Infancia Es Destino

El título Infancia es destino deriva de uno de los conceptos más acendrados en el autor en el curso de su práctica como psicoanalista: 1] el troquel temprano imprime su sello a los modelos de comportamiento tardío, es decir la infancia es el destino del hombre; 2] la conducta en forma reiterada, estereotipada y constante se repite (la neurosis es como el Bolero de Ravelî). Santiago Ramírez trata de dar aquí al lector una idea de los conceptos que han sido más caros en su práctica analítica.

En la primera parte del libro nos da una perspectiva psicoanalítica donde se habla acerca de los principios que Freud postulo y dice que nuestras vivencias que se tengan en la infancia fundamentales y cruciales para la construcción de nuestro futuro. La estructura de nuestra personalidad se comienza a formar desde la infancia y al crecer moldeados las características más elementales pero en circunstancias que nos ponen al límite sacan al flote el modelo primario de nuestra personalidad.

El libro más que nada se enfoca y habla del núcleo familiar en México y hace hincapié en la doble moral que manejamos en cuanto a la figura de la mujer a diferencia de cómo se presenta la figura del hombre, aunque esta sea considerada pilar muy importante del esquema familiar y por el otro lado es un ser subyugado inferior.

Científicos norteamericanos recién descubrieron que las regiones del cerebro humano que crecen más durante la infancia son aproximadamente las mismas que distinguen el cerebro humano del de los simios y los monos. O sea, infancia es el comienzo de la especie humana, es: su destino.

Santiago Ramírez, desde otro ángulo confirma esto, y nos dice la infancia es el destino del hombre, ya que desde ésta se imprime el sello a los modelos de comportamiento posteriores. Nos demuestra cómo el fin de la terapia es modificar el destino cambiando el pasado por un destino menos traumático y sí más pragmático, aunque deja en claro que habrá de hacerse sin interpretar en ciertos sentidos para no disparar y enfrentar el desafío de las defensas.

En la obra se explica que los mexicanos llevan a cuestas el trauma de la Conquista española, y que por tener un progenitor que se ausenta y una madre (indígena o no) que es relegada y abandonada, los mexicanos la han pasado mal durante siglos y el trauma prevalece, y explica, hoy en día, las causas del abandono de los hijos por el padre y la responsabilidad de la madre que se queda con ellos. Importante es la observación de que, en México, existe toda una atmósfera sociocultural alrededor de la imagen de la mujer en sí, y del rol de ésta dentro de la estructura familiar.

Señala, cómo el rol de la mujer en su hogar y ante sus hijos juega una doble situación, pues por una parte la mujer “está hecha” para las labores domésticas y por otra es objeto de la adoración de los hijos… quienes finalmente buscan mujeres que se asemejen a sus madres para casarse… esta situación es todo un tema cultural, pues las pautas del comportamiento se aprenden muy temprano y tanto las niñas como los niños “aprenden” su manera de ser.

La sociedad en su intento por reparar los daños cometidos a sus ciudadanos más vulnerables les ha inventado unos días de festejo, es así que tenemos el día del niño, el día de la madre, el día de la mujer, el día del abuelo por mencionar solo algunos.

¿Qué hay detrás de esos festejos? En psicología conocemos un término que se denomina “reparación”, en donde el sujeto que ha dañado al otro (llámese pareja, hijo, madre etc.) intenta “reparar” o “resarcir” el daño, es decir el motor que guía la conducta altruista es el sentimiento de culpa.

Tenemos pues la Culpa como el motor que guía la conducta humana, para entender un poco mejor lo aquí esbozado pondré un ejemplo: Llega el señor -que por lo regular es muy parco en sus expresiones- con un ramo de rosas, así nomás porque sí, abraza y llena de besos a su esposa (cuando antes ni la volteaba a ver).

¿Qué hay detrás de un regalo? Un sentimiento de culpa, las mujeres muy truchas en el asunto ya lo han sospechado, cuando el marido llega con un presente (rosas, chocolates, dinero…) lo primero que la mujer piensa es: “! ¿Achis, y este que trae?!” “¿y ahora que mosco le picó?” (Aunque más bien deberían decir mosca, o “zancuda” porque son ellas las que pican).

Se acerca el día del niño, los papás preparan los regalos, los juguetes, lo sacan a pasear para compensarle los golpes, las vejaciones, al “Rey del Hogar”, o también podemos comprobar lo aquí escrito yendo un domingo al parque Xochipilli, allí se ven los papás todos desvelados, por haber llegado todos “pedotes” a las cinco de la mañana, pero eso sí, al hijo hay que cumplirle “ya llegué vieja” “ya me voy vieja” ahí anda asoleándose, mientras el niño corre y corre y el papá que no aguanta la crudota.

Cuando se refiere a la relación

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