Seriedad del suicidio

¿Qué tan seria es mi decisión?

No tengo muchos intentos de suicidio a cuestas aunque sí bastantes pensamientos suicidas. Sé que mi decisión es absolutamente seria y totalmente irracional, puesto que primero, mi propia mente se rehúsa a hacer un auto-análisis, lo cual es contrario a mi naturaleza de auto-reflexión constante. Yo sé que el revisar pormenorizadamente las "razones" de mi suicidio podrían desviarme de mi intención porque la suma de factores jamás resultarán o compensarán un suicidio (es decir suicidio= x + x + x, pero jamás x+x+x= suicidio). Es un resultado que anhelo. Y, segundo, por la calma que rodea dicha decisión.

Es esto último, la calma, lo que me sorprende (sin entusiasmo, hace mucho tiempo que perdí gran parte del placer que me producía el encontrar asuntos "interesantes").

Me parece increíble como la mente puede luchar contra su propia conservación, y saber cuando las resoluciones no pueden soportar mucho análisis sin el riesgo de fallar en la ejecución. Obviamente no hablo del "instinto", puesto que si me pusiera una funda de plástico en la cabeza ,me la intentaría sacar, a pesar de mi "meta".

En fin, la calma que siento y que me ha permito planificar con algunos detalles (mi método elegido es el colgarme o el corte de venas importantes) aunque el no saber donde podría hacerlo, ni con qué, hace que me sienta como un psicópata. Estoy profundamente desasociado de mi cuerpo, cuando miro mis ojos al espejo no soy yo: soy un envase a punto de ser vaciado.

Cuando veo a mi familia puedo reírme, puedo sociabilizar, y es muy poco probable que sepan de mis intenciones, lo que me apena, puesto que el hecho de que no me recuerden amargado en mis últimos días va a sumar a la dificultad de su recuperación. El hecho de que sienta empatía y a pesar de esto, prosiga con mi decisión, ¿me hace MÁS o MENOS psicópata? Realmente no quiero castigarlos ni hacerles daño, no disfruto pensar en su dolor, me frena y me duele mucho.

Y he aquí otro punto, hace algunos años atrás tenía fantasías suicidas constantes, veía mi funeral y las personas que lloraban. En este caso no es así, no me interesa quién me vaya a recordar con cariño más allá de mi madre y no deseo un funeral. La última serie de fantasías suicidas que tuve luego de mi adolescencia fue hace unos años , cuando me imaginaba dirigiendo el carro hacia un barranco. Y no, no es el método elegido... perder un hijo + el carro: HIJO DE P#$%%&!

¿Cómo llegué a esta decisión?

Hace unos días, mientras estaba en mi cuarto lidiando con varios problemas (no tan graves), se me vino a la mente una idea no tan extraña a mi mundo: el de suicidarme. Generalmente, verbalizaba mi deseo ante el espejo al comenzar la mañana, anticipando otro horrible día: "Me quiero morir" pero era una forma de "afrontar" el mundo y nada que pensara ejecutar seriamente. Fueron varias las veces que callé estas verbalizaciones, ante metas de vivir más positivamente o tener más felicidad en mi vida. Si, creo que la felicidad es una actitud ante la vida y los días que me propuse ser mas feliz fueron satisfactorios, pero siempre, del fondo de mi alma resurgía el deseo de matarme. Sinceramente, creo que mi más longevo deseo a sido ese.

Poseo una depresión no tratada(me la diagnosticaron hace tiempo) y, volviendo el tiempo atrás, no sé si alguna terapia hubiera hecho una diferencia significativa. Creo que en mi familia hay una creencia no verbalizada que ahondar mucho en el pasado es revivir "traumas", y al prestarles atención, acrecentarlos. Más allá de esto, mi familia es muy comunicativa y mi madre y yo somos capaces de asumir problemas entre nosotros y solucionarlos con rapidez, admitiendo cada uno sus errores.

Vuelvo a mencionar que hay algo que no me hace sentir un "psicópata" por completo, y es el hecho de que me duele muchísimo y me frena hasta cierto grado, que mi familia vaya a sufrir, especialmente mi madre. Realmente es el único motivo por el cual he llorado desde que tomé mi decisión. Y sin embargo, mi plan sigue en pie. A pesar de que la amo, siento que no puedo seguir más y ni siquiera sé si podría aguantar hasta que pase la Navidad, para que sea -en algo- menos duro.

También debo mencionar que la idea de mencionarme me produjo un alivio inmenso. Nunca he sentido una paz interna tan grande como la que siento ahora. No soy tan tonto como para tenerlo como indicativo de lo "correcto" de la decisión, sé que es porque es un paliativo global. Digamos que eres de una secta, y de repente ves todos los problemas del mundo y dices: "esto no pasaría si todos fuésemos miembros de mi secta", y entonces todo lo pasas por ese tamiz. "Drogas? Alcohol? Violencia?" Tienes la paz interna de tener la solución a todo. Lo mismo pasa con el suicidio, todos los problemas son pequeños y llevaderos si uno piensa

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