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El buscador de finales.


Enviado por   •  8 de Noviembre de 2012  •  Trabajos  •  4.848 Palabras (20 Páginas)  •  436 Visitas

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El buscador de finales.

1). Un cajón de manzanas.

Juan Brum es un chico que compra, lee y colecciona historietas. Las guarda en un cajón de manzanas, su preferida es Cormack, el detective de lo sobrenatural. Debe tener cuidado al ordenarlas para no lastimarse con la madera sin cepillar del cajón de manzanas.

Juan quiere ser dibujante, y un día, sin que su madre sepa, fue hasta la editorial Libra, sube hasta el séptimo piso, donde están los dibujantes y pregunta por el que dibujo a la Gorgona. El que responde se llama Laurenz. Juan le cuenta que quiere ser dibujante, pero Laurenz le explica que no lo iban a tomar de dibujante directamente, sino que debía empezar como cadete. Laurenz, además le cuenta que los cadetes recorren toda la editorial y, quizás, cuando entre como cadete le interese más ser guionista, letrista o buscador de finales.

2). La casa de Sanders.

Juan decide pedir trabajo como cadete en la editorial y a las tres semanas lo llaman. Su jefe, el señor Greve, le da un uniforme que le queda grande y le dice que está a prueba.

Con el uniforme le dieron guantes de goma, pero Juan no los quería usar hasta que, al tocar el botón del ascensor, una descarga de electricidad estática lo tiro al piso, desde entonces se puso los guantes y no volvió a sacárselos.

Durante más de un mes trabajo dentro del edificio, así conoció a dibujantes, letristas, guionistas y escritores, los cuales siempre le preguntaban, a verlo llegar, si traía material de Sanders. Juan contestaba que no, además, él no sabía quien era Sanders.

Un día, lo llamo su jefe, el señor Greve, y le dijo que dejaba de estar a prueba y que tenía que ir a buscar material a la casa de Sanders. Juan fue hasta la casa de Sanders que estaba cerca de la estación y era baja y antigua, le entregó a Sanders un sobre grande y a cambio este le dio una caja. Juan se fue rápidamente con la caja sin haber podido ver la cara de Sanders.

3). Todo lo que viene después.

Dos o tres veces por semana Juan iba a lo de Sanders a buscar material. Los escritores se desesperaban a verlo llegar y le quitaban de las manos la caja con lo que Sanders enviaba sin siquiera decir gracias. Una vez le preguntó a Laurenz quien era Sanders y que hacia, entonces este le contó que Sanders era un buscador de finales, su trabajo era leer las historias y encontrar un final adecuado.

Durante el quinto o sexto envío, Juan no pudo más y comenzó a mirar dentro de las cajas que Sanders le daba y encontró cosas como una pluma, un reloj, un boleto de tren, etc. Juan pensó entonces que Sanders se ganaba la vida fácilmente.

4). Interceptado.

Juan leía las historietas y novelas sin terminar que le daban para llevar a la casa de Sanders y luego miraba dentro de las cajas que este le entregaba para llevar a la editorial, entonces se dio cuenta que no tenían una relación directa. Sanders actuaba de modo muy indirecto, pero a través de los objetos que enviaba lograba inspirar a los escritores para terminar las historietas.

Una vez, yendo a la editorial con una caja de Sanders, cruzando el parque, empujaron a Juan y le robaron la caja.

5). El fondo de los cajones.

Cuando iba a lo de Sanders después de las seis Juan no tenía que volver a la editorial, podía irse a su casa y llevar la caja de Sanders a día siguiente. Por eso decidió ocultar lo del robo para que no le cambiaran el recorrido, y llevar un objeto cualquiera de su casa, pero no encontraba ninguno adecuado, Juan se veía perdido.

6). El palacio de los botones.

El padre de Juan se había ido de casa hacia muchos años y la mamá era la que mantenía la casa con el sueldo que ganaba en el palacio de los botones. Además de ella trabajaban allí la señora Haydée y el dueño el señor Carey.

Después del robo, Juan fue al palacio de los botones y hablo con el señor Carey de lo ocurrido, este le dijo que buscara en las cajas del fondo, donde se guardaban botones sueltos y piezas únicas. Juan encontró un botón dorado y lo puso en una caja parecida a la de Sanders esperando que no se dieran cuenta en la editorial.

En la editorial nadie noto la diferencia y terminaron la historieta sin problemas, pero cuando Juan volvió a ir a la casa de Sanders, este no le entrego la caja como acostumbraba, sino que lo tomo de la muñeca y lo metió dentro de la casa.

7). Sanders.

Era alto, huesudo, viejo, su mano parecía una garra y todo él tenia algo de pájaro. Vestía un traje ajado y una corbata negra, deshilachada.

Sanders se enojo con Juan por haber cambiado la caja, pero le pareció bien que los guionistas no hubieran notado el cambio, entonces le propone a Juan ponerlo a prueba como buscador de finales. Juan se pone muy contento. Sanders le dice que lo espera el jueves a la noche, porque los finales se buscan de noche.

8). La oficina de objetos perdidos.

La madre de Juan lo despertó al día siguiente con el uniforme remendado y los botones cambiados. A Juan no le gusto que cambiara los botones. Además, la madre le dijo que el señor Carey le ofrecía trabajo, pero Juan no acepto porque ya tenía trabajo.

Ese día, después de la escuela y el trabajo fue a la casa de Sanders para ir a buscar juntos dos finales. Cuando llego, Sanders salio de su casa y se encaminaron hacia la Oficina de objetos perdidos, que era de donde Sanders sacaba las cosas que enviaba a la editorial. Esa vez, Sanders eligió: un disco de pasta para el final de la historia de amor y una lata oxidada de té para El naufragio del Capitán Corti. Al salir del lugar, caminaron unas cuadras juntos y luego se separaron.

9). Los números especiales.

A partir de entonces Juan acompañaba, de vez en cuando, a Sanders a la Oficina de objetos perdidos. Una vez Sanders le mostró como hacer un arma con un paraguas viejo para usarla contra los interceptadores.

Al llegar el invierno Sanders enfermo, entones Juan tuvo que ir solo a la Oficina de objetos perdidos en busca de finales para la edición especial de 80 paginas que se hacia cuando las ventas subían.

El número especial salió a tiempo y Sanders felicitó a Juan diciéndole “bien”. Juan sabía que había sido aceptado como buscador de finales.

10). Paciencia.

Sanders no se veía con nadie, pero si se comunicaba con el Señor Libra, el dueño de la editorial, porque a Juan empezaban a tratarlo mejor.

Sanders solo escribía finales para la editorial Libra y para el escritor Salerno, y la Agencia Últimas Ideas era su rival.

A Juan lo mandaron a entregar

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