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La Rueda De La Vida


Enviado por   •  10 de Junio de 2013  •  10.756 Palabras (44 Páginas)  •  501 Visitas

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PRIMERA PARTE: EL RATÓN

1. LA CASUALIDAD NO EXISTE.

❖ Nuestro cuerpo, que aprisiona nuestra alma al igual que el capullo de seda, encierra a la futura mariposa (3).

❖ Si se vive bien cada día, entonces no hay nada que temer (3).

❖ Lo único que a mi juicio sana verdaderamente, es el amor incondicional (3).

❖ No existen las casualidades en la vida. Las cosas que me ocurrieron tenían que ocurrir (4).

❖ Obstinadamente, yo habían hecho lo que me parecía correcto, y no lo que se esperaba que hiciera (4).

❖ Todo el mundo sufre contratiempos en la vida. Cuanto más numerosos son más aprendemos y maduramos (4).

❖ La adversidad sólo nos hace más fuertes. Siempre me preguntan cómo es la muerte. Contesto que es maravillosa. Es lo más fácil que vamos a hacer jamás (5).

❖ La vida es ardua. La vida es una lucha. La vida es como ir a la escuela; recibimos muchas lecciones. Cuanto más aprendemos, más difíciles se ponen las lecciones (5).

❖ Cuando se aprende la lección, el dolor desaparece (5).

❖ "Si cubriéramos los desfiladeros para protegerlos de los vendavales, jamás veríamos la belleza de sus formas" (5).

2. EL CAPULLO

❖ Durante toda la vida se nos ofrecen pistas que nos recuerdan la dirección que debemos seguir. Si no prestamos atención, tomamos malas decisiones y acabamos con una vida desgraciada. Si ponemos atención aprendemos las lecciones y llevamos una vida plena y feliz, que incluye una buena muerte (5).

❖ El mayor regalo que nos ha hecho Dios es el libre albedrío, que coloca sobre nuestros hombros la responsabilidad de adoptar las mejores resoluciones posibles (5).

❖ Puede que no hayan sido agradables, puede que no hayan sido las que deseaba, pero fueron las que me dieron el aguante, la determinación y la energía para todo el trabajo que me aguardaba (5).

3. UN ANGEL MORIBUNDO

❖ Me hacía pensar en un ángel sin alas, un pequeño ángel de porcelana. Nadie la iba a visitar jamás (8).

❖ Me parecía algo tan natural como que el sol se ponga por la noche y sea reemplazado por la luna (8).

4. MI CONEJITO NEGRO

❖ Ya que sabían que lo único que yo hacía era proteger a los niños que no podían defenderse solos (11).

❖ "Si eres capaz de aguantar esto, puedes aguantar cualquier cosa en la vida” (12).

❖ La dignidad, el amor y la paz que vi allí me dejaron una impresión imborrable (13).

❖ Cualesquiera que fueran la fuerza y la energía que le habían dado vida, fuera lo que fuera aquello cuya pérdida lamentábamos, ya no estaba allí (13).

5. FE, ESPERANZA Y AMOR

❖ La sombra de uno de los frondosos árboles que bordeaban un viñedo. Esa era mi iglesia (14).

❖ El campo abierto, los árboles, los pájaros, la luz del sol. No tenía la menor duda respecto a la santidad de la Madre Naturaleza y a la reverencia que inspiraba.

❖ La Naturaleza era eterna y digna de confianza; hermosa y benévola en su trato a los demás; era clemente (14).

❖ Para mí no había nada más semejante a Dios ni más inspirador de fe en algo superior que la vida al aire libre (15).

❖ Me enorgullecía saber sobrevivir con alimentos cultivados en casa, hacerme el pan, preparar de frutas y verduras y prescindir de los antiguos lujos. Era sólo un pequeño aporte al esfuerzo bélico, pero el hecho de ser autosuficientes me producía una nueva sensación de confianza, y después esas habilidades me resultarían muy provechosas (16).

❖ Ningún Dios, y mucho menos mi concepto de Dios, podía estar contenido bajo ningún techo ni ser definido por ninguna ley o norma creada por el hombre (16).

❖ En un momento en que el amor parecía ser tan escaso en el mundo, lo acepté como un regalo, un honor y, por encima de todo, una responsabilidad (16).

6. MI PROPIA BATA

❖ ¿Qué mejor que sanar a las personas enfermas, dar esperanza a las desesperadas y consolar a las que sufrían? (16).

❖ Me abrió su esposa y me dijo entristecida que su marido había muerto hacía unos días. Hablamos largo rato. Me dijo que él me había buscado trabajo pero que ella no sabía dónde. Me fui de allí aún más deprimida (18).

❖ Cualquier persona que no compartiera su árbol de Navidad no era digna de mi trabajo ni de mis servicios (18).

❖ Mis padres, que se sintieron indignados al enterarse de que me habían hecho pasar hambre y me habían explotado. No entendían por qué no había vuelto antes. Mi explicación no agradó a mi padre, pero dadas las penalidades que yo había pasado, sofrenó su ira y me dejó disfrutar de una cómoda cama y comidas nutritivas (18).

❖ Yo me sentí extasiada, y más feliz aún cuando me presenté el lunes a las ocho de la mañana y vi tres preciosas batas blancas, con mi nombre bordado, colgadas en la puerta de mi laboratorio. No había en todo el planeta un ser más feliz que yo (18).

❖ Mi ilimitado apetito de saber (19).

❖ Aspiré el inequívoco aroma de medicamentos que impregna el aire de todos los hospitales como si fuera mi primer aliento; me sentí como en mi casa (19).

7. LA PROMESA

❖ Creo que eso es lo que distingue a las personas que se sienten llamadas a la profesión médica y las que lo hacen por dinero (20).

❖ Eran seres humanos, y una vez que hablé con ellas descubrí que eran personas tremendamente amables, simpáticas y amorosas, que habían sido rechazadas por sus familias y por la sociedad. No tenían nada, por lo que sentí un deseo aún mayor de servirlas (20).

❖ Fue un trueque justo que me preparó para cosas peores (20).

❖ Les daba lo que a mi juicio necesitaban más, abrazos y palabras tranquilizadoras: "Todo irá bien." (20).

❖ Me dijo que me había observado desde lejos cuando estaba trabajando con los niños y que jamás había visto a nadie tan absorto y feliz con su trabajo (20).

❖ Eso no sólo me permitió conservar el trabajo sino que me reafirmó en la promesa que le hiciera a mi benefactor el doctor Weitz de contribuir a la reconstrucción de Polonia una vez que acabara la guerra. No tenía idea de lo pronto que sería eso (21).

❖ Ésos eran mis sueños más ambiciosos. Sus relatos sobre trabajos humanitarios sonaron a mis oídos como música celestial (21).

❖ Mi destino, el que fuera, aún estaba muy lejano, en algún lugar del desierto del sufrimiento humano (22).

8. EL SENTIDO DE MI VIDA

❖ Mi gratitud era inmensa por la oportunidad

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