Las Aventuras Del Ultimo Abencerraje

Las aventuras del último Abencerraje

Al principio esta obra nos cuenta, como Boadbil tiene que irse de Granada, ya que “no supo defender su reino”, y con el iban todos los moros españoles alejándose de su hogar, viendo el campamento de Fernando e Isabel. Boadbil rompe en llanto al irse de su patria, a la que siempre recordara con anhelo, todas las familias se dispersaron, y una de ellas fueron las de los abencerrajes.

Pero después de 24 años, los catorce abencerrajes, habían ido pereciendo a las condiciones en las que vivían, y ya solo uno quedaba vivo, el último Abencerraje, Aben-Hamet, el se propuso ir al país de donde venía sus antepasados a realizar una labor que oculto. El se condujo en su travesía hacia Granada diciendo ser un médico árabe, atravesó lentamente su camino en su mula hacia el país de donde era originario, pero que sin embargo no conocía más que por los relatos de los ancianos.

Llegó a Granada con gran melancolía de ver en donde habría sido su palacio, las casas de todas las familias que tuvieron que marcharse, un guía lo llevaba por las calles, y el intentaba recordar, de los relatos, pero era inútil, porque no reconocía nada, vio lugares en donde sus abuelos habían luchado por permanecer en sus tierras. Una noche decidió salir a caminar por las calles de Granada, pero después de un tiempo ya no sabía cómo regresar al palacio de los moros, y ya toda la gente dormía, de pronto vio como se abría una puerta y una bella mujer aparecía, con preciosas ropas que acentuaban mas la belleza de su cuerpo, sus ojos y su sonrisa. Ella adivino que no era de ahí y que estaba perdido y se ofreció a llevarlo hasta el palacio, a partir de ese día Aben-Hamet no pudo pensar en nada más que no fuera esa bella española, llegando a olvidar el propósito de su visita a Granada. Se dedico a buscarla día y noche hasta que la escucho cantar y tocar la guitarra, el se apresuro a su encuentro y ahí estaba ella, con un montón de doncellas que habían dejado escapar un grito de ver aparecer a ese hombre con turbante y armas, ella les indicó que no había problema y así mismo le dijo a su padre que ese era el hombre del que le había hablado, su padre El Duque de Santa Fe lo invito a estar ahí, y además a visitar a su hijo para contarle sobre las tierras que conocía, esto lo hizo inmensamente feliz, y así fue el sé la pasaba con ella, visitaban todos los lugares posibles y así él se olvido de su propósito, los dos estaban irrevocablemente enamorados el uno del otro, y se lo dijeron, pero había un problema, ellos adoraban distintos dioses, aunque eso no les impidió amarse cada vez con mayor fuerza. Un día a él le llego la noticia de que su madre estaba enferma y que lo quería ver, así que el se marcho para estar en la muerte de su madre, pero no sin antes prometerle que volvería y nunca la dejaría de amar, y Blanca le prometió lo mismo que nunca

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