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TEORIA DEL APEGO DE BOWLBY


Enviado por   •  16 de Abril de 2018  •  Ensayos  •  1.326 Palabras (6 Páginas)  •  224 Visitas

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EL APEGO.
A continuación, lo que se pretende es abordar el concepto de “apego” desde la postura de Bowbly. Abordar su teoría, así como las características que la conforman. A tal fin de lograr una correcta comprensión y apropiación de este, conocimiento los elementos que el hombre utiliza para construir las bases afectivas y el conocimiento de sí y de los demás.

Palabras clave: Etología, apego, reconocimiento, verdad, institución.

TEORIA DEL APEGO DE BOWLBY

Teoría

La teoría del apego fue desarrollada por el Dr. John Bowlby, psiquiatra y psicoanalista de niños. Esta teoría describe cómo las experiencias tempranas y la relación con la primera figura vincular influyen en el desarrollo del niño.
Éste pensó que el apego se inicia en la infancia y continúa a lo largo de la vida, y afirmó que existen sistemas de control del comportamiento que son innatos y que son necesarios para la supervivencia y la procreación de los seres humanos.

El apego y los sistemas exploración son centrales en su teoría, pues desde muy pequeños los niños poseen un comportamiento innato que los lleva a querer explorar cosas nuevas, pero cuando éstos se sienten en peligro o asustados, su primera reacción es buscar la protección y seguridad de su cuidador primario.

Desarrollo de las etapas de apego de Bowlby.

Etapa de preapego: (nacimiento a seis semanas). El bebé hace uso de sus reflejos innatos, ya reacciona a la voz de la madre, sin embargo, aún no muestra conductas de apego.
Etapa de formación del apego: (seis semanas a seis-ocho meses). Aquí el niño a través de su conducta hace evidente que diferencia a la madre del resto de personas.

Fase de apego propiamente dicha: (seis-ocho meses a dieciocho meses- dos años). Aquí el niño muestra ansiedad y enfado ante la ausencia de la madre.

Formación de relaciones recíprocas: (a partir de los dieciocho meses – dos años en adelante). Ya el niño tiene la capacidad de representar mentalmente a la madre, entiende que la separación no es definitiva. La culminación optima de esta fase deja como resultado un lazo afectivo solido y duradero entre la madre y el niño.

Patrones de conducta.

Apego seguro: El niño tiene una preferencia por la madre. Son niños que usan a la madre como una base segura a partir de la cual explorar el mundo. Pueden ser calmados por ella cuando se encuentran angustiados.
Apego evitante:
A estos niños no parece afectarles la separación con la madre. Exploran el entorno sin interactuar con los adultos.
Apego resistente:
El niño busca la proximidad de su madre antes de la separación, pero cuando regresa se encuentran enfadados. Su conducta exploratoria es limitada.
Apego desorganizado/desorientado:
Aquí están los niños más inseguros. Suelen mostrar su desorientación mediante una expresión facial atónita.

CATEGORÍA

DESCRIPCIÓN

INTERPRETACIÓN

Un nacimiento más allá de la concepción.

“El bebé es imaginado antes de ser percibido, hablado antes de ser oído” (Pg. 41). En la medida que ha transcurrido la historia, ha variado la percepción sobre el feto, desde el arte, la religión, hasta la creación de una observación experimental. El bebé, desde el vientre materno puede ver, distinguir el desplazamiento y el brillo de los objetos. El olfato le permite acercarse al mundo por medio de lo que olfatea su madre e inclusive transforma sus emociones en la medida que su madre habla.

Cuando se está esperando un hijo, en ocasiones la curiosidad por conocer cómo será el bebé, si se parecerá al padre o a la madre, si tendrá los ojos de una forma u otra, de qué color tendrá el cabello se convierte casi que, en una necesidad, para la cual la ciencia se ha intentado suplirla por medio de las ecografías y así ha ido avanzando respecto a como se ve y se verá el feto.

El apego como forma de desarrollo.

“El apego son relaciones particulares que sostienen numerosos animales con elementos de su entorno social y no social” (Pg. 43). Desde la perspectiva de John Bowlby el vínculo que une a una madre con su hijo es casi que un proceso natural de aproximación a la madre. La perturbación del apego puede llegar a producir cierta cantidad de perturbaciones, como, por ejemplo: el aislamiento. Dentro de la proximidad con la madre se encuentran cinco pautas de conducta que contribuyen a forjar el apego: succión, aferramiento, seguimiento, llanto y sonrisas. Donde no hay vínculos de apego, la secreción de las hormonas del crecimiento se frena.

El apego es aquel vinculo que se establece con un cuidador principal (normalmente la madre y el padre, pero si no están puede ser hacia aquella figura que ejerza de cuidador) y que prevalece por encima de otras necesidades biológicas. Aunque desarrollaremos apego hacia diferentes figuras a lo largo de nuestra vida, el que más cuenta y el principal es aquel que se establece entre madre (o sustituto) e hijo. El apego se entiende como un vínculo con un lazo afectivo muy fuerte que determinará el desarrollo posterior de la personalidad del niño, su forma de relacionarse con los demás y con todo lo que le rodea. El apego también influirá en cómo se ve a sí mismo.

Transmisión de emociones madre-niño.

“La adolescencia constituye, por lo tanto, un período en el que los compromisos que se logren establecer dependerán de la idea que el individuo se formo de si mismos” (Pg. 50).  El desarrollo afectivo participa directamente en la manera como son percibidas las señales de este tipo. Madre e hijo gozan de una conexión sagrada durante el embarazo, algo que con ayuda de la voz, amor y bienestar mental de la madre les permite fusionarse emocionalmente, entenderse y conocerse. Por medio de su voz sonora, su respiración tranquila, su ritmo cardiaco estable y por supuesto, a través de su amor y bienestar emocional, la madre puede transmitirle al bebé un estado de plenitud, protección y armonía. El bebé responde a esos estímulos sonriendo, llorando, chupándose el dedo, moviendo el cuerpo, dando pataditas, demostrando emoción, agitación o calma.


“La actividad simbólica debe entenderse en la dinámica de un proceso comunicativo, orientador y objetivo, en el que se presenta la realidad enfrentándose de manera practica en una transposición de movimientos y percepciones” (Pg. 51).

Durante el embarazo aparecen cambios emocionales traducidos en variaciones bioquímicas, ya que las emociones se asocian a la segregación de hormonas particulares. Y aunque no se puede demostrar al ciento por ciento, existen numerosos y potentes indicios de que el desarrollo del bebé en el útero de la madre va a determinar la vida que tendrá de adulto. Y en esto se ha visto que influye la alimentación de la madre, o su estado físico, y también, su salud emocional. El feto, de alguna manera, percibe las emociones de la madre. Y eso es muy positivo puesto que le da al bebé un abanico de experiencias sensoriales necesarias para enfrentarse a la vida, desde la alegría, hasta la rabia o la tristeza.

De ahí que sea esencial que la madre establezca vínculos con el niño desde el primer momento de la concepción. Con un gesto tan habitual en las embarazadas como tocarse la barriga, acariciarse, el feto recibe una experiencia positiva sensorial; conecta con la madre y se produce una respuesta bioquímica de placer, que se traduce en la segregación de hormonas que ayudan a establecer ese vínculo entre ambos.

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