Ejemplo ensayo final, consumismo y finanzas

Consumismo, ¿Cómo afecta tu dinero?

        Con la globalización actual, se podría pensar que es un momento muy bueno para vivir, es demasiado fácil conseguir productos en el supermercado que varias décadas atrás era prácticamente imposible conseguir. Junto a la globalización, el consumismo viene incluido, donde las compras son el motor principal del sistema económico, ¿Sera que el dinero es gastado obteniendo el mejor valor por él? ¿Realmente los productos que se compran, valen lo mismo que la competencia? En este documento se indagará sobre cómo es que el consumismo puede estar afectando las finanzas personales, argumentando el porqué de nuestras decisiones.

        En cualquier caso, se tiene que estar familiarizado con una definición. El consumismo tiene varias interpretaciones, Korstanje en su reseña del libro Vida de consumo, de Zygmunt Bauman, menciona que, “el consumismo es un tipo de acuerdo social resultado de la conversión de deseos en el motor principal de movimiento de la sociedad.” (Korstanje, 2008) Esta definición, corta pero efectiva, lleva a pensar cómo llevamos nuestro estilo de vida, cómo funcionamos como sociedad, donde lo que nos hace levantarnos por la mañana no es más que un deseo de consumir.

        A pesar de que, en el fondo, la mayoría sabe de esta realidad, es ignorada por completo, se busca tener mayores ingresos, para simplemente gastarlos, en un mejor carro, en un viaje, ropa lujosa, etc. Viajar o tener un buen carro no tiene nada de malo, al contrario, satisface nuestras necesidades haciendo feliz al comprador, el problema viene, de que si en realidad esa compra, ese consumo, produce el sentimiento de bienestar que se esperaba, así como genera la duda sobre si realmente fue la mejor opción, el gasto mejor ‘invertido’.

        Ahora, para consumir se necesitan ingresos, los cuales muchas veces no se tienen y con facilidades como los créditos, muchas veces nos llevan a acumular deudas excesivas, y hasta innecesarias. Tomando en cuenta que, sin una propia educación financiera, los intereses pueden acumularse, generando interés sobre el interés, acabando con poder adquisitivo y haciendo que se pague múltiplos del valor original, pero claro, en “pagos chiquitos”.

        Al mismo tiempo, no todo es culpa del sistema, en México los conceptos financieros básicos son desconocidos, dando una gran oportunidad a los corporativos para aprovechar palabras complicadas que al final solo implican más gastos. “Un estudio realizado por la George Washington University School, en México, solo 32% de los adultos tiene una cultura financiera apropiada, mientras tanto en países como Suecia y Noruega, esta cifra está arriba del 70%.” (Dominguez, 2017).

        A pesar de la baja educación financiera la cultura mexicana juega un papel importante. Nuestros padres nos han acostumbrado a tener siempre más cosas, desde chicos con un simple berrinche podíamos obtener un juguete nuevo o un dulce que en realidad no necesitábamos, solo era por obtenerlo la mayoría de las veces. Inclusive, desde aún más pequeños, cuando no sabíamos ni hablar ya nos regalan cosas, como ropa, juguetitos, etc. Antes de tener nuestro propio pensamiento crítico ya se nos ha inculcado la cultura de comprar y obtener cosas, siempre queriendo más.

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