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Costumbres Y Ser Humano


Enviado por   •  30 de Agosto de 2014  •  2.711 Palabras (11 Páginas)  •  198 Visitas

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Introducción.

“La personalidad es al hombre lo que el perfume a la flor.”

-(Charles M. Schwab)

Cabe recalcar que el siguiente ensayo empezó como un trabajo con el cual debía cumplir porque es correcto ejecutar con los deberes que se están impuestos, al menos socialmente, pero, a medida que cada palabra salía de mis dedos y se fundía en mis sentidos fui haciendo propia cada una de las letras que están aquí escritas y que fueron resultado de una investigación y una reflexión que me llevó días construir.

El contenido de cada página es una opinión que he concretado e interiorizado, el fin no es convencer de que las palabras forjen la opinión del lector, si no, más bien, comparar diversos conceptos e ideas que han explotado en mi mente por varias horas de pensamiento y necesidad de entendimiento.

“El hombre como accidente de sus costumbres” ha sido escrito con un fin meramente escolar. En el ensayo se pueden percibir las ideas que emergen sobre el cómo las costumbres nos han contagiado de lo que creemos nuestra personalidad, una personalidad que creemos forjamos individualmente, una personalidad que pensamos llena de libertad, actos correctos y miles de caminos sin salida.

De una manera filosófica trato de adentrarme en la mente humana, su comportamiento así como sus cambios e interacciones en los contextos familiar, social y escolar.

Me alerta el darme cuenta de que siempre que pienso en la base de las sociedades la primer palabra que arrasa mi mente es “valores”, así de sencillo como un parpadeo, miles de millones de personas rigen sus conductas, pero, no sólo eso, creemos el tener moral y nos atrevemos a inventar conceptos tales como “moralmente correcto” para justificar que los demás se comportan como queremos que lo hagan.

Acepto el hecho de que antes creía que cada palabra de las que voy a mencionar hacía posible el movimiento pacífico en masa: libertad, moral, ética, personalidad, conciencia, educación, valores y acciones correctas, creía portar cada palabra cómo si fuese una medalla de oro, pero al escribir el punto final de este ensayo que da pauta a la terminación de el mismo, me percaté que a lo largo de mi vida sólo usé egoísta e hipócritamente cada uno de esos conceptos.

Siempre hemos tenido la necesidad de que alguien nos diga que hacer, que es correcto y que es incorrecto, pregunto, ¿Somos quien somos o quien deberíamos ser?

El ser humano como accidente de sus costumbres

Por Camila Figueroa.

“Nuestro carácter es resultado de nuestra conducta” Aristóteles.

El ser humano piensa ser único entre miles de personas por que se le ha inculcado que tenemos rasgos característicos por sobre el resto de los individuos que nos rodean, a este accidente de individualidad le llamamos “personalidad”, pero ¿En verdad hemos forjado solos tal cosa?, la respuesta es no, nosotros nacemos con rasgos deseados por nuestros progenitores, somos lo que quieren que seamos al menos en los primeros momentos de vida; nos volvemos un accidente de la herencia de nuestros padres, de los padres de nuestros padres y así sucesivamente hasta varios años atrás.

Siempre creemos ser individuales pero somos el resultado de años de costumbre y nuestras decisiones se ven influenciadas por este hecho, el hecho de que nuestra esencia va primero que nuestra existencia hasta el punto en que se funden y nos hacen lo que somos por inercia.

Heredamos gran parte de nuestra personalidad, y lo restante es causa de nuestras vivencias, experiencias y pensamientos del núcleo social en el que vivimos y pertenecemos.

Existe un complicado y sutil proceso de interacción biológico-ambiental que va configurando diferentes personalidades y determinando en ellas la aparición de rasgos peculiares. Ciertas características son consecuencia de un entrenamiento planeado por los padres o los mismos educadores, se nos enseña cómo debemos vestirnos, que hacer, que no hacer y el cómo hacerlo, nos contagian la manera en la que somos.

Desde pequeños se nos gratifican las acciones positivas, y las negativas son reprimidas por las personas mayores a nosotros. Nuestros padres nos enseñan a ser de la manera en que nuestros abuelos se los enseñaron a ellos, son lo que están acostumbrados a ser. Ejemplificándolo, un niño que nace en una familia que acostumbra el orar antes de consumir los alimentos crece sabiendo que hacer eso es correcto y poco a poco eso se vuelve parte de él, a la larga esto afectara sus decisiones y comportamiento, porque si en dado caso, años después come en un restaurante junto a su jefe, el niño ya siendo un hombre maduro sabrá que es correcto rezar antes de dar el primer bocado, aunque su acompañante no crea lo mismo y marque su actitud como un comportamiento indeseable o al menos será incorrecto en su presencia. Ahí es donde las costumbres entran en juego, sus creencias van antes que su trabajo tan sólo por el hecho que eso se le inculco desde que era un niño, tan sólo por el hecho de que está acostumbrado a hacer las cosas de esa manera, una manera que él cree moralmente correcta.

La moral como vivencia es tan antigua como el ser humano mismo. Aún en las culturas más primitivas están presentes las costumbres, los hábitos, las prohibiciones y los sistemas de valores morales; no existe grupo ni individuo humano que carezca de algún tipo de moral, es así cómo existen miles de morales así como personas en el planeta. Esto es posible porque cada uno de nosotros regula su moral y su comportamiento en base a sus costumbres y opiniones, a los conceptos de correcto o incorrecto que ha construido en base a sus conocimientos y vivencias tanto en el ámbito familiar cómo en la sociedad.

Si bien la moral es algo personal pasa a primer plano cuando es regida por la ética, como se ha mencionado anteriormente la moral es una construcción individual que cambia en cada persona, pero la ética está basada en principios racionales, que trascienden los hábitos y las costumbres particulares, sólo hay una ética, de la misma manera que una sola es la humanidad y una sola la razón humana. Lo que significa que los hábitos, costumbres y normas particulares son sometidos a la crítica racional para determinar si se ajustan o no a principios o normas de mayor universalidad ética.

La ética se ocupa únicamente de los actos típicamente humanos, es decir, de aquellos que dependen de la razón y de la libertad. Estos son actos voluntarios que pueden

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