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El concepto tradicional y académico de la enseñanza


Enviado por   •  20 de Enero de 2013  •  1.644 Palabras (7 Páginas)  •  369 Visitas

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nnnnnn El concepto tradicional y académico de la enseñanza y de la preparación del maestro encuentra por completo incomprensible el enfoque integrador de la enseñanza, e interpreta toda desviación de las normas académicas convencionales como intelectualmemte vacía. No obstante, cuando reconocemos que un niño es mucho más complejo que su capacidad de memorizar, debemos comprender que la enseñanza integradora significa una preparación interdisciplinaria en que los requisitos intelectuales y emocionales son mucho mayores que los percibidos por el enfoque estrechamente académico. Si lo comprende, el papel puede ser desempeñado igualmente bien por un hombre o por una mujer. A favor de un aprendizaje de la lectura sin tropiezos, nos referiremos al maestro del sexo habitual en la práctica de nuestros días, es decir, el femenino, aunque tenemos la convicción de que en todas las edades los niños deberían ser enseñados por maestras de ambos sexos.

Una maestra de niños de menos de doce años debe tener una educación amplia. Pero no necesariamente debe dominar perfectamente algún tema, a menos que su interés personalla haya impulsado en ese sentido. Debe ser una persona cuya enseñanza la haya motivado a aprender durante toda su vida, y ciertamente ser una persona que se preocupe por todos los aspectos del intelecto. Como adulta, tiene intereses propios; como maestra, está dispuesta a aprender más acerca de lo que interesa a los niños, aun si los tópicos que los atraen no son de primer interés para ella. Pero se parece más al médico de familia de otra época, en su papel integrador, que al muy especializado dermatólogo o neurocirujano actuales.

La maestra de primaria no tiene que ser una experta en los recursos de un país extranjero, pero debe ser sensible a las relaciones ecológicas; acaso no haya estudiado cálculo, pero debe estar consciente de la belleza de la lógica y del ordenamiento matemáticos; tal vez no sepa citar a los poetas isabelinos, pero deberá amar y apreciar la literatura; quizás haya olvidado los nombres de los minerales, pero deberá vibrar en armonía con los principios científicos. Y su conocimiento de la historia tendrá que haber fortalecido su sentido de las múltiples relaciones entre causas y efectos. Su educación general y su preparación específica para la enseñanza deben mantenerla alerta sobre las posibilidades que hay en muchos campos y despertarle la emoción del aprendizaje, de modo que cuando se le hagan preguntas para las que no esté preparada en detalle no tema decir a los niños: "Puedo averiguado" o "Recurriremos a alguienque sepa". La maestra se educa continuamente mientras sigue estudiando con los niños áreas y temas propuestos por ellos o por ella en la búsqueda de la investigación honesta.

El desarrollo de maestras que pueden funcionar bien en forma integradora no se logra mediante la simple acumulación de cursos. No es fácil para maestras ni estudiantes de enseñanza que fueron educados de acuerdo con enfoques controladores y objetivos aprender a hacer la transición hacia una relación no autoritaria con los niños, en que el contenido se comparte y sin embargo no se abandona la autoridad del adulto, ni se abusa de ella. No es fácil establecer y mantener una estructura para el aprendizaje independiente de los niños. Cuando la maestra abandona su posición de preponderancia -ante el escritorio-

para avanzar libremente entre los niños, que tal vez no estén sentados todos ante sus propios pupitres, acaso se esté arriesgando a perder la autoridad sobre su clase. Los sentimientos acerca de los niños, acerca de ella como autoridad, las expectativas acerca del papel de la enseñanza, deben someterse a un escrutinio como parte de su preparación, con objeto de que la relación entre adulto y niño no sea humillante, explotadora ni amenazadora para niños y maestra por igual. Deberá llevar grabado un conocimiento de las etapas de los niños y de sus modos de aprender. Las actitudes necesarias para trabajar con niños deben internalizarse para ser espontáneas y auténticas. No se las podrá adoptar superficialmente sin que los niños lo noten.

“Las maestras de niños deben responder a exigencias especiales:

Las maestras, tan sólo ellas entre todas las profesiones, se pasan toda su vida laboral en continuo contacto con seres humanos inmaduros. Por ello, es peculiarmente probable que experimenten profundas repercusiones en sus propias personalidades, desencadenadas por las emociones infantiles e inmaduras y por la conducta de sus pupilos. La conducta pueril es un constante desafío y estímulo para el niño que existe dentro de cada adulto. Por consiguiente la maestra bien adaptada es aquella que se ha enfrentado a la niña que lleva dentro de sí misma y que es capaz de reaccionar a una conducta inmadura con actitudes maduras.”

La maestra debe ser una persona cuya propia casa emocional esté en orden. Expuesta a la adoración,

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