Las estructuras límbicas y el desarrollo de la empatía

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Ensayo: Las Estructuras Límbicas y el Desarrollo de la Empatía.

Luisa Fernanda Gonzalez Perez

Universidad Estatal de Guayaquil

Facultad de Ciencias Psicológicas

MA 1-2

Fundamentos de Psicobiología

Dr. Eddie Jim Chiang Espinoza

22 de agosto de 2021

Introducción

Las emociones han sido un tema de interés para la neuropsicología, puesto que controlan y regulan el comportamiento complejo del ser humano y sus conductas como la motivación y el aprendizaje; y además es de especial interés como los desórdenes emocionales están implicados en el desarrollo de variadas enfermedades mentales.

Las respuestas emocionales que presentan los humanos son una variedad de felicidad, sorpresa, enojo, miedo y tristeza. Todas estas respuestas se caracterizan por manifestarse mediante dos tipos de respuesta: una respuesta motora visceral y una respuesta motora estereotipada somática.

La empatía juega un rol de suman importancia en el reconocimiento de estas emociones, lo cual permite que el ser humano se integre correctamente en su contexto social. Lovecky (2004), define a la empatía como la sensibilidad que presenta un ser humano en respuesta a las emociones de sus iguales y que además posibilita la comprensión de la dinámica de interacción con esa segunda persona. En adición a lo anterior, la empatía es la capacidad cognitiva para sentir y entender los sentimientos, necesidades y problemas de los demás; lo cual se traduce en un mejor entendimiento de su conducta y de la manera en que razona y, por lo tanto, decide; pero también en la elaboración de una respuesta apropiada ante sus reacciones emocionales (López, et al., 2009)

Debido a esto, el objetivo de este ensayo expositivo es revisar la bibliografía disponible que sea útil al momento de establecer, desde una perspectiva psicobiológica, como las estructuras encefálicas pertenecientes al sistema límbico están involucradas en los procesos de desarrollo de la empatía.

Las Estructuras Límbicas y el Desarrollo de la Empatía

Las Estructuras Límbicas

Son el conjunto de núcleos cerebrales que regulan las emociones, como lo son el área ventral tegmental, el núcleo accumbens, el hipocampo, los núcleos septales laterales, la corteza frontal y estructuras adicionadas recientemente como la amígdala y la corteza orbitofrontal.

El sistema límbico junto con las estructuras de la corteza frontal, procesan los estímulos emocionales y los integran a funciones cerebrales complejas, las cuales incluyen: decisiones racionales, expresión e interpretación de conductas sociales e incluso la generación de juicios morales, entendiéndose estos últimos como los actos mentales que afirman o niegan el valor moral frente a una situación o comportamiento (Kandel, 2000, citado en López, et al., 2009).

La Empatía como Componente de la Cognición Social

Al hablar de cognición social nos referimos a aquellas operaciones mentales que están implicadas en la interacción social y que incluyen los procesos que posibilitan la percepción, interpretación y generación de respuestas ante las conductas de los demás.

Por esta razón la respuesta empática es considerada como parte de la cognición social, ya que influye no solo en nuestra capacidad de comprender a nuestros semejantes a partir de la información que se nos presenta, sino que también influye en la reacción afectiva que experimentamos al compartir su estado emocional. En resumen, la empatía favorece la percepción tanto de las emociones como de las sensaciones de otras personas, esto la convierte en un elemento crítico para el funcionamiento en sociedad (Moya, Herrero, & Bernal, 2010).

Las Neuronas Espejo y su relación con la Empatía

El descubrimiento de neuronas espejo en las cortezas premotora y parietal de primates no humanos que se activaban durante la ejecución de una acción determinada y durante la observación de la misma acción realizada por otro agente, llevó al estudio de estas neuronas en humanos, donde la evidencia de la acción de neuronas espejo se describió en primer lugar en el campo de la acción y la emoción, y posteriormente en los dominios del procesamiento del dolor y del tacto (Moya, Herrero, & Bernal, 2010).

Investigaciones recientes han aportado nueva evidencia sobre las neuronas espejo de las áreas premotoras, descubriendo que su participación no se limita al reconocimiento de una acción determinada, sino que también participan en la comprensión de la conducta de los otros, por lo tanto, tener la capacidad de entender una intencionalidad es anticiparse a la intención.

Además, el sistema de neuronas espejo no está limitado a una zona concreta de la corteza premotora, también incluye otros circuitos motores, a partir de ahí ha sido posible identificar una mayor activación del sistema motor en personas con mayor empatía, en comparación con individuos menos empáticos (Moya, Herrero, & Bernal, 2010).

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