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CASO 4: ¿POR QUÉ SE FUE DON BLAS? Antecedentes Rodamientos Automotrices, S.A. de C.V.


Enviado por   •  10 de Julio de 2017  •  Trabajos  •  2.304 Palabras (10 Páginas)  •  14.543 Visitas

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CASO 4: ¿POR QUÉ SE FUE DON BLAS? Antecedentes.[pic 1]

Rodamientos    Automotrices, S.A.  de C.V.  es una industria    con   licencia   para   usar una marca

japonesa   de baleros y otros rodamientos    para la industria   automotriz.   Se estableció   en 1969 en el municipio de Juriquilla, estado de Querétaro.  Su capital social es de 100 millones de pesos. Cuenta con 700 trabajadores en dos turnos, incluyendo al personal directivo y administrativo, así como la fuerza de ventas.  Su producción está destinada básicamente a refaccionarias automotrices y fabricantes        de autopartes   móviles.  Su sistema de producción   consiste en procesos semi automatizados y estricto control de calidad de los insumos del producto terminado. Desde hace tiempo tiene planeado integrar controles de calidad en todas las fases de sus procesos.

Escenario.

En una de las juntas que se realizaban los lunes de cada semana, el ingeniero Velázquez, egresado del Tecnológico Regional de Guanajuato y a la sazón   con cinco años de antigüedad en la empresa, quien la dirigía en su carácter de gerente de producción, vehementemente señalaba que no se debían seguir usando las pinzas abocardas ("hechizas") en el ensamble de los baleros, ya que para eso la compañía   japonesa   licenciadora   había diseñado la herramienta   denominada "ostra". Informó a su vez que don Blas había sido despedido el viernes anterior por no obedecer a la autoridad; despido del cual todos los· obreros de la planta tenían ya conocimiento.   Don Blas era precisamente   quien había diseñado las pinzas abocardas en una ocasión en la cual no había "ostras" disponibles en buenas condiciones, y las nuevas estaban en camino desde Japón. Las pinzas abocardas llegaron a ser conocidas como las "chatas" en el argot secreto de los Operarios, lo cual les permitía usarlas a escondidas, ya que su utilización cotidiana se hacía a pesar de la prohibición   del ingeniero Velázquez. Los obreros preferían trabajar con las pinzas abocardas porque con e\las podían efectuar en menor tiempo (25% aproximadamente) las operaciones de ensamblado. Entre los trabajadores se corría el rumor de que don Blas había retado al ingeniero Velázquez al asegurarle que su diseño era mejor que el japonés porque permitía ahorro de tiempo

en el proceso y· con ello ganaría más la empresa; que por envidia de algunos no se aceptaba su

mejora a las pinzas tipo "ostra", ya que permitirían que los obreros ganasen más dinero, al lograr producir mayor cantidad de piezas por turno, pues en el contrato de trabajo se estipulaba un incentivo económico por volúmenes de producción individual superiores al estándar. Otro argumento  de don Blas en favor de sus pinzas era que las "ostras" habían sido diseñadas para trabajar  con  aceros extranjeros,  cuyo tipo  no se produce en nuestro  país y que,  en última instancia, hasta donde él tenía conocimiento, no se había presentado el caso de devoluciones por parte de los clientes de ninguno de 1.os baleros que él  había procesado, mismos que podían ser fácilmente  identificados por su número de serie.  , Se supo que don Blas, antes de retirarse de la empresa  sumamente  inconforme  con  su  despido,  había  manifestado  que  él  demandaría su reinstalación ante la Junta de Conciliación y Arbitraje.


Juan Pérez, empleado con más de 17 años de servicio en la empresa Y recientemente ascendido   al   puesto   de subjefe del mismo proceso en el cual trabajaba don Blas, consideraba el despido como una injusticia.  Juanillo, como le decían sus amigos, ejercía un alto grado de autoridad moral entre.  los trabajadores debido a su carisma y a su destreza manual. Tampoco le parecían válidas las razones sostenidas por el ingeniero Velázquez en cuanto a que el control "científico”; cómo le decía el ingeniero, era norma incuestionable que   debía seguirse al pie de la letra. El señor   Pérez se atrevió a decirle al ingeniero Velázquez que ellos podían demostrar ‘a  la empresa  que  salían mejor  las piezas ensambladas con   las  pinzas. abocardas   que.   las  que   se  ensamblan  con   las "ostras",  por lo que el despido de don Blas no se justificaba,  'f que si en última  instancia   caía   la   producción no   era   culpa   de   los  trabajadores, ya  que  corno afirmaba don Blas la "ostra"  fue hecha para aceros  japoneses  y  era  más  tardado   hacer  el  trabajo  con  ellas,  Muy  molesto,   el  ingeniero Velázquez contestó  que, de acuerdo con la  Ley Federal del Trabajo vigente en nuestro  país, es potestad  de la empresa  fijar  los métodos  y procedimientos de producción,  y que  conforme   al artículo  47 de dicha ley en la fracción  XI, se señalan corno  una causal  de rescisión del contrato laboral,  sin responsabilidad patronal,  "desobedecer el trabajador  al patrón  o su. representante, siempre que se trate del trabajo contratado”, Por lo tanto,  si algún trabajador  de Rodamientos Automotrices  no  aceptaba  su decisión  sin causa justificada, sería despedido  corno  don  Blas. Después de   lo   dicho, el. ingeniero Velázquez se. dirigió a la  concurrencia recordándoles que   el   trabajo   es   una  fuente   de   autorrealización   y   que   si   una empresa   desea   lograr producción con   calidad    debe    respetar     las   normas    de fabricación,  además de que si se obtiene  la licencia se debe respetar la norma, ya que de lo contrario  hay peligro de perderla,  Uno de los empleados declaró: Don Blas   tuvo    causa   justificada   porque     lo    único    que    el buscaba   era   sacar la producción, porque el dinero que se da como incentivo  francamente no vale la pena, además la empresa cuando le conviene si. permite que se usen las pinzas, cuando no hay "ostras", considero que la regla. debe ser pareja." El ingeniero Velázquez contestó:  "Esa es una facultad discrecional de la empresa.  Nosotros mandarnos y ustedes obedecen," Y procedió   a retirarse.  Una vez de espaldas y casi al alcanzar la puerta se oyó un chiflido anónimo, ante lo cual,

el ingeniero indicó a Juan que le acompañara a su oficina, Al llegar a ésta, el ingeniero amenazó a Juan diciendo le que si seguía de líder de los trabajadores correría la misma suerte que don Blas, Lo único que respondió fue: "No tengo la culpa de que los muchachos me sigan y si no puede hablar en las juntas  para que venimos, mejor digamos todo  por escrito.  Y tampoco entiendo pa' que vino el señor del curso de calidad total a hablarnos de mejora continua, participatividad e iniciativa," Dicho lo cual se retiró diciendo que si corría la misma suerte que don Blas, le notificaría

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