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Ensayo sobre la empatia en psicoterapia


Enviado por   •  4 de Marzo de 2023  •  Tareas  •  1.584 Palabras (7 Páginas)  •  122 Visitas

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Resultaría absurdo determinar una definición unívoca sobre lo que es la “empatía”. Sabemos que va más allá de lo que coloquialmente aprendimos desde niños que es “ponerse en los zapatos del otro”, ya que esto en ocasiones resulta ambiguo para poder ponerlo en práctica. Cuando hablamos de empatía, no solo basta decir que se trata de identificar cómo se siente el otro, sino de un conjunto de acciones que giran entorno a como el ser humano es frente al otro. Estas conceptualizaciones se han desarrollado a lo largo de las décadas por grandes exponentes en la materia, de ahí que este ensayo pretende exponer las significaciones del término empatía, abordado desde el campo de la psicoterapia, y cómo mediante este proceso se puede encaminar a la persona a un autoconocimiento que le ayude en sus situaciones vitales.

En la antigüedad, el termino empatía estaba ligado generalmente al arte. Se decía que este se refiere al hecho de que un individuo proyecte en un objeto o en una obra sus más profundos sentimientos, de ahí la idea de que la empatía hace todo más humano (Titchener, 1909). Poco a poco, y gracias al arduo trabajo investigativo de Carl Rogers, este termino se incorporó al ámbito psicoterapéutico. Al principio, vagamente se denominó a la empatía como una manera atenta de escuchar, de estar presenta cuando una persona comparte pensamientos íntimos y vivencias personales. Aunque este hecho por si solo efectivamente resultaba de gran ayuda para el paciente, se empezó a abrir un mundo de claridad ante como se debía encaminar las terapias. Rogers comprendió que estar alineado a los pensamientos y sentimientos del individuo y reflejarlos, sacarlos a la luz, representaba un proceso más complejo (Rogers y Rosenberg, 1981, pág. 83). Durante un tiempo, el uso de la empatía por parte de los terapeutas se denominó “terapia no directiva”, ya que se dejo de lado la importancia de los consejos y análisis del terapeuta ante el paciente y se puso como primordial su característica empática. De esa manera, se declaró que en esta práctica consistía en “reflejar los sentimientos del cliente” o repetir las palabras de este (Rogers y Rosenberg, 1981, pág. 84).

En la actualidad, las investigaciones y estudios sobre la empatía han hecho que este no sea un concepto fijo o único, más bien se vuelve un aspecto que tiene diferentes entendimientos. No solo un constructo definitivo que se puede realizar solo mediante el método de reflejo que mencionamos anteriormente, sino visto como un proceso comunicativo que abarca ampliamente otros aspectos del paciente. Siendo así, Rogers esclarece este proceso especificando que aplicar esto implica adentrarse en el mundo personal de la otra persona, que “consiste en darse cuente de las referencias internas del otro” (Rogers y Rosenberg, 1981, pág. 86). A su vez, la empatía involucra ser sensible a las diferentes experiencias del cliente, es decir, “atrapar una idea general de cómo es ser el otro” (Campillo, Gómez, González, y Mateu, 2010). Ahora se entiende que la empatía no solo es comprender de manera cognitiva a la persona, pues el terapeuta debe sentir con casi exactitud que los sentimientos, los significados, los pensamientos que están siendo expresados por el cliente (Olivera, 2010, pág. 17).

Ahora bien, para determinar el nivel de empatía que existe entre un terapeuta y su paciente, Truax desarrolló una escala, denominada la Escala de Empatía Precisa. En esta, se puede medir de 1 a 8 el nivel de comprensión empática, siendo evidentemente que 1 representa el nivel más bajo y 8 el más alto, ofreciendo así nuevas perspectivas ante las definiciones operacionales de la empatía (Truax, 1967, citado por Rogers y Rosenberg, 1981, pág. 89).

En el nivel más bajo, el número uno, se muestra que en su defecto el terapeuta carece de precisión en sus respuestas ante lo que está declarando el individuo. Parece que este desconoce totalmente los sentimientos que trata de expresar su cliente demostrando así una cualidad empática mínima. Por el contrario, en el nivel 8, se alude que el terapeuta esta siendo eficaz con sus interpretaciones sobre lo que el individuo siente y expresa. Este se muestra sensible, solidario, atento ante lo que se está diciendo, esto refleja una alta y profunda comprensión empática (Truax, 1967, citado por Rogers y Rosenberg, 1981, pág. 89).

El siguiente aspecto surge de investigaciones que han determinado que todos los psicoterapeutas indistintamente de su línea de estudio u orientación coinciden en que buscan ser un “terapeuta ideal”, determinando así algunas características y preceptos que acuñen a esta idealización. Partiendo de nuestro tema central, se habla de que “el terapeuta ideal es por encima de todo empático”, esto es claro ya que la finalidad de un psicoterapeuta es ayudar al paciente en su autodescubrimiento y a gestionar sus bloqueos emocionales, y como hemos mencionado varias veces, esto es algo que se consigue en un ambiente empático, en el cual el paciente se siente a gusto de compartir sus vivencias, las cuales le llevan a ir desentrañando otras experiencias. Otra de las características que debe poseer el “terapeuta ideal” es la de aceptar sin juzgar, con lo cual volvemos a una de las tantas definiciones del término empatía. Su habilidad de comprender con mayor sensibilidad lo que el individuo expresa, le permite no crearse juicios premeditados, ni percepciones antepuestas a lo que el individuo es (Olivera, 2010, pág. 17), en otras palabras, el terapeuta en su condición positiva y empática acepta los sentimientos del cliente tal cual surgen, tal cual son, sin juzgarlos o condicionarlos a ser algo más.

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