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Psicología del Consumidor


Enviado por   •  1 de Diciembre de 2019  •  Ensayos  •  1.489 Palabras (6 Páginas)  •  158 Visitas

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Centro Universitario Tecnológico

Modalidad:

B-Learning

Clase:

Psicología del Consumidor

Sección:

512

Catedrático:

Lic. Silvana Torres
        

Alumno:

 Ramón Emanuel Alarcón Castellanos

Cuenta:

31011984

Asignación:

Ensayo Compulsiva

Tegucigalpa M.D.C. 17 de marzo de 2019

Vivimos en una sociedad de consumo, quizás algunos países son más consumistas que otros pero desde que las distancias de los continentes se acortaron, es una epidemia por así llamarla, la del consumo. El capítulo 5 trata sobre la compra por impulso y la compra compulsiva, dos términos que aunque suenen parecido tienen una gran diferencia. Los orígenes de la compra no planificada no se pueden explicar de una forma tan sencilla, se tiene que estudiar al consumidor más allá de lo que una factura de compra puede dejar, es decir, se tiene que estudiar más, desde que esta persona se levanta hasta que llega de nuevo, cuáles fueron sus sensaciones, por qué realizó cierta compra y que sintió al momento de hacerlo. El texto afirma que los seres humanos priorizan sus hábitos de consumo en función de sus conocimientos, entiendo esto que como seres racionales pensamos claramente al momento de realizar una compra, también habla sobre sus habilidades, las cuales son adquiridas con el pasar del tiempo junto con la experiencia, somos consumidores diferentes todos, buscamos las mismas cosas muchas veces pero por motivos diferentes, nos mueven distintos sentimientos hacia lo que compramos, también cuando realizamos la compra pensamos diferente a otros consumidores, pero al final terminamos consumiendo. En la parte de la compra no planificada a la compra por impulso llama mi atención,  que estos dos términos no significan lo mismo, ya que la compra que no planificamos es aquella que se produce cuando llevamos una lista y este producto no se encuentra en ella pero lo agregamos, quizás porque se nos olvidó en el momento de hacer dicha lista. En cambio la compra por impulso sería comprar una lista de productos totalmente diferente a la que llevamos al lugar, podría ser un supermercado. En los años sesenta se consideraba que las compras no planificadas quizás eran responsabilidad del marketing, pero sin olvidar que las personas tomaban estas decisiones libremente. Y es que los consumidores no pueden dejar de realizar estas compras no planificadas, en mi punto de vista es ilógico pensarlo así ya que no sabemos que nos depara el futuro, hablando en cuestión de unos días por ejemplo podemos realizar una planificación de compras, pero siempre habrá algo que se nos escape de las manos, algo que no pensamos comprar pero que quizás si era necesario, la palabra necesario para mí significa elementos básicos como la comida. Al final identificar las razones de  la conducta hacia la compra impulsiva en relación a lo que se planifica comprar es algo muy difícil que muchos estudios realizados hasta ahora, no han podido dejar escrito en piedra. En el apartado del énfasis del producto a las emociones de las personas habla sobre que las conductas económicas son en general, resultado no solo de comportamientos racionales, sino que también de los sentimientos y expectativas de las personas, y esto es muy cierto ya que como lo aprendí en la conferencia, existen dos tipos de personas, las racionales y las emocionales, quizás en algún momento todos tenemos un poco de ambas, pero las personas nos movemos por los sentimientos. La psicología entra en escena de una forma muy importante en cuanto a su relación con la conducta de compra, ya que aborda como dice el libro este fenómeno desde un ángulo diferente, destacando las vivencias de los consumidores, las motivaciones y las estimulaciones. En la parte de la compra por impulso, consumo conspicuo y la soberanía del consumidor habla sobre los estados afectivos que son determinados por la propia persona, la situación física y el como social, este se refiere a las personas que nos rodean, como ser familiares, pareja o amigos, estos estados interactúan unos con otros e incrementan en la medida que lo hacen cuando estamos a punto de realizar una compra. La cultura tiene mucha influencia así como también la situación física, cuando se refiere a física es cuando estamos frente a una tienda y tiene un rótulo gigante que dice “a mitad de precio”, la conducta entonces es manifestada por la interacción o adaptación de las variables anteriores. Menciona que