ENSAYO: UN CASO DE HISTERIA

ENSAYO: UN CASO DE HISTERIA.

“Estas enfermas (histéricas) son verdaderas actrices; su mayor placer consiste en engañar a las personas con quienes están en contacto”

J.P Falret, 1886.

Aunque la histeria en sus inicios se creyó una enfermedad exclusiva de las mujeres se encontró mas adelante, en la evolución teórica del psicoanálisis, que ésta constituye una estructura psíquica, una subdivisión de la neurosis junto con la neurosis obsesiva que puede estar presente tanto en hombres como en mujeres.

De esta forma, el psicoanálisis desarrolla una división nosográfica centrada en tres grandes estructuraciones: neurosis, psicosis y perversión. Dentro de la neurosis se encuentra la división de histeria, neurosis obsesiva, y para algunas posturas también la fobia. La histeria como neurosis estructural, puede decirse que es la estructuración típica de la neurosis, se convierte en el paradigma de esta. Remitiendo estructuralmente a la posición sexuada de un sujeto, remitiendo a la posición deseante.

El psicoanálisis difiere de otras corrientes psicológicas en la medida en que no se basa en la descripción de una serie de síntomas sino que plantea la existencia de una estructura clínica en el ser humano, relacionada con la incorporación de la pregunta estructural por la propia existencia. Así, la manera de ubicarse en la neurosis depende del posicionamiento subjetivo que se desarrolla a partir de la inscripción simbólica del significante fálico.

Para Lacan las estructuras básicas dependen de una relación simbólica en la dialéctica también simbólica del paso edípico del ser al tener. Cobra importancia el significante en relación a la falta y la completud del Otro (significante fálico). Por lo tanto, se parte de momentos lógicos cruciales y determinantes en la constitución del sujeto, y de diferentes maneras según las cuales un sujeto se relaciona o no con lo simbólico de estas apreciaciones. Así cobra importancia la posible intervención del significante llamado paterno (no del padre real) y su intervención en la dialéctica. En este sentido los tres grandes caminos posibles son: la neurosis, la psicosis, la perversión.

En la neurosis se reprime la significación primordial, reservándose entonces el término utilizado por Freud característico de la estructuración neurótica Verdrängung (Represión). La neurosis encarna estructuralmente la dinámica de una pregunta, pregunta que no posee respuesta psíquica en relación al significante. En la histeria relacionada con la identidad sexual (¿soy hombre o mujer? o ¿qué es ser una mujer?); en el obsesivo relacionada con la contingencia de la propia existencia (¿quién soy?, ¿qué soy?, ¿estoy vivo o muerto?, ¿por qué existo? o ¿soy o no soy?).

Las neurosis tienen en común:

a) Son patologías de estados afectivos psíquicos normales (del conflicto en la histeria, del reproche en la neurosis obsesiva).

b) Son patologías porque no se tramitan sino que llevan a un daño permanente del yo.

c) Sobrevienen con las mismas ocasiones que sus afectos-modelo, toda vez que la ocasión cumpla además dos condiciones: que sea de índole sexual, y suceda antes de la maduración sexual (en la infancia).

La histeria presenta una estrecha relación con lo corporal, por lo tanto, se observan en las personas histéricas antecedentes de síntomas físicos que persisten durante varios años, los cuales se presentan en diferentes zonas del cuerpo y cuyas características no pueden ser explicadas por la presencia de una enfermedad orgánica.

La estructura histérica es explicada por el psicoanálisis como un trastorno que se produce en la infancia del sujeto, cuando la persona vivencia una escena traumática que le genera sentimientos negativos, los cuales no son elaborados ni resueltos, y que se transforman en síntomas físicos, relacionados con el cuerpo o una parte especifica de éste.

Freud le atribuye éstos los síntomas a la remanencia (restos) de un deseo que

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