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EL CASO "LABORATORIOS CLOTET"


Enviado por   •  4 de Junio de 2013  •  2.231 Palabras (9 Páginas)  •  1.401 Visitas

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LA GERENCIA Y EL EQUIPO

Fundados por el médico Máximo Clotet para comercializar el producto “Las pastillas del Dr. Clotet”.

Máximo Clotet ejerció la profesión de medicina general durante veinte años, etapa que culminó con la creación de los laboratorios. Ha sido director general de estos laboratorios durante veinticinco años. Máximo Clotet es padre de Julio. Julio Clotet, actual consejero delegado de los laboratorios estudió la carrera de farmacia licenciándose y posteriormente doctorándose “cum Laude”.

Próximo a la jubilación y preveyendo la continuidad de los laboratorios, Máximo Clotet decidió buscar un gerente, para que conjuntamente con su hijo Julio dirigieran la empresa. Así fue como se contrató a Juan Aguilar como gerente de los Laboratorios Clotet.

Juan Aguilar es médico, está casado y tiene tres hijos, Juan, Antonio y Carmen. Todos ellos están estudiando en diversas facultades universitarias. Su esposa, Irene Crespo es una médico reconocida en el campo de la ginecología. Atiende consulta en tres clínicas privadas.

Juan Aguilar tiene una secretaria, Ivone Riviere, que comparte con Julio Clotet. Ivone inició sus andaduras en los laboratorios como contable. De la dirección general dependen seis directores de área, a saber:

Luisa Sandoval, diplomada en ciencias empresariales, es la resposable de la actividad económica financiera de la empresa. Enrique Pallarés, está a cargo de la dirección de marketing. Es licenciado en Ciencias Económicas. Jaime Ramilans, diplomado en Relaciones Laborales, es el responsable del departamento de personal de los laboratorios. Agustín Semprún, responsable del área de sistemas de información. Está acabando la ingeniería superior de informática Mari Carmen Arozamena es Licenciada en Bioquímica y Farmacia y dirige el área de investigación y desarrollo. Francisco Crespo Licenciado en Ciencias Químicas dirige la producción de los laboratorios.

Veamos a continuación algunas de sus historias:

Ivone Riviere ha sido trasladada de funciones y departamentos tres veces en los últimos cinco años. Ninguno de los cambios significó un ascenso, aunque así se lo hayan querido vender. Con el paso del tiempo, Ivone ha ido cayendo en una apatía y en un desánimo imposible de ocultar. Sus compañeras hacen comentarios a sus espaldas. «Esta mañana, por casualidad, Luisa, la encontró llorando en el cuarto de baño. Durante diez minutos despotricó contra la empresa y sus jefes, llena de rabia y desesperación.

»-¿Por qué no lo dejas? -le preguntó Luisa, intentando transmitirle un aliento de esperanza. Te buscas otra empresa y empiezas una nueva etapa...

»--No puedo –le respondió-. Tengo construida mi vida en torno a estos ingresos. Estoy atrapada... Que hagan conmigo lo que quieran... mientras no me echen.»

Enrique Pallarés director de Marketing de los Laboratorios Clotet, profesional serio y competente, comprometido con sus responsabilidades, presenta al gerente Juan Aguilar el plan estratégico de los laboratorios para el año siguiente. Ha dedicado muchas horas a prepararlo.

Después de discutirlo, el Sr Aguilar le demanda una serie de ajustes y correcciones.

Hechas éstas, según las instrucciones recibidas, presenta un nuevo plan, el Plan 2. En esta ocasión las cosas se ven de manera totalmente diferente, ya que se juzga, todo él, demasiado prudente.

Enrique discute, convencido, sus puntos de vista, pero sus ideas no prosperan, por lo que tiene que acatar una reconversión del proyecto. Nuevamente trabaja con empeño y prepara el Plan 3, más atrevido y ante el que no se siente tan seguro, pero que supone, esta vez, conciliará todas las ideas. Ha presentado un plan exageradamente optimista que no encaja para nada con la política general que en ese momento se quiere establecer para el año siguiente. Juan Aguilar sugiere volver al Plan 2 modificado. Se suceden los planes 4, 5 y 6. Paulatinamente, Enrique se va sintiendo menos dueño de su responsabilidad y apenas un ejecutor que va poniendo sobre el papel lo que le van marcando... Va per­diendo la sensación de implicación, coherencia y compromiso. Al final, es Juan Aguilar quien acaba, prácticamente, dictándole el Plan Final Definitivo (el número 9)), que no anda demasiado lejos, más bien resulta casi idéntico, de los Planes 1 y 2. El ejecutivo da por cerrado el asunto sintiendo que «moralmente» aquello es ajeno a su compromiso de responsabilidad y que «intentará hacer todo lo que pueda».

Para Agustín Semprún, responsable del área de sistemas de la información no es sólo que apenas le queden seis meses para estructurar toda la conversión informática de la compañía al nuevo Sistema SAP y el trabajo parece que esté estancado... Hay algo más que acentúa su preocu­pación.

Desde hace casi un mes no despacha con el gerente, Juan Aguilar; éste anula, de improviso, las citas programadas y casi parece ignorarlo cuando se cruzan por los pasillos. Algo está pasando... Cree leerlo, incluso, en los ojos de su secretaria, Ivone, siempre tan bien informada, pero no se atreve a preguntarle.

Ayer fue a verlo Jaime Ramilans., jefe de personal, para hablar de temas poco urgentes. En realidad, ¿qué quería? No discutieron sobre nada importante y, sin embargo, al irse, éste le preguntó: «¿Cómo vas? ¿Estás contento?» ¿Qué significaban aquellas preguntas? ¿A cuento de qué se las formulaba? No podía ser sólo su imaginación... Su olfato pocas veces le ha fallado. Algo está pasando y ese algo puede tener que ver con él y con su puesto.

Hoy por fin, ha tenido una reunión con el gerente. Parecía más frío que de costumbre. No le ha preguntado siquiera del SAP. Juan ha buscado en su mirada alguna pista, pero parecía la misma de siempre. Lo peor es que no le ha dicho nada... Ni bueno, ni malo... Algo está pasando... algo está pasando... Pero ¿qué? ¿O tal vez no?

Francisco Crespo, licenciado en bioquímica, es el director de producción y podría definirse, sin paliativos, como un triunfador. Sin duda, a sus sesenta y tres años podía considerarse, legítimamente, un ganador. Percibe unos ingresos envidiables. Amigos, relaciones y contactos importantes. Tiene a su alcance todo lo que puede desear. A lo largo del tiempo, había sabido invertir bien sus ahorros y hoy éstos le reportan casi tanto como la retribución anual que recibe. Podría dejarlo todo, si quisiera, mañana mismo, sin embargo para él su trabajo lo es todo.

Francisco es un hombre duro, frío, sereno. Ha aprendido a minimizar, hasta convertir en pequeñas anécdotas, las renuncias que ha debido aceptar

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