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Teoria Del Estado


Enviado por   •  26 de Septiembre de 2012  •  1.654 Palabras (7 Páginas)  •  370 Visitas

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“CABALLO DE TROYA 1 JERUSALÉN” (J. J. BENÍTEZ)

El libro comienza con una introducción al estilo de historia de espionaje donde el propio autor, Juan José Benítez quien es un investigador español, es contactado por un hombre denominado “el mayor”, éste resulta ser un miembro de las Fuerzas Aéreas Norteamericanas (USAF).

“El mayor” le dijo que era la persona elegida para tener la información de Cristo y tras la muerte de este misterioso personaje J.J. Benítez es conducido a través de acertijos a un diario, que contiene el testimonio del mayor como partícipe de un proyecto ultra-secreto denominado “Operación Caballo de Toya”. El proyecto consiste en la creación y puesta en marcha de una máquina del tiempo, llamada “La Cuna”, que funciona a través de un modelo microscópico del espacio-tiempo denominado “swivels” o “ejes dimensionales”, esta máquina del tiempo es destinada a viajar a los momentos de Pasión y muerte de Jesús de Nazaret, en el año 30 de nuestra era. El diario describe someramente los detalles técnicos involucrados en tal empresa, pero sobre todo, las andanzas de los viajeros del tiempo al lado del Maestro de Galilea.

El diario comienza así: “Hoy, 7 de abril de 1977, al año de mi retiro voluntario a la selva del Yucatán, una vez conocida la muerte de mi hermano y al cuarto año de nuestro regreso del «gran viaje», pido humildemente al Todopoderoso que me conceda las fuerzas y vida necesarias para dejar por escrito

cuanto sé y contemplé -por la infinita misericordia de Dios- en Palestina.

Es mi deseo que este testimonio sea conocido entre los hombres de buena voluntad - creyentes o no- que, como nosotros, caminan a la búsqueda de la Verdad. Sé desde hace más de un año -como también lo supo mi hermano en el «gran viaje»- que mi muerte está cercana. Por ello, siguiendo sus reiteradas peticiones y los cada vez más firmes impulsos de mi propia conciencia, he procedido a ordenar mis notas, recuerdos y sensaciones.

Espero que la persona o personas que algún día puedan tener acceso a este humilde y sincero diario hagan suya mi voluntad de permanecer, como mi hermano, en el más riguroso anonimato. No somos nosotros los protagonistas, sino «ÉL»”.

En el otoño de 1969, el general dio luz verde y cuatro de aquellos singulares astronautas que formaban el primer equipo de «vuelo al pasado» incluido el mayor, tuvieron la fortuna de experimentar hasta un total de seis retrocesos en el tiempo. Todos ellos ejecutados siempre por parejas y en el estacionario fijado (ochocientos pies de altura), en pleno desierto Mojave.

Los hombres de la Operación Caballo de Troya -siempre bajo el mando de Curtiss- perfilaron media docena de «viajes». La lógica y un estricto sentido del orden hacían poco recomendable la puesta en marcha de varios proyectos a un mismo tiempo. Había que decidirse por una primera exploración, sin relegar por ello al olvido el resto de

las proposiciones. Tras muchas horas de debate, y por unanimidad, la cumbre de científicos y especialistas -en sesión de urgencia en la base de Edwards- eligió tres «momentos» de la historia de la humanidad como posibles e inmediatos candidatos para una elección final. Era el 10 de marzo de 1971. Los tres objetivos en cuestión fueron los siguientes:

1.º Marzo-abril del año 30 de nuestra era. Justamente, los últimos días de la pasión y muerte de Jesús de Nazaret.

2.º El año 1478. Lugar: Isla de Madera. Objetivo: tratar de averiguar si Cristóbal Colón pudo recibir alguna información confidencial, por parte de un predescubridor de América, sobre la existencia de nuevas tierras, así como sobre la ruta a seguir para llegar hasta ellas.

3.º Marzo de 1861. Lugar: los propios Estados Unidos de América del Norte. Objetivo: conocer con exactitud los antecedentes de la guerra de Secesión y el pensamiento del recién elegido presidente Abraham Lincoln.

El trabajo del mayor en aquel «traslado» al año 30 -al igual que el de su compañero “Eliseo”- exigía la aceptación y cumplimiento de una norma, que se había convertido en regla de oro para la totalidad del equipo del proyecto Caballo de Troya: los exploradores no podían, bajo ningún concepto, ni siquiera el de la propia supervivencia alterar, cambiar o influir en los hombres, grupos sociales o circunstancias que fueran el objetivo de sus observaciones o que, sencillamente, pudieran

surgir en el transcurso de las mismas. Cualquier vacilación a la hora de asumir esta premisa principal era motivo de expulsión del grupo de exploradores. Este hecho inviolable presuponía ya una absoluta objetividad en los observadores.

El mayor, conocido como "Jasón" junto con su compañero nombrado "Eliseo", van dejando atrás su inicial escepticismo, convirtiéndose poco a poco al mensaje espiritual, revolucionario y esperanzador que Jesús va predicando, así como a su realidad divina.

Jasón es el interlocutor entre el hecho observado y el lector. Para ello se acerca al grupo de seguidores de Cristo e incluso crea un fuerte lazo afectivo con el propio Jesús.

En 1971, así como la casi totalidad de

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