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¿Quién se ha llevado mi queso?


Enviado por   •  14 de Noviembre de 2017  •  Ensayos  •  1.110 Palabras (5 Páginas)  •  170 Visitas

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¿Quién se ha llevado mi queso?        Mauricio Vilar Giribet[pic 1][pic 2]

Ensayo-Gestión Administrativa

“¿Quién se ha llevado mi queso?” nos narra la historia de un personaje, Haw, un pequeño Liliputiense dedicado junto con su amigo Hem a buscar queso dentro de un laberinto aparentemente sin fin, en el que se encuentran dos ratones los cuales son inferiores intelectualmente hablando, ya que Fisgón y Escurridizo actuaban por instinto y no por medio de la razón, pero todos con un mismo fin, encontrar queso. Cada quien con sus propias ideas y métodos, los cuales los llevaron a diferentes destinos, aunque  eso no signifique que uno sea mejor que otro porque al parecer los Liliputienses los más inteligentes y engreídos resultaron ser los menos exitosos.

Unos ratones y unos Liliputienses en un laberinto con la única meta de encontrar queso, todos los días la misma rutina; colocarse los zapatos y salir al interior de ese laberinto en busca de queso para alimentar a sus respectivas familias, eso era el diario, lo que los hacia levantarse todos los días con ánimo de seguir intentando encontrar en alguno de los depósitos una cantidad de queso el cual ya no tuvieran que preocuparse. Para ellos, encontrar el queso era su forma de conseguir lo que creían necesitar para ser felices. Tenían sus propias ideas acerca de lo que el queso significaba para ellos, dependiendo su sabor.

Los ratones Fisgón y Escurridizo tenían no tenían un método específico para buscar el queso, solo iniciaban buscando pasillo a pasillo, entrando en cada rincón que veían, no se detenían a pensar en si quizá aparecería queso en algún pasillo que ellos ya habían revisado, ellos solo seguían adelante hasta que se les apareciera queso que comer y se regresaban justo por donde vinieron. Uno pensará; eso no tiene mucha estrategia, ¿por qué revisar los pasillos dos veces, si uno ya sabe que no hay nada?, y cuando encontraban una fuente de queso en gran cantidad no solo pensaban en quedarse ahí, si no ellos se mantenían en constante movimiento, siempre buscando más queso que comer, actuaban por instinto.

En cambio los Liliputienses usaban la lógica y la estrategia para encontrar queso “más rápido” y “eficazmente”, memorizaban los pasillos y los depósitos de queso a los cuales ya habían ido para llegar cada vez más lejos y encontrar cada vez más queso.

Llego el momento donde Hem y Haw se encontraron con el depósito de queso Q, el más grande que habrían visto en toda su vida, había queso para dar y regalar. Para ellos eso equivalía a tener cosas materiales, disfrutar de buena salud, sentirse seguros, y una infinidad de sentimientos. Este descubrimiento implicaba el ya no tener que salir nunca más a buscar queso, no necesitar internarse en pasadizos desconocidos, ya lo tenían todo, hasta se olvidaron por completo de los zapatos que usaban todos los días, no tenían preocupación alguna, ¿para qué trabajar si ya lo tengo todo?. Todo esto mientras Fisgón y Escurridizo seguían con su rutina diaria, para ellos nada había cambiado solo era un deposito más.[pic 3]

Al cabo del tiempo, como toda persona, se acostumbraron a vivir de la buena vida, pero como dice el dicho: “nada es para siempre”. Un día simplemente al llegar al depósito se dieron cuenta de que ya no estaba el queso, entraron en pánico, no sabían que hacer, lo único que hacían era reclamar que les habían robado su queso, que no era justo ¿quién se ha llevado mi queso?.

Haw al paso del tiempo se cansó de esperar que algún día le devolvieran el queso, en cambio Hem se resignaba a moverse hasta que le devolvieran su queso. Haw en una etapa de desesperación, hambre, y decepción se puso a pensar en aventurarse de nuevo al laberinto, el temor de meterse era grande pero su temor de no encontrar queso era más grande y ahí se dio cuenta de que romper el miedo lo llevo de estar sentado haciendo hoyos en la pared para buscar a un responsable de su fortuna, a levantarse y buscar queso en el laberinto. ¿Se sentía débil?- sí, ¿desesperado?-sí, pero se dio cuenta de que fue la mejor decisión que pudo haber tomado ya que al cabo del tiempo volvió a encontrar queso en pequeñas cantidades, lo que lo impulso a escribir en las paredes los pensamientos que se le venían a la cabeza para ver si algún día su amigo Hem se dejara de quejar por su queso y se pusiera a buscar otro; él escribió cosas como: “Es más seguro buscar en el laberinto que permanecer en una situación sin queso”, “si no cambias te puedes extinguir”, “cuando dejas atrás tus temores te sientes libre”, “observar pronto los pequeños cambios te ayuda a adaptarte a los grandes cambios por venir”.  Todo lo que escribía era lo que iba reflexionando y aprendiendo acerca de su nueva vida.

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