Horror Económico

El Horror Económico

• El trabajo constituye el cimiento de la civilización occidental que reina en todo el planeta.

• No hay una ni muchas crisis si no una mutación

• En la actualidad un desempleado no es objeto de una marginación transitoria, ocasional, que solo afecta a determinados sectores, está atrapado por una implosión general, un fenómeno comparable con estos maremotos, huracanes o tornados que no respetan a nadie y a quien nadie puede resistir.

• Resulta a marginación inexorable y pasiva de un número inmenso y creciente de “buscadores de empleo”, que irónicamente, por el hecho de serlo se incorporan a una norma actual.

• La humanidad para “merecer” el derecho de vivir, debe demostrar que es “útil” para la sociedad

• No podemos fingir que ignoramos, que al horror nada le es imposible y que las decisiones humanas no conocen límites. De la explotación a la exclusión, de esta a la eliminación e incluso a desastrosas explotaciones aún desconocidas: la barbarie, siempre latente, se conjuga de maravillas con la mansedumbre de esas mayorías que saben incorporar el horror a la frivolidad ambiente.

• Solo después de garantizar y deducir la parte que le toca a los negocios, se tienen en cuenta a los demás sectores, entre ellos los de la ciudad.

• Los territorios del trabajo y demás aun los de la economía alejan cada vez más; ellos los acompañan, y todos se distancian hasta volverse apenas perceptibles y cada vez más impalpables. En poco tiempo quedaran si no lo están y fuera del alcance de las manos y la vista.

• Los que toman las decisiones son aquellos que Robert Reich llama "manipuladores de símbolos".

• Se trata de un mundo que vive gracias a la cibernética, las tecnologías de punta, el vértigo de lo inmediato.

• Gobiernan la economía mundializada por encima de las fronteras y los gobiernos.

• Una mayoría de seres humanos ha dejado de ser necesaria para el pequeño número que, por regir la economía, detenta el poder.

• En muchos casos, las potencias económicas privadas suelen dominar las deudas de Estado que, por eso mismo, dependen de ellas y están sometidos a su arbitrio.

• Las deudas del sector privado aumentan la deuda que incumbe a los Estados, colocando a estos más que nunca bajo la tutela de la economía privada.

• Los capitales que huyen del circuito fiscal privan de recursos a las estructuras económicas y sociales del Estado estafado.

• En las regiones desfavorecidas, los que no son extranjeros ni han emigrado sino que permanecen en sus propios países trabajan

...