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Asertividad


Enviado por   •  8 de Mayo de 2012  •  2.753 Palabras (12 Páginas)  •  549 Visitas

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La asertividad no consiste en mostrarse agresivo, o independiente, o hacerse el diferente de los demás. Consiste en ser capaz de afirmar y defender unas ideas, unas reclamaciones, unas posturas personales, desde una actitud de confianza en sí mismo. Esto no significa terquedad ni falta de flexibilidad. La persona asertiva tiene fe en su propio juicio, aunque vaya en contra de lo que está de moda, o lo que se considere correcto socialmente.

Todos los adultos, suficientemente maduros y competentes, van logrando un cierto nivel de asertividad, porque van aprendiendo a pensar por sí mismos. Logran ser personas "socialmente competentes", lo cual no quiere decir personas ingeniosas, entendidas y hábiles, sino con capacidad de plantear y defender sus argumentos.

De acuerdo con Manuel 1. Smith en su libro "Sí, puedo decir no", editorial Grijalbo, a quien seguimos en este tema, todos queremos que nuestros hijos sean asertivos, pero también que sean niños dóciles, obedientes, "niños buenos". Esto estámuy bien. Estamos a favor de una educación en la exigencia, la disciplina, el control, el saber diferir la satisfacción de los caprichos y deseos. Pero estamos en contra de educar en la dócil sumisión sin sentido crítico y sin capacidad asertiva. No deberíamos entrenar a los niños para ser "niños-buenos" si esto significa carencia de asertividad.

El "niño-bueno" no asertivo

Un "niño-bueno" no asertivo es alguien que complace a la gente, sobre todo a los que tienen autoridad sobre él. Obediente y paciente, está dispuesto a aceptar lo que pensamos los adultos, sin contradecimos. Acepta el juicio de sus padres, o de otros adultos, respecto a lo que está bien o mal; sin decir nunca "no" a nadie, o no decido en serio.

El problema de estos "niños buenos" es que después, en los grupos de iguales, pueden dejarse convencer fácilmente de cualquier cosa, y caen en comportamientos que no nos gustan respecto al trabajo escolar, consumo de tabaco, alcohol, drogas, etc. Otras veces se manifiestan agresivos y coléricos, porque se cansan de ser buenos; o también se vuelven resentidos con sus padres, una especie de desquite por haber sido tratados como personas de segunda categoría.

Durante la preadolescencia, les resultará más dificil empezar a pensar independientemente, tomar decisiones y asumir responsabilidades. Y en la adolescencia, al asomarse más a la calle y a la vida, los "niños-buenas-dóciles" se encontrarán ) sobresaltados por cuestiones como éstas, que llaman a su puerta: cuándo comenzar los contactos sexuales, qué vaya ser cuando crezca, ¿escogeré una carrera técnica como mi padre o una actividad de relaciones humanas como mi madre?, ¿cuándo empezar a beber?, ¿está bien que consuma drogas, si mis amigos lo hacen?, etc.

En vez de estimularles a seguir aferrados a ideas infantiles sobre la vida, como hacen algunos padres, habría que decirles: "¿Te acuerdas de aquellas cosas buenas que te hemos enseñado? Pues ahora todo lo vas a ver cambiado y tendrás que hacerte tu propio modo de proceder. Nosotros podemos y queremos ayudarte pero tienes que encontrarlo tú".

Un problema educativo familiar hoy

Aunque tu hijo no sea el típico "niño-bueno" que hemos descrito, existe el problema de que muchos adolescentes se inician hoy prematuramente en el camino del alcohol, tabaco, sexo, violencia, etc. porque los grupos de iguales y el ambiente social les presionan terriblemente en esa línea.

¿Qué podemos hacer? Por una parte, llevar a cabo una educación exigente, de lo cual hémos tratado en otras conferencias acerca de "atreverse a mandar", etc. En segundo lugar, podemos enseñarles a vivir sin dejarse manipular, es decir, enseñarles a ser asertivos, algo que podemos ir haciendo en casa, y que constituye una auténtica prevención.

Si tu hijo, como dice M. I. Smith, "aprende a ser asertivo mientras está en la Educación Primaria, será más capaz de defenderse durante la Educación Secundaria; y si aprende a ser más asertivo en estos años intermedios, logrará ser asertivo durante la adolescencia; lo cual le ayudará a hacer frente después al medio universitario o laboral, más amplio y sometido a menos supervisión".

Enseñar a ser asertivos

Consiste en inmunizarles a la manipulación. La gente nos manipula para sentimos culpables o inseguros de no hacer lo que los demás; reducen nuestra capacidad de juzgar acerca de qué es lo mejor para nosotros mismos. Una de las mejores maneras de ayudar a ser asertivos es enseñar a tus hijos, de palabra y de obra, los llamados "derechos asertivos". Veamos los "derechos" que considero más interesantes.

Cinco derechos asertivos

I. Tengo derecho a ser juez de mis propios senti mientos, pensamientos y comportamientos

Los adultos tenemos la experiencia de que los técnicos y especialistas, que nos ayudan a resolver nuestros problemas, se erigen en jueces y jefes de nosotros mismos. Ni el mecánico que me arregla el coche ni el médico que me aconseja una dieta, son los responsables de mi coche y de mi salud. Soy yo el que tomo las decisiones sobre mis cosas y mi vida.

¿Cómo enseñar y actuar en casa con los hijos, para que aprendan este derecho?

ENSEÑAR EN CASA. Dile a tu hijo oportunamente que distinga entre "el consejero" (el que se pone a decirle lo que tiene que hacer) y el que decide, que es él mismo. Dile que nadie puede suplantar su decisión; si duda, puede aconsejarse de otros. Él sólo es quien va a cargar con las consecuencias; los "consejeros" le van a dejar en la estacada.

ACTUAR EN CASA. Cuando tú le aconsejes (no cuando le mandes) déjale que él decida, aún en contra de tu consejo. No le chantajees con tu enfado, con hacerte la víctima, con la presión de un rollo interminable. A no ser que quieras que haga algo. Entonces, mándaselo o dile claramente que, después de oírle, tú vas a tomar la decisión; es mejor decir a los hijos, que no pueden hacer algo, simplemente porque no queremos que lo hagan. Lo cual es también una manera de enseñarles la asertividad.

Los niños pequeños no siempre saben lo que es mejor. Tendremos que decírselo. Pero no podemos hacerlo sin rebajar sus derechos asertivos y su dignidad. Si dicen que no les gusta un trabajo que les encargamos, no tenemos que empeñamos en que les guste, sino simplemente que lo hagan. ¿Tiene sentido insistir para que se sienta culpable porque no le gusta limpiar su cuarto? Lo importante es que lo haga. En la vida tenemos que hacer cosas que no nos gustan.

II. Tengo derecho a no dar siempre razones de mi comportamiento, ni excusas de lo que hago

Cuando los adultos nos encontramos

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