ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Política y derecho del consumidor


Enviado por   •  26 de Mayo de 2020  •  Tarea  •  1.077 Palabras (5 Páginas)  •  63 Visitas

Página 1 de 5

POLÍTICA Y DERECHO DEL CONSUMIDOR

CABRERA GABRIELA

USUARIO: 26793

  1. Mencionen un contrato que hayan celebrado a distancia. ¿Qué tipo de contrato celebraron? ¿Cómo dieron su consentimiento? ¿Leyeron las condiciones generales antes de aceptar?
  2. Mencionen un contrato que hayan tenido que suscribir y que luego se encontraron con cláusulas abusivas. ¿Qué tipo de contrato? Mencionen algunas de las cláusulas abusivas observadas. 

 A su vez, les enviamos dos artículos de doctrina que les van a servir de ayuda.

  • Título: Contratos por adhesión a condiciones generales. Autor: Boggiano, Antonio.
  • Cargo abusivo por mantenimiento de una caja de ahorro. A propósito de una sentencia reciente de la Corte Suprema. Autor: Drucaroff Aguiar, Alejandro 

 El plazo máximo para entregar este trabajo será hasta el jueves 21 de mayo, inclusive. 

  1. Contrato que tuve a distancia fue cuando contraté el cable que realmente los términos legales del mismo no te los envían por mail sino que tenés que crear un usuario para no solo estar pendiente el pago de tus facturas sino los términos y condiciones del contrato ya establecido con Cablevisión y Fibertel por ejemplo.

El tipo de contrato que tuve fue de “el comodato”, que se da sobre todo con las compañías de televisión por cable, ya que suelen entregarlos decodificadores o MODEM en comodato. En este caso una parte entrega a la otra gratuitamente una especie, mueble o raíz, para que haga uso de ella, con cargo de restituir la misma especie después de terminado el uso.

Mi consentimiento lo di porque era una buena opción económica a la hora de adquirirlo frente a otras compañías.

Realmente como aclare al principio, no leí las condiciones ni las pedí antes de firmar el contrato.

  1. Realmente a lo largo de mi vida, con oportunidades a celebrar contratos no he tenido por asi llamarlo con “Clausulas abusivas”.

Pero podría decir que centenares de páginas se podrían escribir con respecto a las teorías jurídicas sobre las cláusulas abusivas, nacionales e internacionales, que configuran el Instituto de Cláusulas Abusivas.

Y millares de páginas más se podrían escribir sobre el sufrimiento y el daño moral y económico que producen a millones de familias de consumidores, la maldad y mal intencionalidad de las cláusulas abusivas.
Así como resulta fácil definir los términos o cláusulas abusivas como las que afectan inequitativamente al consumidor en el cotejo entre los derechos y obligaciones de ambas partes, resulta difícil transcribir el perjuicio que le ocasiona al consumidor eso que la ley llama inequitativo.
La demorada promulgación de las normas que prevén la declaración de ineficacia de aquellos términos o cláusulas abusivas es cosa que nos pone serios. Y de actual grave seriedad, es la demora de los funcionarios públicos en expurgar en los millones de contratos escritos de consumo sus enquistadas cláusulas abusivas.
Paralelamente a ello, nuestro tiempo se absorbe atendiendo el cúmulo de quejas de los consumidores, en su mayoría formuladas precisamente por las modalidades y cláusulas abusivas que le imponen en cada instancia de sus contratos. Nuestro deber primordial e inmediato es resguardarlos ante el im-pacto que aquéllas le producen a sus derechos. Si firmaron un contrato prefabricado en su domicilio, en jurisdicción provincial, sea cercana o a miles de kilómetros de la Capital, en su adhesión con buena fe se incluye aquella cláusula abusiva predispuesta que prevé que cualquier desavenencia que origine el contrato, corresponderá ser atendida en los Tribunales de la Capital Federal, constituyendo esto un claro ejemplo del cercenamiento al derecho de defensa. En efecto, los obliga, sin más, a desplazarse aunque se trate de una simple mora de tres insignificantes cuotas adeudadas, a la ciudad de Buenos Aires. Con ese interés económico en juego que no justifica su viaje, deben dejar su hogar, sus hijos, y su trabajo. Al llegar, buscan un abogado en territorio desconocido para ellos, pagan los honorarios, constituyen un domicilio legal, y todo ello, con la velocidad impuesta ante el limitado tiempo procesal brindado para contestar la intimación judicial. Demanda en la mayoría de los casos confeccionada por los mega estudios jurídicos que representan a las empresas o en su defecto, simplemente deben renunciar a todo planteo judicial. No hace falta deducir lo oneroso y molesto que le resulta al consumidor esta  primera etapa del juicio; o el caso catastrófico que tuvo que soportar aquel hombre anciano, cuyo planteo se efectuaba en forma telefónica ante su imposibilidad física de poder movilizarse. Su conflicto se planteaba con su antiguo contrato de medicina prepaga, por el cual desde su inicio, y puntualmente, abonaba las cuotas correspondientes. Durante largos años se incluía en el clausulado contractual, el mismo que fuera redactado unilateralmente por la empresa de salud, una cláusula abusiva por la cual se le permitía a esta excelente prestadora, revocar o extinguir el contrato cuando así lo estimase conveniente. Lo dejó sin esa cobertura a los 78 años de edad y debido a su avanzada edad, con la imposibilidad de ser aceptado por otra prepaga del mercado. O la tristeza de una asociada que construyó un garaje, con las dimensiones aptas para que ingrese el automotor que había elegido mediante un contrato de ahorro previo. Al ser adjudicada, y a la espera de tan ansiada posesión, le dicen que se había resuelto, por aplicación de una simple cláusula abusiva, cambiar el modelo por otro más oneroso y de dimensiones tales que no le permitía guardarlo en el garaje construido y, por supuesto, aumentar el precio acordado. Lo más grave es que al interponer la queja ante la administradora, ésta le dice: si no le gusta el nuevo modelo renuncie, que le devolveremos el dinero de sus ahorros al finalizar el plan (de 50, 60, 70 u 80 meses), con la aclaración: “lógicamente con el descuento de  los gastos administrativos, del seguro y una penalización en base al valor del bien elegido por el hecho de renunciar”; en síntesis, su garaje sigue vacío a la espera de la devolución de sus ahorros.

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (7 Kb) pdf (98 Kb) docx (10 Kb)
Leer 4 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com