El cuerpo también enseña

El cuerpo también enseña.

“La imposibilidad de no comunicar”

NOMBRE: Bernardita González.

CARRERA: Psicopedagogía, 022-5.

ASIGNATURA: Familia y Comunidad.

PROFESOR: Karina Palma.

FECHA: 05/03/2017.

El cuerpo también enseña.

Siempre que hablamos de comunicación, se nos viene a la mente, por regla, la comunicación verbal. El lenguaje, esos códigos escritos u orales, con los que podemos expresar nuestros pensamientos e ideas, comunicarnos con el resto y darnos a entender, es la forma de comunicación más estudiada por los seres humanos. Estamos acostumbrados a comunicarnos verbalmente, diariamente debemos enfrentarnos a todo tipo de personas con las que, obligadamente, tenemos que entablar una conversación.

Sin embargo, el creador de la “Teoría de la comunicación humana”, Paul Watzlawick, postula que existen 5 axiomas de la comunicación. El primero de ellos se denomina “La imposibilidad de no comunicar”.

“Si se acepta que toda conducta en una situación e interacción tiene un valor de mensaje, es decir, es comunicación, se deduce que por mucho que uno lo intente, no puede dejar de comunicar. Actividad o inactividad, palabras o silencio tienen siempre valor de mensaje: influyen sobre los demás, quienes, a su vez, no pueden dejar de responder a tales comunicaciones y, por ende, también comunican”. (Watzlawick, 2014, pág. 16).

Con esto, el autor quiere decir que todo comportamiento es comunicación. El lenguaje no verbal es una forma de comunicación donde se envían y reciben mensajes, sin embargo, estos mensajes carecen de palabras, es decir, la comunicación se lleva a cabo mediante indicios, gestos y signos provenientes de nuestro cuerpo. Entonces, nos podemos preguntar, ¿Es el lenguaje verbal la forma más certera de comunicación?, ¿Puede nuestro cuerpo entregar mensajes aún más verdaderos y sinceros que nuestro lenguaje oral u escrito?, ¿Qué importancia tiene el lenguaje no verbal en el proceso de enseñanza – aprendizaje?

En nuestra vida diaria siempre estamos interactuando y el cuerpo también manifiesta esta comunicación de muchas maneras. En primer lugar, podemos decir que la postura es uno de los comportamientos más significativos cuando hablamos de comunicación. Nuestra postura puede decir mucho más de lo que realmente queremos decir en un acto comunicativo, ya sea verbal o no verbal. Por ejemplo, si estamos en una reunión de trabajo y nuestra postura al sentarnos no es la adecuada, automáticamente estamos demostrando profundo desinterés por lo que en esa reunión sucede.

Por otra parte, los gestos faciales también pueden decir mucho de nosotros al momento de interactuar con otros. El rostro “ocupa lugar primordial en la comunicación de los estados emocionales, refleja actitudes interpersonales, proporciona retroalimentaciones no verbales sobre los comentarios de los demás, y algunos aseguran que, junto con el habla humana, es la principal fuente de información.” (Amenós, 2010, pág. 30) por lo tanto, nuestra expresión facial al momento de comunicar puede, incluso, aportar conocimiento sobre nuestra personalidad, nuestro estado emocional, o puede dejarnos en evidencia si no estamos siendo sinceros en el acto comunicativo.

Como podemos ver, a pesar de que el lenguaje verbal es el común, muchas veces, un gesto, una sonrisa o un movimiento corporal pueden decir muchas más cosas de las que se podrían comunicar con el lenguaje verbal.  Efectivamente, una mirada, una sonrisa o, incluso, el tono de la voz, pueden tener a veces más peso en la comunicación que las propias palabras. De hecho, la mayor parte de la comunicación humana ocurre en un nivel no verbal, solamente que muchas veces no logramos captar esos mensajes.

A propósito de la importancia del lenguaje corporal, y respondiendo a una de las interrogantes que planteé al comienzo, es necesario recordar que todo comportamiento comunicativo tendrá una respuesta, por lo tanto, la comunicación no verbal y los planteamientos de Watzlawick sobre la imposibilidad de no comunicar, tienen un gran peso también en la relación mediador-mediado. La presencia física del mediador es fundamental en el proceso de enseñanza-aprendizaje, entonces su lenguaje corporal es el que les da credibilidad a sus palabras, y es el que determina si el aprendizaje se llevará a cabo de una manera exitosa, o de lo contrario, será deficiente. La enseñanza exitosa dependerá de muchos aspectos, sin embargo, el contexto de aprendizaje que cree el mediador será uno de los determinantes.

...