La Odisea

La odisea es un poema épico escrito por Homero el rapsoda griego, lleno de versos donde narra el regreso de Ulises también llamado Odiseo, a su patria después de haber partido a la guerra de Troya. Teniendo que enfrentar aventuras con deidades y monstros mitológicos.

Ulises era un hombre joven fuerte, rey de Ítaca tenía un valor indomable y aunque tuviera miedo se enfrentaba a todo durante el viaje a su patria. Penélope era la esposa de Ulises, una mujer mortal y muy bella, su vida lejos de Ulises y acosada por codiciosos pretendientes era triste y ella y su hijo Telémaco lloraban juntos su regreso.

La Odisea empieza con la Telemaquia, que enlaza las circunstancias de la epopeya con las de la Ilíada. Se le llama Telemaquia pues en los primeros cuatro libros se narra el viaje de Telémaco en busca de su padre quien todos creían muerto tras no regresar después de 10 años.

En la primera rapsodia se inicia con los Dioses congregados discutiendo el destino de Odiseo, Atenea la diosa de la sabiduría, la “deidad de ojos de lechuza” decidió ayudar a Telémaco disfrazándose de la figura de Méntor amigo de Ulises, trata de ayudar y aconsejar a Telémaco para que reúna la asamblea del pueblo en protesta contra los pretendientes para echarlos y salir en busca de su padre.

En la segunda rapsodia Telémaco no tiene el valor de seguir el consejo de Atenea y echar de su hogar a los pretendientes. Tímidamente les cuenta su propósito de ir a buscar a su padre, recibiendo burlas y desprecio, incluso negándole el uso de un barco; sin embargo Atenea se lo consigue y lleva al príncipe a Pilos.

En la tercera rapsodia, al llegar a Pilos el príncipe Telémaco conoce al rey Néstor quien no sabe noticias de Ulises, pero sugiere que vaya a ver a Menelao quien es otro compañero de la guerra de su padre. Néstor descubre los rasgos de divinidad que se esconden en Méntor y Atenea desaparece. A la mañana siguiente Telémaco acompañado de Pisístrato, hijo de Néstor, sale rumbo a Esparta.

En la cuarta rapsodia los dos amigos llegan a Esparta donde Menelao les dice haber oído que Odiseo seguía vivo, pero cautivo en una isla por Calipso quien cayó enamorada de él y lo tenía hospedado en su cueva durante siete largos años. Mientras tanto, los pretendientes, saben ya de los viajes de Telémaco y deciden tenderle una emboscada en la isla de Asteris. Todo aquello llega a oídos de Penélope, quien rompe en llanto y es consolada por Atenea en sus sueños.

En la rapsodia quinta, regresamos al Olimpo donde Atenea insiste en liberar a Ulises de la isla, Zeus manda al mensajero Mercurio quien llega a la isla y le da las órdenes de los dioses a Calipso. Que con lágrimas y sin ninguna alternativa ayuda a Ulises a construir una balsa. Quien después del decimoctavo día en el que Atenea viene a ayudar a Telémaco, está en las costas de Esqueria. Neptuno que regresaba del país de los etíopes, lo ve y lo hace naufragar por venganza.

En la rapsodia sexta, Nausícaa hija del rey Alcínoo lo encontró mientras lavaba la ropa y jugaba a la pelota con sus doncellas; ella le muestra el camino hacia su castillo, le da alimento y vestido.

En la rapsodia séptima, Atenea bajo la apariencia de una muchacha, lleva a Ulises invisible al vestíbulo del palacio del rey Alcínoo. Quien aparece sorprendiéndolos e implora protección a la reina Arete. El rey y la reina se la dan, al igual que un barco que lo lleve a su país. Les cuenta su viaje desde la isla de Calipso, pero no su nombre.

En la rapsodia octava, durante sus estancia participan en una competencia atlética donde Ulises gana en el lanzamiento del disco. Demódoco canta durante el festín una canción de la toma de Troya que provoca lágrimas en Ulises; el rey se da cuenta y silencia a Demódoco y le exige a Ulises su nombre y sus aventuras.

En la rapsodia novena, desde este libro al duodécimo se narra de la boca de Ulises la historia de sus aventuras empezadas hace diez años. Y empieza desde la llegada al país de los cícones y la pérdida de setenta y dos hombres, el viaje hasta la tierra de los lotófagos; la llegada a la isla de los ciclopes donde termina cuando le saca el único ojo al hijo de Neptuno.

En la rapsodia décima, continúa su relato habiendo escapado de la isla de los cíclopes, llegan a Éolo, quien le entrega vientos que pueden ayudarlo en su navegación en cueros de buey, siendo esto una trampa los lleva al país de los lestrigones, unos gigantes antropófagos. Pierde once de sus doce barcos y llega a la isla de Circe quien convierte a sus compañeros en cerdos y lo mantiene en un lío amoroso durante un año. Quien le dice que antes de volver a su hogar necesita ir a la región de los muertos

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