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RESUMEN LIBRO FRANCISCO DURAND EL PERU FRACTURADO: FORMALIDAD, INFORMALIDAD Y ECONOMIA DELICTIVA


Enviado por   •  9 de Octubre de 2012  •  2.132 Palabras (9 Páginas)  •  7.488 Visitas

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FRANCISCO DURAND

EL PERU FRACTURADO: FORMALIDAD, INFORMALIDAD Y ECONOMIA DELICTIVA

El hecho de que luego de la crisis de 1989-1990, en el segundo gran intento de cambio, el noliberal, fue mejorando la economía, y se derrotara a las fuerzas del terrorismo, se estaba reactivando la economía.

El mercado fuerte y el Estado mínimo parecía la fórmula adecuada para caminar rápidamente a la modernidad.

Estamos frente a un país que ha emergido de la crisis y luego se ha estabilizado, el país tiene impulsos de modernidad, y organizaciones que merecen ese nombre – firmas y gobiernos, universidades y toda clase de instituciones de la sociedad civil, pero no rige lo formal. En ciertos distritos del territorio nacional todo es moderno, pero el Perú no es San Isidro.

Hay mucha desigualdad en el Perú, es ms heterogéneo que homogéneo. Seguimos sufriendo la herencia de desigualdad del pasado y estamos frente a una nueva estructura económica y social deforme. No tenemos economía de mercado y un sistema de libertad política.

La mejor manera de encarar este problema en el Perú es buscar un enfoque sociológico panorámico que incorpore los aportes de distintas disciplinas – economías, antropología, lingüística, demografía, criminología para explicar la actual estructura de clases sociales a partir de sus fundamentos económicos y jurídico – institucionales, y los cambios culturales que orientan el comportamiento.

CAMBIO Y MODERNIDAD:

El cambio en el Perú se efectúa a partir del día de la independencia, abolición de la exclavitud, los indígenas seguían subyugados social, económica, política y hasta tributariamente como en la época de la Colonia, es decir había República sin libertad de derechos menos oportunidades, existía más obligaciones. A partir del siglo XX se busca la superación del orden tradicional heredado de la Colonia y su suplantación por uno moderno que genere igualdad y equilibre obligaciones y derechos.

Esta fue la manera como la generación del 21 hablaba de Reforma Agraria y la nacionalización de los recursos naturales, de la modernización del Estado y la construcción de infraestructura para integrar al país. Estos fueron los grandes temas del cambio social que dominaron la política, pero la poca democracia que tuvimos no los logró superar.

La tesis de este trabajo es que nos estamos alejando en lugar de acercando a la modernidad esperada. Primero nos empantanamos por la izquierda y luego por la derecha. El cambio ha ocurrido, pero no con modernidad, solo se ha logrado superar el orden tradicional, pero no las grandes brechas sociales y regionales heredadas de la Colonia y otras nuevas que indican que nos hemos salido del camino. El mayor evidente indicio de esta constatación pesimista es que lo formal no rige, el Estado no manda. Es así porque en la crisis sucesivas y prolongadas que el Perú sufre se han ido formando las economías informales y delictivas que operan con una cultura de transgresión.

Una gran mayoría de peruanos se comporta siguiendo una cultura de transgresión.

El comportamiento desviante se ha vuelto parte de la vida cotidiana, la corrupción aceptada, la arbitrariedad tolerada, la violencia cosa de todos los días. El problema para apelar a la lingüística, es que los peruanos se han vuelto, en número cada vez mas grandes, personajes más y más achorados, aventados, bravazos, chongueros, conchudos, merecedores, moscas, recurseros, vivos y criollos; es decir trasgresores. Esa cultura es la base operativa de las economías informales y delictivas, pero en la medida que convive con lo formal, tiene a extenderla a ese campo para neutralizarla.

Un Estado no funciona bien sin un mercado integrado, a su vez, el mercado necesita de un verdadero Estado. Para que genere beneficios y oportunidades a la mayoría de los ciudadanos, todo Estado moderno debe controlar y regular las transacciones económicas que se realizan en su territorio y ejercer autoridad a través de normas e instituciones que se respeten.

Se producen abusos y se opera en corrupción, entonces no estamos propiamente hablando de una modernidad institucional, sino de modernidad desviada. El estado no controla el mercado ni controla el comportamiento de los actores sociales y de los individuos y donde la economía genera más empleo fuera del ámbito formal.

Una de sus mayores consecuencias, dentro de las muchas que tiene, es el haber ido incubando una cultura de transgresión. Esta cultura nueva, que podría también calificarse, siguiendo el habla popular, el achoramiento un termino coloquial que se acuño en el momento que entramos por el desvío-, es tan profunda que incluso envuelve al propio Estado, al mercado ya la propia sociedad civil.

BRECHA VIEJAS Y NUEVAS:

El Perú tradicional o el imaginado en los inicios de la modernización “ya fue”, es cosa del pasado. Estamos, frente a una realidad que arrastra algunos problemas y que, al mismo tiempo, ha generado otros nuevos.

Los cambios y las riñas continuas han dejado huella en las estructuras de clases sociales peruanas, primero desarticulándola y luego articulándola de forma poco armoniosa, la clase alta sigue siendo pequeña llena de privilegios, la clase media se ha reducido, no ha crecido como debía, lo cual es un problema, ya que esta clase es un elemento estabilizador fundamental para toda sociedad, los pobres siguen siendo los que predominan.

Hoy existen desigualdad sin patrones, o al menos esa es la impresión que teemos porque, ha diferencia de los viejos capataces y hacendados, los nuevos no son muy visibles. Andan escondidos en la economía subterránea donde operan.

Cuando empezó la llamada modernización, entonces recién comenzaba el problema migratorio, el traslado masivo y persistente de campesinos y provincianos hacia la ciudad.

Los informales en la ciudad son mayoritarios y están en todas partes; han crecido espectacularmente y han generado miles de pequeñas y medianas empresas. A base de empleo libre y barato.

Además, han aparecido narcotraficantes, contrabandista y piratas de escena.

Un cambio muy importante relacionado con la ampliación de las oportunidades de hacer empresa, un fenómeno que los sociólogos llaman “emergente” y que es básicamente positivo. Se trata de impulsos económicos que salen de abajo, de pobres y provincianos de éxito. Gracias a su esfuerzo, suben de algún modo en la escala social, “emergen”, mejorando su estatus como trabajadores o empleadores, que también son parte de ese otro Perú.

La brecha principal

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