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Practica PSICOANÁLISIS


Enviado por   •  3 de Octubre de 2014  •  2.497 Palabras (10 Páginas)  •  181 Visitas

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Recientemente se ha estrenado en nuestras pantallas la película de David Cronenberg Un

método peligroso. En ella se narran las relaciones entre Carl Jung, Sabina Spielrein y

Sigmund Freud, en el período de tiempo comprendido entre 1904 y 1911,

aproximadamente el tiempo que dura la relación entre Jung y Freud. La película está

basada en una obra de teatro escrita por Cristopher Hampton, que se representó bajo el

título The talking cure. Hampton, interesado en el psicoanálisis, estudió en los archivos del

hospital Burghölzli de Zúrich el historial clínico de la paciente Sabina S., y a partir de estas

notas escribió su obra de teatro. Tiempo después, David Cronenberg pidió a Hampton que

le hiciera una adaptación para el cine. En palabras del mismo Cronenberg: “el hecho de

que los personajes fueran brillantes figuras reales, y que el triángulo formado por Jung,

Freud y Sabina Spielrein tuviera mucho que ver con el nacimiento del psicoanálisis me

pareció irresistible”. Quizás este mismo impacto fue el que buscó el director con el título

que dio a su película: A dangerous method, título tomado del libro escrito por John Kerr,

editado en castellano como La historia secreta del psicoanálisis, adquiriendo así un

sentido diferente, quizás más provocador del que podía sugerir el título originario de la

obra de Hampton.

Nos encontramos, pues, ante una obra teatral adaptada para el cine, cuyo

argumento dramatizado parece que refleja, no obstante, situaciones que se dieron en la

historia del movimiento psicoanalítico de aquellos años. Inevitablemente, después de ver

la película la primera pregunta que se nos plantea es: ¿cuánto hay de real y cuánto de

ficción novelada?TEMAS DE PSICOANÁLISIS Núm. 3 – Enero 2012

Isabel Laudo – Un método peligroso de D. Cronenberg

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© 2012 TEMAS DE PSICOANÁLISIS y Isabel Laudo

Para intentar una respuesta a esta cuestión, me detendré en el personaje menos

famoso de los tres. ¿Quién era Sabina Spielrein? Hasta que no se descubrieron sus cartas y

su diario, publicados por Aldo Carotenuto en Una secreta simetría (1984), era alguien

bastante desconocido, incluso para los propios psicoanalistas. Fue la primera paciente

analizada por Jung, un análisis muy rudimentario, que se apoyaba solamente en las

lecturas de los trabajos de Freud y en su propia técnica de asociación de palabras, que era

de lo que disponía en ese momento. Se trataba de una paciente que presentaba un

trastorno histérico, con aparatosa sintomatología que en seguida mejoró notablemente,

hasta el punto de que hacia los diez meses de su estancia en el hospital, sus síntomas

habían remitido lo bastante como para no necesitar seguir ingresada, pudiendo iniciar la

carrera de medicina y seguir el tratamiento en régimen ambulatorio.

Pero Sabina S. había desarrollado en su tratamiento una intensa transferencia

erotizada, complicada por una contratransferencia actuada por parte de su analista,

llegando a establecerse una relación sentimental y sexual entre ambos1

. Jung escribió en

dos ocasiones a Freud (1906 y 1907) explicándole los problemas en el tratamiento de esa

paciente, sin mencionar de quien se trataba y ocultando la auténtica naturaleza de sus

relaciones. Pero, intuitivamente, Freud le respondió hablándole del concepto de

transferencia, sin todavía haber publicado nada al respecto2

Cuando estos avatares tenían lugar, Freud todavía no había escrito Consejos al

médico en el tratamiento psicoanalítico (1912), ni La iniciación del tratamiento (1913).

Las teorías y los descubrimientos se iban sucediendo, pero los creadores estaban sin

método que orientara: trabajaban con sus propias emociones sin protección. Por tanto, las

actuaciones de los pacientes difícilmente podían ser simbolizadas -sí teorizadas o

intelectualizadas- por el analista cuando estaba contraidentificado con aquello que el

paciente le transfería, además de sumar lo que el propio analista transfería a la situación

analítica, porque no se había analizado él previamente. Quiero señalar con ello que esta

ausencia de un método claro de trabajo y una técnica definida, que pudieran actuar como

1 Aunque la mayoría de los autores dan por cierta esta relación de transferencia actuada, alguno lo pone en duda,

como A. Carotenuto (1984).

2 El artículo titulado La dinámica de la transferencia no fue publicado hasta 1912.TEMAS DE PSICOANÁLISIS Núm. 3 – Enero 2012

Isabel Laudo – Un método peligroso de D. Cronenberg

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© 2012 TEMAS DE PSICOANÁLISIS y Isabel Laudo

referencia en la mente del psicoanalista en su práctica clínica, impedía una limitación clara

del campo de trabajo y una protección saludable para analista y paciente. Sería como

realizar una intervención quirúrgica sin una zona de quirófano delimitada, sin anestesia o

sin medidas asépticas. Todos podrían resultar dañados.

Tiene mucho valor, desde la perspectiva que nos da el tiempo transcurrido, el

entusiasmo que tenían por el conocimiento los tres personajes de esta historia, cada uno de

ellos en su papel particular. En el contexto de la sociedad victoriana de la época -silencio,

formalidad, represión- y en el ambiente científico de la Viena de principios de siglo,

trabajar en la cura por la palabra era algo auténticamente revolucionario.

¿Se curó realmente Sabina Spielrein? Es difícil opinar sobre ello. En primer lugar

porque el concepto de cura es muy complejo y se refiere a distintos niveles del

funcionamiento mental (mejoría sintomática, mundo interno, realizaciones personales,

elaboración de la relación transferencial…) y también porque no conocemos directamente

el caso. Pero se puede acordar que su mejoría sintomática fue notoria. En cuanto a su

evolución personal pudo alcanzar un desarrollo en su autonomía, vida familiar,

maternidad… A nivel profesional desarrolló un trabajo exitoso como psicoanalista en

diversas facetas, desde su incorporación a la Sociedad de Viena en octubre de 1911. Allí

leyó, en 1912, su trabajo La destrucción como causa de llegar a ser, actualmente

reconocido como la primera mención en la historia del psicoanálisis a la pulsión de muerte

y, según apunta

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