las compras por impulso son consideradas como malas, porque no estaban planificadas, porque muchas veces se refiere a ellas como cosas que no ocupamos realmente, aunque si realizamos bastantes compras no planificadas y por impulso y que estas nos hagan sentir mal luego entonces podríamos estar experimentando síntomas de compra patológica. En algunas ocasiones el factor precio de una compra puede hacer sentir bien a la persona, por ejemplo si compramos un producto diferente o varios de ellos de una lista pero estos productos al final salieron más baratos que los que los que contenía la lista pues entonces justificamos esta compra por impulso aduciendo que es más barato o que nos salió mejor esa compra. Sobre el consumo conspicuo que quiere decir algo ostentoso, es normal que no haya interés en estudiar este tipo de consumo, ya que de la población mundial hoy en día son una muestra muy pequeña, ya que el mundo no está lleno de millonarios es alrevez más bien, los estudios deben de centrarse en las masas en lo que la mayoría de personas compra o puede comprar, esta cifra es por mucho más amplia. Cuando luego de darse cuenta de esto comenzaron las investigaciones por clases sociales, hace que las características de los demandantes comenzó a tener más relevancia. En la postmodernidad el consumo tiene un papel central en la manera que se construye la sociedad en el mundo, los consumidores adquieren los productos no solo para utilizarlos también adquieren un significado simbólico de ellos. En el apartado de la soberanía del consumidor habla sobre como los consumidores se decidan por el valor añadido que tiene un producto, la utilidad de este y como la relaciona con su autoestima, la mayor parte de los productos hoy en día se compone de dos constituyentes: el producto tangible que es el envase y la marca, y el producto aumentado que es el servicio y la garantía. Los consumidores muchas veces por ignorancia perdemos de vista los beneficios básicos de los productos y la verdadera función para lo que fueron creados. La compra compulsiva tiene un elemento común con la mencionada anteriormente es decir la compra con impulso, y son los sentimientos de posesión y de urgencia, en el caso del  primero es cuando decimos quiero tenerlo, necesito tenerlo, me vería bien teniéndolo, y en cuanto a la urgencia es la compra ya, tenemos el dinero y el tiempo, estamos en una situación inmejorable para realizar la compra, es cuando consideramos muchas veces que todo está a nuestro favor y no utilizamos la razón, hacemos uso de nuestros sentimientos. La compra compulsiva es patológica ya que esta se realiza en reiteradas ocasiones, una y otra vez, no hay un control, y por más que se trata de no hacerlo el resultado al final es el mismo. Más de un 60% de las compras se deciden en el lugar de venta, eso quiere decir que no fueron realmente planificadas. Un dato importante a destacar es que las compras compulsivas no han sido relacionadas todavía con la ansiedad, esto quiere decir que tienen que ver más por el nivel de autoestima y los rasgos de personalidad. Las dos grandes líneas de investigación sobre las compras compulsivas son el énfasis en la sociedad de consumo como catalizadora, o propiciadora, de conductas adictivas. Y la segunda línea de investigación es el estudio de las componentes patológicas de la compra compulsiva. La compra patológica se caracteriza por dos criterios por la presteza e inclinación hacia la compra de manera urgente y el sentimiento de pérdida de control personal, entre muchos otros criterios más. Sobre el bienestar de los consumidores en cuanto a su actitud hacia las compras el texto lo expresa en tres dimensiones: la posibilidad de comprar, ya sea en cuanto a la movilización, al tener el dinero para hacerlo y a ser físicamente hábiles para lograrlo, la segunda dimensión es la elección del producto, el poder elegir bien, elegir de una manera inteligente que al final nos haga sentir bien y la acción real de consumir, un vez que ya tenemos el producto el poder disfrutarlo y tener al final una sensación de satisfacción. Hay mucha información importante en el texto, mi conclusión principal es que como consumidores dejamos durante la compra que realizamos ya sea por impulso o si tenemos la patología de la compra compulsiva, dejamos nuestra personalidad, nuestra cultura, los sentimientos que tenemos hacia algo que queremos no brinde una satisfacción para mejorar nuestra autoestima, que si bien es cierto la compra por impulso o no planificada no es bien vista, pero está comprobado que la mayoría de ellas no lo son.

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