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Psicopedagogia


Enviado por   •  1 de Agosto de 2011  •  2.228 Palabras (9 Páginas)  •  1.280 Visitas

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Resumen

En el presente artículo se exponen un conjunto de reflexiones y argumentos científicos que sustentan el interés investigativo sobre la búsqueda de factores psicológicos relevantes que determinan la evaluación personal de la calidad de vida individual.

En él mismo se exponen además, los fundamentos teóricos generales del modelo elaborado por la autora, para conducir la investigación realizada encaminada a la búsqueda de dichos factores, considerados como determinantes internos de la valoración de calidad de vida personal.

Quedan plasmados en el artículo los factores que se han identificados como determinantes psicológicos de la calidad de vida, resultado investigativo de una larga y rica trayectoria de estudios realizados sobre el tema en nuestro medio.

Palabras Claves: Factores psicológicos, calidad de vida, determinantes psicológicos personales

Introducción

La multideterminación de la calidad de vida (CV) exige un análisis desde el punto de vista pluridisciplinar. Su naturaleza integradora y, por tanto, compleja, demanda un trabajo interdisciplinario arduo y poco sencillo, donde se destaca la interpretación de relaciones inmersas en sistemas no lineales de variables que participan en su determinación.

El reto que ello significa para cada ciencia en particular, exige de un trabajo sistemático y profundo, a través del cual se logre discernir qué factores aporta cada disciplina, en calidad de ordenadores medulares del concepto, los cuales pueden actuar como rectores en la determinación sistémica de la CV.

Diferentes autores, entre ellos Butler (2003), Castro y Reygadas (2006), expresan que las definiciones o medidas sencillas y simples de la CV no existen, pues la subjetividad y sus matices son esenciales en su determinación[1]

El poco poder explicativo que tiene la evaluación realizada por observadores externos ("objetivos"), demostrado en diferentes investigaciones (Najman y Levine; Fayos y Beland; Van Dam y colbs; De Haes y Van Knippenberg, citados por Llantá y Grau 1996; Novella y colbs. 2001; Skinner 2002; Ürzua y colbs. 2005; Contreras 2005; etc.), refuerza la importancia de que sea la propia persona quien evalué su CV.

Resulta difícil, entonces, definir desde fuera, al margen de la valoración propia, lo bueno o beneficioso para el sujeto y, por ello, la tendencia actual en los estudios de CV es la de que se analice a través de la evaluación personal o interna (Reimel 1992; Díaz y colbs. 1994; Grau 1998, 2003; Butler 2003; Palacios y Castro 2005; Castro y Reygadas 2006, Lamas 2007; Mikulic y Crespi 2007, etc.), sin ignorar los riesgos que desde siempre se le han asociado a la introspección, pero sin dejar de reconocer lo importante de la unicidad e irrepetibilidad de la persona.

Esta problemática no escapa al conocido descubrimiento del llamado "dilema de la no-concordancia", que se declaró hace algunos años en el estudio de las actitudes (Pérez Lovelle 1987). En el caso particular del tema, se expresa en la no-correspondencia entre la valoración que ofrecen los individuos y las que emiten los cuidadores de salud, familiares, personal médico etc., ampliamente referidos (Jachuk y colbs 1982, cit. por Grau 1998; Yárnoz 2003, Urzúa y colbs. 2005; Palacios y Castro 2005; etc.). Al respecto, se declara que las tasas de concordancia entre las valoraciones internas y externas son de moderadas a bajas (Novella y colbs. 2001).

La afirmación de investigadores como Pérez Lovelle (1987), que plantean que las personas en ocasiones deciden comportarse no como lo indican sus formaciones psicológicas, sino como dictan las conveniencias de las circunstancias reales, puede ser -- y es, de hecho --, una respuesta a todo intento de determinación rígida de la conducta y sus valoraciones.

La indudable ventaja que tiene el ser humano de poder atisbar directamente algunos aspectos de su propia vida psíquica, puede adelantar hipótesis sobre mecanismos de regulación psíquica, que posteriormente pueden ser comprobados con otros métodos de investigación.

Se asume, entonces, el valor del estudio de la subjetividad que, en opinión de Pérez Lovelle (1987), es un antídoto eficaz para evitar la simplificación del conocimiento de la psiquis humana y reafirma el valor de las evaluaciones personales.

Se acepta cada vez más, que cada sujeto debe ser la persona más capaz de sopesar satisfacciones e insatisfacciones con su propia vida y valorar su calidad (De Haes y Van Knippenberg 1989; Gill y Feinstein 1994; Winefeld 1995, cit. por Grau 1998; Contreras 2005; Palacios y Castro 2005; etc.).

Unido a ello, el poco poder explicativo de los análisis de las condiciones objetivas en la calidad de vida percibida (CVP), resalta la importancia de considerar los factores subjetivos, y se investiga bajo el supuesto de que el individuo valora su CV según su experiencia privada, la percepción que tiene de la realidad y la satisfacción que experimenta en ella (García y Soriano 1990; Barreto y Pascual 1991; Grau 1998; García-Viniegras 2004; Palacios y Castro 2005; Castro y Reygadas 2006, etc.).

El papel de los factores psicológicos que condicionan el grado de satisfacción y bienestar es determinante para el proceso de evaluación. Discernir de qué depende esta evaluación resulta clave para mejorar realmente la CV de las personas tanto enfermas como sanas (Batista - Foguet, Artés 1994; Victoria 2004; Contreras 2005; Palacios y Castro 2005).

La CVP es resultante de la intersección de factores objetivos (transitorios o permanentes), con subjetivos y personales (de mayor estabilidad), y no es susceptible de evaluación a partir de solo uno de estos dos polos; pero autores como Grau (1998) abogan por el papel de los factores personales como condicionantes del grado de adaptación y de CVP y determinantes en el proceso de evaluación de la realidad y las condiciones de vida. Se afianza la convicción acerca del papel de los aspectos personales y, con ello, la tendencia a la estabilidad más que a la transitoriedad.

Batista y colbs. (1994) exponen con firmeza que si la CVP dependiera de factores transitorios, el constructo no podría evaluarse de forma fiable y resultaría inútil su estudio científico. Se reafirma en los investigadores el criterio de la existencia de cierta disposición personal que implicaría una mayor estabilidad (Avía y Vázquez 1998; Lopategui 2003). Ello justificaría el interés por su evaluación, a lo que se suma la autora.

Teniendo en cuenta los aspectos declarados, el presente artículo tiene como objetivo plasmar los argumentos y resultados de la investigación realizada dirigida a identificar factores psicológicos medulares en la percepción y vivencia

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