Historia De Peeta Mellark

Me siento débil pero se que he descansado mucho por que es por la tarde cuando me despierto, sin embargo mis recuerdos están confusos, anoche estaba en la arena y ahora parece que estoy en el hospital del centro de entrenamiento, ¿He ganado? ¿Katniss habrá muerto? Instantáneamente descarto esa idea pues no quiero pensar la vida sin ella, busco rápidamente respuestas, pero nadie me las da haciendo que comience a preocuparme.

Hoy por la tarde tendré una entrevista con Caesar, igual que el año pasado, ahora será sin Katniss. Me preparan para la noche y mientras tanto empiezo a recordar lentamente que fue lo que sucedió, sin embargo solo me acuerdo de cuando Katniss fue con Johanna a tender la trampa que había planeado Beete, yo quería que nos deshiciéramos de ellos, pero Katniss decidió esperar, unos momentos después escuche un ruido y creo que era Enobaria me aleje demasiado de Beete, y ahora me arrepiento, tiempo después escuche un grito que podría ser Katniss intento correr pero mi pierna sigue siendo muy estorbosa, de repente escucho a Katniss gritar mi nombre, pero no me escucha y ya no la oigo más, en ese instante el trueno golpea con el árbol, lo que marcaba la medianoche.

<<Algo esta mal>> pienso.

Y si que lo estaba por que no era un rayo normal como el de las noches anteriores, parecía más una explosión, había explotado el campo de fuerza con una potencia que me lanzo al menos unos 10 metros. Empecé a sentir una mayor preocupación por que Katniss estuviera cerca, pero cuando comienzo a recuperar el conocimiento una pinza me levanta, es un aerodeslizador del capitolio, ¿Qué pasa? ¿Acaso todos están muertos?, no logro zafarme, me siento débil tras la destrucción del campo de fuerza.

Casi todos los recuerdos están ligados unos a otros, cuando me doy cuenta estoy listo para mi entrevista, el hospital se encargo de borrarme las heridas de mi cuerpo por lo que estoy como nuevo. Me informan que hay rebelión en gran parte de Panel y que ellos fueron quienes capturaron a Katniss, por un momento mi alma descansa, pero el saber que esta siendo torturada me agobia así que evito el tema hasta la entrevista.

Llego al mismo lugar donde nos entrevistaron el año pasado a Katniss y a mi donde se encuentra Caesar Flickerman, el eterno anfitrión de los Juegos del Hambre, con su cara pintada y su traje brillante, Caesar se sienta más cómodamente en la silla enfrente de mi y me da un vistazo largo.

-Así que… Peeta… bienvenido nuevamente -Dice Caesar con su sonrisa de siempre.

-Le apuesto a que pensó que había hecho su última entrevista conmigo- Le digo sonriendo ligeramente

- Confieso que lo pensé -dice Caesar-. La noche antes del Quarter Quell… bueno, ¿quién hubiera pensado que te veríamos otra vez?

- No era parte de mi plan, eso es seguro -digo frunciendo el ceño.

Caesar se inclina hacia mí un poco. -Creo que era claro para todos nosotros cuál era tu plan. Sacrificarte en la arena para que Katniss Everdeen y su niño pudieran sobrevivir.

- Ese era. Claro y simple. -Mis dedos trazan la pauta del tapizado en el brazo de la silla-. Pero otras personas también tenían planes.

Comienzo a pensar mis palabras -Esa noche… para hablarte acerca de esa noche… bueno, ante todo, tienes que imaginarte cómo se sintió en la arena. Era como ser un insecto atrapado debajo de un tazón lleno de aire caliente. Y todo a tu alrededor sólo hay selva… verde y viva, y haciendo tic-tac. Ese reloj gigante contando los segundos que te quedan de vida. Cada hora promete algún nuevo horror. Tienes que imaginarte que en los pasados dos días, dieciséis personas han muerto, algunos de ellos defendiéndote. Por la forma en que avanzan las cosas, las últimas ocho estarán muertas por la mañana. Excepto una. El vencedor. Y tu plan es que no serás tú.

- Una vez que estás en la arena, el resto del mundo llega a ser muy lejano -continúo-. Todas las personas y las cosas que amaste o por las que tuviste interés casi dejan de existir. El cielo rosa y los monstruos en la selva y los tributos que quieren tu sangre se convierten en tu realidad, en lo único que importa. Tan malo como te hace sentir, tendrás que asesinar, porque en la arena, tú sólo consigues un deseo. Y es muy costoso.

- Te cuesta la vida -dice Caesar.

- Oh, no. Te cuesta mucho más que la vida. ¿Asesinar a personas inocentes? -Respondo rapidamente-.Te cuesta todo lo que tú eres.

- Todo lo que eres -repite Caesar calladamente.

Yo continúo. -Así que te aferras a tu deseo. Y esa anoche, sí, mi deseo fue salvar a Katniss. Pero aún sin saber acerca de los rebeldes, algo no se sentía bien. Todo era demasiado complicado. Me encontré arrepintiéndome de no haber huido con ella más temprano ese día, como ella lo había sugerido. Pero ya no podíamos irnos en ese punto.

- Estabas muy enredado en el plan de Beetee de electrificar el lago de agua salada -dice Caesar.

- Demasiado entretenido jugando a los aliados con los otros. ¡Jamás debí haber permitido que nos separaran! -Estallo -. Ahí fue cuando la perdí.

- Cuando permaneciste en el árbol del rayo, y ella y Johanna Mason tomaron el rollo de alambre abajo hacia el agua -dice Caesar.

- ¡Yo no quería hacerlo! -Dije comenzando a agitarme-. Pero no podía discutir con Beetee sin indicar que estábamos a punto de romper la alianza. Cuando ese alambre fue cortado, todo simplemente enloqueció. Sólo puedo recordar partes de lo que sucedió. Recuerdo intentando encontrarla. Viendo a Brutus asesinar a Chaff. Matar a Brutus yo mismo. Sé que ella gritaba mi nombre. Entonces el rayo cayó sobre el árbol, y el campo de fuerza alrededor de la arena… estalló.

- Katniss lo hizo estallar, Peeta -dice Caesar-. Tú viste las imágenes.

- Ella no sabía lo que hacía. Ninguno de nosotros podría haber seguido el plan de Beetee. Puedes verla intentando resolver qué hacer con ese alambre -digo rápidamente.

- Bueno. Sólo se ve sospechoso -dice Caesar-. Como si ella formara parte del plan de los rebeldes todo el tiempo.

"¿Sera cierto? Que Katniss lo supo todo el tiempo, ¿Sera esa la razón por la cual quiso deshacer la alianza, hasta no haber cumplido el plan?, no puedo pensar en ello, tal ves es ahora prisionera" pienso, mientras me inclino el la cara de Caesar con mis manos apoyadas en su silla.

-¿De verdad? ¿Y formaba parte de su plan que Johanna casi la matara? ¿Que esa descarga eléctrica la paralizara? ¿Provocar el bombardeo sobre el Distrito 12? -Ahora estoy gritando-. ¡Ella no lo sabía, Caesar! ¡Ninguno de nosotros sabía nada más que teníamos que luchar por mantenernos vivos el uno al otro vivo!

Caesar coloca una mano en mi pecho, como un gesto

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