Relación Lenguaje Mente

La relación lenguaje y mente desde el campo educativo

Aunque en el campo psicológico se han debatido la importancia de la relación lenguaje mente, ya que mientras unos apoyan la postura de que el lenguaje es previo al pensamiento o viceversa, desde el campo educativo no podemos dejar de lado la importancia del lenguaje en la estructuración de la mente. El proceso educativo como ya se ha mencionado en reiteradas ocasiones es un proceso eminentemente comunicativo y desde esta perspectiva no podemos dejar de privilegiar el lenguaje como un elemento fundamental en la comunicación. En el aula el alumno interactúa a través del lenguaje con compañeros y maestros, y dicho lenguaje le posibilita la estructuración y organización de sus procesos mentales, así como la construcción de formas de regulación social. El lenguaje en el campo educativo no puede dejar de considerarse como un elemento fundamental pues a partir de ahí el alumno organizara ideas, expresará emociones y sentimientos, argumentará, debatirá, cuestionará, impugnara. Por todo lo anterior es importante que el lenguaje y sus diversos usos sean un elemento cotidiano del salón de clases, no reconocer la importancia del lenguaje para la constitución del pensamiento nos puede llevar a desperdiciar el potencial cognitivo del alumno de manera irremediable.

A pesar de que el enfoque comunicativo funcional se ha dado a conocer por diferentes autores (Lomas, 1993) y aparece como el enfoque para la enseñanza del español en los Planes y programas de la Secretaría de Educación Pública de 1993, en muchísimas ocasiones los maestros plantean quejas acerca de que los alumnos cuando llegan a la escuela tienen un lenguaje muy escaso y que esto no favorece su aprendizaje, si bien lo anterior puede explicarse (aunque por supuesto no de forma reduccionista) por la influencia estrecha que hay entre lenguaje y mente; mas que quejarse o lamentarse los maestros deberían generar toda una serie de experiencias en donde se ponga en juego el uso del lenguaje: experiencias de intercambio de ideas, conversaciones libres, dirigidas, juegos con las palabras, creación de rimas, poesías, canciones, pregones, manifestación de enojos y desacuerdos, entre otras. En el campo de la educación no podemos quejarnos de que los alumnos llegan con una pobreza de lenguaje, sino que debemos de desarrollar toda una serie de actividades que favorezcan dicho lenguaje, por supuesto que lo anterior lo haremos si tenemos clara la importancia que éste tiene en la estructuración de la mente, pero si por el contrario partimos de la idea de que no hay relación entre lenguaje y mente, podemos esperar a que una u otra “maduren” en forma pasiva y no hacer nada para favorecer el lenguaje y por ende diversos procesos de pensamiento (análisis, síntesis, abstracción, generalización, categorización).

Cuando encontramos alumnos con dificultades para comunicarse en el aula en vez de tomarlo como pretexto para justificar su poco o nulo avance en su aprendizaje, deberíamos de favorecer sus experiencias de comunicación en todos los ámbitos para mejorar la organización de su pensamiento y si vamos más allá hasta organizar de mejor manera su perspectiva y ubicación ante el mundo.

En la actualidad es penoso ver como todavía algunos docentes consideran al lenguaje como algo molesto en el salón, como algo que hay que evitar para poder aprender, se plantea que, “en silencio

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