Inteligencia Emocional

INTRODUCCIÓN.-

En este ensayo nos daremos cuenta que el éxito de una persona no depende del intelecto o del grado de estudios académicos que tengamos cada uno de nosotros, sino de nuestra inteligencia emocional, que según el autor DANIEL GOLEMAN; es la capacidad de reconocer los sentimientos propios y de los demás, para así manejar bien nuestras emociones y tener relaciones más productivas con quienes nos rodean, también recordarnos que no nacemos con inteligencia emocional sino que nosotros mismos la podemos crear, alimentar y fortalecer a través de nuestros conocimientos. La podemos apreciar en nuestras capacidades de hacer cosas, nuestras habilidades y talentos que tenemos cada uno de nosotros.

Nosotros como seres humanos sentimos emociones; para nuestro bien o para nuestro mal, hay momentos en los que nos vemos arrastrados por las emociones en donde nuestra inteligencia no se ve reflejada, un ejemplo claro seria: cuando uno de nuestro seres queridos sufren algún accidente o simplemente alguna circunstancia en la cual, no estamos preparados, ahí es donde entran más nuestro sentimientos que nuestros pensamientos y no solo nuestro sentimientos, en ocasiones tenemos impulso o emociones que nos llevan a actuar automáticamente y cada una de estas emociones nos hace actuar de diferente. El miedo es un claro ejemplo; que tal vez en alguna situación sea un beneficioso y nos ayude a salvar nuestra vida, ya que el tener miedo nos conduce a tener precaución de las cosas o simplemente estar a la defensiva, aunque en algunos casos no nos ayude; ya que este nos paraliza y no podemos reaccionar ante dicha situación difícil de la vida.

INTELIGENCIA EMOCIONAL.-

EL DESAFÍO DE ARISTÓTELES.

PARTE # I

EL CEREBRO EMOCIONAL:

¿PARA QUÉ SIRVEN LAS EMOCIONES?

ANATOMÍA DE UN SECUESTRO EMOCIONAL.

“Solo se puede ver correctamente con el corazón; lo esencial permanece invisible para el ojo.”

En esta primera parte; nos permite comprender el poder y el objetivo de las emociones, constituye un testimonio claro del papel desempeñado por el amor altruista—y por cualquier otra emoción que sintamos—en la vida de los seres humanos. En nuestros sentimientos, nuestras aspiraciones y nuestros anhelos más profundo constituyen puntos de referencia ineludibles y nuestras especie debe gran parte de su existencia a la decisiva influencia de las emociones en los asuntos humanos.

Nos podemos dar cuenta que el poder de las emociones es extraordinario, solo un amor poderoso—la urgencia por salvar la vida del hijo amado; puede llevar a unos padres a ir mas allá de su propio instinto de supervivencia individual. Desde el punto de vista del intelecto, se trata de un sacrificio indiscutiblemente irracional pero, visto desde el corazón, constituye a la única elección posible.

Cuando un sociobiólogo, busca una explicación al relevante papel que la evolución ha asignado a las emociones en el psiquismo humano, no dudan en destacar la preponderancia del corazón sobre la cabeza en los momentos realmente cruciales. Son las emociones—afirman—las que nos permiten afrontar situaciones demasiado difíciles—el riesgo, las pérdidas irreparables, la persistencia en el logro de un objetivo a pesar de las frustraciones, la relación de pareja, la creación de una familia, etc. Ante dicha situación, como ser resueltas exclusivamente con el intelecto.

Cada emoción nos predispone de un modo diferente a la acción; y cada una de ellas nos señala una dirección que, en el pasado, permitió resolver adecuadamente los innumerables desafíos que se ha visto sometida la existencia humana. Ante esta situación, nuestro bagaje emocional tiene un extraordinario valor de supervivencia y esta importancia se ve confirmada por el hecho de que las emociones han terminado integrándose en el sistema nervioso en forma de tendencias innatas y automáticas de nuestro corazón.

Como todos sabemos por experiencia propia que nuestras decisiones y nuestras acciones dependen tanto—y a veces más—de nuestros sentimientos como de nuestros pensamientos. Hemos sobrevalorado la importancia de los aspectos puramente raciónales, para la existencia humana, pero para bien o para mal, en aquellos momentos en que nos vemos arrastrados por las emociones, nuestra inteligencia se ve francamente desbordada.

Recordemos que el cerebro utiliza un método simple pero muy ingenioso para registrar con especial intensidad los recuerdos emocionales, ya que los mismos sistemas de alerta neuroquímicos que preparan al cuerpo para reaccionar ante cualquier amenaza—luchando o escapando—también se encargan de grabar vívidamente ese momento en la memoria.

“El celebro dispone de dos sistemas de registro, uno para los hechos ordinarios y otro para los recuerdos con una intensa carga emocional.”

PARTE # II

LA NATURALEZA DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL:

CUANDO EL LISTO ES TONTO.

CONÓCETE A TI MISMO.

ESCLAVOS DE LA PASIÓN.

LA APTITUD MAESTRA.

LAS RAÍCES DE LA EMPATÍA.

LAS ARTES SOCIALES.

La inteligencia académica tiene que ver poco con la vida emocional. Hasta las personas más descollantes y con un Cl más elevado pueden ser pésimos timoneles de su vida y llegar a zozobrar en los escollos de las pasiones desenfrenadas y los impulsos ingobernables. A pesar de las consideración popular que suelen recibir, uno de los secretos a voces de la psicología es la relativa incapacidad de las calificaciones académicas, o de la puntuación alcanzada en el SAT Tes, de aptitud académica para predecir el éxito en la vida a decir verdad, desde una perspectiva general. Pero las habilidades de la infancia, como ser capaz de enfrentar a las decepciones, controlar las emociones y llevarse con otras personas, eran las que marcaban la mayor diferencia. Ese es el problema: la inteligencia académica no ofrece prácticamente ninguna preparación para los trastornos—o las oportunidades—que carrea la vida. Sin embargo, aunque un Cl elevado no es garantía de prosperidad, prestigio ni felicidad de la vida.

La vida emocional es un ámbito que, al igual que las matemáticas y la lectura, puede

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