"La Naranja Mecánica" Y El Condicionamiento Clásico

De seguro muchos han visto esta famosa película de Stanley Kubrick la cual, sin duda, es otra de su gran lista de éxitos inigualables. Pero en este caso, no deseo explayarme sobre la genialidad de arte que es esta obra, si no que deseo aplicarla a lo que nos aboca, la psicología.

La naranja mecánica es un excelente retrato de lo que es el condicionamiento clásico, aun que expresado de una manera mórbida y escalofriante al mostranos los límites al que puede llegar a ser usado. Sin embargo, y como verán en la película, no siempre el condicionamiento es sinónimo de obtener el resultado esperado.

Alex, nuestro actor principal, se caracteriza por ser un joven delincuente que pasa sus días robando, violando, golpeando e incluso asesinando si es de su ánimo. Es un lider innato, por lo que conforma un grupo de pandilleros denominados "drugos", que se dedican a entretenerse intimidando y dañando a otros civiles.

Resumiendo para ir al punto, Alex es atrapado por la policía y condenado a pasar un largo periodo tras las rejas. En su intento desesperado por salir rápidamente del lugar, escucha sobre un proyecto que podría cambiar la esencia problemática de su persona a una apacible. Los doctores de la investigación lo eligen y lo someten a la “técnica Ludovico” que consistía en darle una droga que ocasionaba vómitos mientras observaba durante horas videos y documentales que mostraban altos niveles de violencia.

Como podemos comprender hasta el momento, el condicionamiento de la película se basaba en poner un estimulo incondicionado que es el remedio vomitivo con un estímulo condicionado, los videos violentos y sexuales. El objetivo era lograr que estos dos estímulos se unieran para obtener un respuesta condicionada, en otras palabras, que al ver escenas violentas, Alex sintiera un mal estar físico que lo descompusiera sin tener la necesidad de tomar la droga.

Lamentablemente y a pesar de que Alex mostraba tener un fuerte rechazo a los contenidos sexuales o violentos, finalizó superando el tratamiento, esto significó, recuperar su comportamiento problemático.

Si bien el condicionamiento clásico ha sido una herramienta útil para nuestra vida cotidiana como lo es en el área de aprendizaje, no podemos esperar que este sistema sea la verdad última con la cual trabajar. Esta técnica posee una sólida base científica que explica una serie de conductas, sin embargo, está muy lejana de explicar la afectividad y procesos cognitivos que se vivencian en la complejidad del ser humano. Esperar que una persona sufra cambios de personalidad o de conductas fuertemente arraigadas modificando el proceso estímulo-respuesta, me parece simplemente deshumanizante y básico. No cabe duda que nuestro compañero Watson se olvidó por

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