos ecos de lejos confundidos

en una tenebrosa unidad muy profunda,

vasta como la noche, como la luz tan vasta,

se responden perfumes, colores y sonidos.

Hay perfumes tan frescos como carne de niño,

dulces igual que oboes, verdes como praderas,

y hay otros corrompidos ricos y triunfantes,

que se expanden lo mismo que cosas infinitas,

como el almizcle, el ámbar, el benjuí y el incienso,

que cantan los transportes del alma y los sentidos

En la primera estrofa, primer verso, leemos: “Naturaleza es templo cuyos vivos pilares”. Un templo es erigido como parte de la religión. La Naturaleza en sí misma comprende a la religión. La religión es un lugar en donde vivir, una manera de vivir. “por allí pasa el hombre entre bosques de símbolos / que lo

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