La Indisciplina

La palabra disciplina proviene del latín “discere” que significa aprender. Esto significa que en la raíz de toda disciplina está latente la acción educativa. De esta expresión latina discere se derivan otros conceptos como el docente, que es la persona que enseña y discípulo que es el que aprende y que es quien se somete a la disciplina para lograr capacitarse. La palabra disciplina llamada antiguamente “discipulina” son las normas que conservan el orden y la subordinación entre el docente y el discípulo para facilitar el aprendizaje. Lo que está claro es que la disciplina implica un esfuerzo tanto del discípulo como del profesor por aprender y enseñar. Por lo tanto Concepción Gotzens afirma que la disciplina es:

El conjunto de procedimientos, normas y reglas mediante las cuales se mantiene el orden en la escuela, y cuyo valor es básicamente la consecución de los objetivos propuestos a lo largo del proceso enseñanza- aprendizaje. (GOTZENS; 1997: 233).

Esto quiere decir que las personas que están destinadas a las acciones disciplinarias, y por las cuales es importante regular la interacción entre todos los integrantes de una clase, cuidando por estos medios el establecimiento de un clima óptimo para el aprendizaje, así como las mejores condiciones para que el proceso de enseñanza-aprendizaje logre sus metas propuestas.

La disciplina es innata en toda labor escolar y no se limita nada más a unas cuantas personas, ya que es para todos no simplemente a los alumnos que no logran lo suficiente en la escuela.

Por lo tanto la disciplina debe considerarse como uno de los objetivos de la educación.

La disciplina escolar es un carácter de conducta que regula el comportamiento del estudiante en el aula y su propósito es sin duda salvaguardar el orden y el respeto que los alumnos deben tener hacia el educador y que se garantice de manera armoniosa la consecución de los logros educativos.

Para que se de armonía en el salón de clases el educador tiene que mantener el orden y la disciplina de los educandos si esto no sucede, en la clase habrá alumnos indisciplinados, esto provocará que disminuya la calidad educativa, no se logre los objetivos y metas propuestas con los educandos.

El problema de la disciplina no es un problema nuevo que se enmarca dentro de un contexto determinante y concreto, sino más bien se trata de un asunto que ha venido preocupando tanto a padres, docentes y pedagogos desde tiempos antiguos.

En la escuela antigua como es en la escuela preescolar (de 3 a 5 años) se entrenaba a los niños en la disciplina: se les ponían tareas de lectura, escritura y cuentas, entre otras cosas porque se presuponía que había que entrar en el primer curso de primaria sabiendo ya leer, escribir, contar, sumar y restar; pero sobre todo se contaba con que el niño que entraba en la escuela tenía que estar bien entrenado

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