El Arte De Amar

EL ARTE DE AMAR

Erich Fromm

Para la mayoría de la gente, el problema del amor consiste fundamentalmente en ser amado, y no en amar, no en l propia capacidad de amar.

I. ¿ES EL AMOR UN ARTE?

El amor no es apreciado en la sociedad presente como un arte digno de ser aprendido. Está más estimado como un sentimiento que debe nacer y sobre el que no hay que aprender.

El verdadero amor es un arte que merece ser destacado en la teoría para poder llevarlo a la práctica que es lo realmente significativo.

Para la gente el problema es lograr que alguien los ame, como ser dignos de amor.

El amor es la inquietud activa por la vida y el crecimiento de lo que amamos. Cuando falta tal inquietud activa, no hay amor. El atributo del amor es “trabajar” por algo y “hacer crecer”. El amor y el trabajo son propios. Se ama aquello por lo que se trabaja, y se trabaja por lo que se ama.

II. LA TEORÍA DEL AMOR

EL AMOR, LA RESPUESTA AL PROBLEMA DE LA EXISTENCIA

HUMANA

El hombre vive una realidad intacta de separatividad que sólo puede ser salvado por medio del amor. Éste es un arte que obliga aprendizaje y debe ser puesto en práctica.

El amor maduro significa unión a posición de presentar la propia integridad, la ajustada individualidad. El amor es un poder eficaz en el hombre; un poder que atraviesa las barreras que alejan al hombre de sus semejantes y lo une a los demás; el amor lo capacita para superar su sentimiento de encierro y separatividad. En el amor se da la singularidad de dos seres que se convierten en uno y, no obstante, siguen siendo dos.

La generalidad de las personas tienen en mente como el problema primordial, el ser amados y no el amar, de aquí la inquietud de como verse y alcanzar ser amados.

Esta es una equivocación muy grande, el pensar que la belleza física es todo y olvidarse de los verdaderos sentimientos y tratar de ser amados, no es la manera correcta.

Las personas se equivocan al estar pendientes de ser amados, y por si fuera insuficiente, se alarman por quien los ame y a quien amar, esto como si fuera una elección de a quien amar y a quien no. Si verdaderamente queremos amar, no nos comenzamos a preocupar por lo superficial de las personas y hay que profundizar mucho más en ellas.

El cuidado y la preocupación mezclan otro semblante del amor: el de la responsabilidad. Actualmente suele utilizarse ese término para expresar un deber, algo obligatorio desde nuestro exterior. Pero la responsabilidad, en su auténtico sentido, es un acto totalmente voluntario, forma la respuesta a las necesidades, expresadas o no, de otro ser humano. Ser “responsable” simboliza estar listo y dispuesto a “responder”.

III.EL AMOR ENTRE PADRES E HIJOS

Las figuras materna y paterna son esenciales para el desarrollo y equilibrio psíquico

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