Caballero De La Armadura Oxidada

Un caballero que su vida giraba alrededor del pleito y en rescate de damiselas que inclusive a veces ellas no querían ser rescatadas. Con una esposa llamada Julieta y un hijo Cristóbal, su armadura era la única que quería tanto hasta llegar al punto en donde nunca ya se la quitaba. El caballero era egoísta hablando sólo de él. Esto, harto tanto a su esposa Julieta que le dio la alternativa de que o se quitaba la armadura o ella se iria junto con su hijo. El caballero salió de sus tierras en busca de ayuda para quitarse la armadura ya que él solo no podía quitársela, de pronto encontró al bufón Bolsalegre, el cual le dijo que la única persona capaz de ayudarle era el mago Merlín, aunque este mago sólo se aparecía de vez en cuando, esto le dio gran esperanza al caballero.

Al encontrar a Merlín y explicarle el por qué lo había estado buscando, éste le dijo que su armadura se la había puesto y no quitársela por miedo excusándose en las batallas, también que siempre pedía disculpas y quería que todos contestaran sus dudas.

El caballero después de una larga siesta después de haberse sentido avergonzado por haber llorado tanto, Merlín le dijo que ése era el primer paso para poder liberarse de su armadura. Merlín lo condujo al mismo sendero por el cual había llegado, el cual llevaría al caballero a la deshonestidad, la avaricia, el odio, los celos, el miedo y la ignorancia. Pero también le enseñó otro camino el cual era el de la verdad, éste era muy espinoso, advirtiéndole que necesitaría mucho coraje para poder pasar y una vez que tomara esa decisión, no podía cambiar el rumbo.

Merlín le dijo que para poder quitarse la armadura, tenía que cruzar 3 castillos, “el Silencio”, “el Conocimiento”, y “la Voluntad y Osadía”. Que la lucha para poderse quitar la armadura será aprender a amarse a si mismo. Con las lágrimas que derramó al escuchar eso y entender el mensaje, se le fue cayendo una parte de su armadura.

El primer castillo el cual era el de silencio, el caballero aprendió a escucharse a sí mismo, y sintió la soledad, la cual comprendió que eso era lo que había sentido Julieta durante mucho tiempo.

El segundo castillo “el conocimiento”, era aprender a quererse y a no ser ambicioso, “Por esta fruta no impongo condición, pero ahora aprende acerca de la ambición”.

El último castillo de la voluntad y osadía, en ese castillo encontró un dragón que con la simple ilusión le había tenido miedo, pero enfrentándose a él, se hizo mas chico cada vez hasta llegar al punto del desvanecimiento.

Al salir del último castillo, cuando ya casi llegaba a la cima, encuentra una piedra que tenía la siguiente inscripción: “Aunque este Universo poseo, nada poseo, pues no puedo conocer lo desconocido si me aferro a lo conocido”. Se aventó a un precipicio, confiando en el universo. Al estar cayendo se dio cuenta que le había echado

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