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ELOGIO DE LOS JUECES


Enviado por   •  19 de Agosto de 2012  •  1.283 Palabras (6 Páginas)  •  2.308 Visitas

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Es una obra de Piero Calamandrei, es un de las mas importantes del celebre tratadista italiano. El ELOGIO DE LOS JUECES constituye una indubitable aportación a la ciencia jurídica y a las relaciones entre los litigantes y los juzgadores.

Dividida en diferentes capítulos entre los cuales se encuentran:

I.-DE LA FE DE LOS JUECES PRIMER REQUISITO DEL ABOGADO

Un capitulo en el cual nos trata de explicar de que el abogado debe de tener en cierta manera la creencia en que el juez ara lo justo como el autor no lo explica en el libro cito a continuación ciertos ejemplos y pensamientos del escritor.

Quien comparece ante un tribunal llevando en su legajo en lugar de justas y honestas razones, recomendaciones secretas y ocultas peticiones, sospechas sobre la corruptibilidad de los jueces y esperanzas sobre su parcialidad, no debe asombrarse si, en ves de hallarse en el severo templo de la justicia cree encontrarse en un alucinante barracón de feria en el que cada pared es un espejo le restituye multiplicadas y deformadas, sus propias intrigas. Para encontrar la pureza de los tribunales, es necesario penetrar en su recinto con espíritu puro.

Nos menciona que el abogado modesto, siempre que este convencido de la justicia de su causa y sepa exponer sus razones con sencillez y claridad, se dará cuenta casi siempre de que los jueces cuanto mas evidente es la desproporción de fuerzas entre los contrarios, tanto mas dispuestos están , aun dedicando su admiración al de mas merito a proteger al menos dotado.

Nos dice que el estado siente como esencial el problema de la elección de los jueces por que saben que les confían un poder mortífero que mal empleado puede convertir en justa la injusticia. El juez es el derecho hecho hombre

Nos termina diciendo. Soy de los que siguen creyendo que para hacerse dar la razón por el juez, no hay mas que respetar las reglas procesales; vestir la toga y dirigirse a el en voz alta , en la audiencia , de modo que todos oigan ; no visitarlo en su casa para hablarle a solas o esperando en el pasillo para murmurarle algunas palabritas al oído.

II.-DE LA URBANIDAD (O DE LA DISCRECIÓN) EN LOS JUECES.

Capitulo en el cual nos trata de explicar la forma que se cree mas conveniente para que el abogado se conduzca en su elocuente discurso ante el juez.

Seria conveniente que entre las varias pruebas que los candidatos a abogados hubiesen de superar con el fin de ser habilitados para el ejercicio de la profesión, se comprendiese también una prueba de resistencia nerviosa, como la que se les exige a los aspirantes a aviadores. No se puede ser un buen abogado quien esta siempre a punto de perder la cabeza por una palabra mal entendida o que ante la villanía del adversario solo sepa reaccionar recurriendo al tradicional gesto de los abogados de arrojar el tintero para aventárselo. la noble pasión del abogado debe ser siempre consiente y razonable ; tener tan dominados los nervios , que sepa responder a la ofensa con una sonrisa amable y dar las gracias con una correcta inclinación al presidente autoritario que le priva del uso de la palabra.

Nos indica que cuando el abogado, hablando ante el juez tiene la impresión de que la opinión de este sea contraria a la suya no puede encararse directamente con el como pudiera hacerlo con un contradictor situado en el mismo plano.

El defensor debe tratar únicamente de proyectar su virtud clarificadora sobre los hechos y sobre los argumentos de la causa y de mantener en la sombra la propia persona.

III.-DE CIERTAS DIFERENCIA Y DE CIERTAS SEMEJANZAS ENTRE JUECES Y ABOGADOS.

Los abogados nacen, los jueces se hacen; no ya en el sentido de que se pueda ser un abogado sin la preparación adecuada, sino en el de que aquellas virtudes de combatividad

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