Los Recursos Afectivos Del Educando

En el ámbito educativo, existe gran cantidad de investigaciones que tratan temáticas relativas a los recursos afectivos de los estudiantes, tales como: autoconcepto, autoestima y motivación, y la forma como éstos pueden influir positiva o negativamente en su rendimiento escolar.

Revisaremos en primer lugar la autoestima, el autoconcepto y luego la motivación escolar.

Una de las variables que presenta mayor consenso en cuanto al rendimiento escolar y su positiva influencia, es la autoestima, Padrón, Hernández & Alfonso (2009) señalan que “la autoestima es un sentimiento valorativo de nuestro ser, de quiénes somos, del conjunto de rasgos corporales, mentales y espirituales que configuran nuestra personalidad. La autoestima se aprende, cambia, se puede mejorar y está relacionada con el desarrollo integral de la personalidad en los niveles ideológico, psicológico, social y económico” (p. 1).

Padrón,Hernandez & Alfonso (2009) indican que este recurso es inherente a todos los seres humanos y como producto de la interacción social se desarrolla entre el hombre y su mundo. Este recurso afectivo es de gran importancia cuando se pretenden avances cualitativos dentro de un modelo educacional, a fin de que este sea eficaz para en la formación de niños, jóvenes y adultos.

Yagosesky (1998) citado en Padrón, Hernandez & Alfonso (2009), define la autoestima desde el punto de vista psicológico como “el resultado del proceso de valorización profunda, externa y personal que cada quien hace de si mismo en todo momento, esté o no consciente de ello. Este resultado es observable y se relaciona con nuestros sentidos de valía, capacidad, merecimiento y es a la vez causa de todos nuestros comportamientos” (p.5).

Dado lo anterior no podemos dejar de considerar que la autoestima como recurso no siempre actúa sola, sino que mas bien va ligada a la confianza personal, elementos que son parte del autoconcepto según lo indican Rosenberg y Kaplan (1982) citado en Schunk (1997), estos señalan que la autoestima es considerada como el “sentido subjetivo de la valía personal” (p.326), o dicho en otras palabras, cuanto y como se respeta el individuo a sí mismo.

La confianza personal otorga el grado o medida que el individuo cree que puede alcanzar, ya sea en forma de resultados, metas, objetivos o trabajos a realizar en forma competente. La confianza personal es considerada “análoga a la autoeficacia” (p. 326) donde la fuerte convicción de que se es capaz de desarrollar objetivos con destreza, aumenta la autoestima, la cual al encontrarse elevada ayuda a que

el individuo realice tareas complejas y que el éxito logrado fortalezca la deseada confianza personal

(Shunck ,1997).

Después de analizar varios conceptos sobre la autoestima, Padrón, Hernandez & Alfonso (2009) llegan a la conclusión de que la autoestima es “conocerse a si mismo (….) auto defenderse, valorarse, autoestimarse y autoobservarse, aprender a querernos, respetarnos y cuidarnos, depende esencialmente de la educación en la familia, la escuela y el entorno” (p.5)

Por lo tanto podemos señalar que la autoestima es uno de los recursos afectivos que tiene relación con el buen rendimiento académico de los alumnos, ( Arancibia, Herrera & Strasser, 2005).

No debería por lo tanto extrañarnos que exista una clara relación entre las variables autoestima y rendimiento escolar. Si se consideran las experiencias escolares de los niños y por otro lado al niño que posee una alta autoestima, donde generará una sensación de competencia, obteniendo ante los desafíos escolares mayor confianza y creatividad (Milicic,1995 citado en Arancibia, Herrera & Strasser, 2005)

En relación a los ya mencionados estudios nos podemos dar cuenta que los establecimientos educacionales cumplen un rol importante en la mantención y estimulación al desarrollo de los recursos afectivos de los estudiantes. Por lo que en la medida que tengamos más instituciones académicas y entidad que asuman en forma responsable la necesaria práctica de fomentar el desarrollo de una buena autoestima en los niños, veremos avances en la calidad de nuestros sistemas educativos.

(Maris, 1993 citado en Arancibia, Herrera & Strausser,2005) señala los siguientes aspectos generales que se debe tomar en cuenta en una institución educacional a la hora de fomentar la autoestima en las salas de clases:

• “Orientación hacia la progresiva construcción de una personalidad autónoma, tomando conciencia de la importancia del desarrollo de un locus de control interno.

• Planificación de estrategias docentes que requieren de la participación activa de los alumnos y a la vez que controlen el proceso de aprendizaje.

• Proponerse como objetivos educativos la formación de hábitos relativos al trabajo intelectual, hábitos que a la vez comprometan y exigan la esfera volitivo-valorativa, Íntimamente ligada a la toma de conciencia de los propios logros y dificultades en el proceso de aprender.

Todo esto implicaría colocar en el proceso educativo al sujeto como centro consciente y autónomo”

(p.184).

A raíz de la importancia que cumple el docente en el desarrollo de este recurso afectivo en los educandos, se han creado muchos programas orientados al desarrollo de una sana autoestima.

Arancibia, Herrera & Strausser (2005) nos muestran una propuesta creada por Reasoner (1990), la que señala que para lograr un ambiente positivo en la autoestima se deben generar cinco tipos de sentimientos:

• Sentimiento de seguridad.

• Sentimiento de identidad o autoconcepto.

• Sentimiento de pertenencia.

• Sentimiento de propósito.

• Sentimiento de competencia personal.

El autor sugiere varios roles a ejecutar por el docente en su sala de clases incentivar el desarrollo de los mencionados tipos de sentimientos, los que se muestran a continuación.

SENTIMIENTO DE SEGURIDAD

Establecer exigencias y límites realistas, que sean viables y alcanzables por los estudiantes, porque de lo contrario puede que los alumnos no logren su desarrollo, generando en ellos frustración y una gran decepción para el docente. Es necesario que el profesor señale

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