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Tercer momento epistemico Ana Maria Fernandez


Enviado por   •  22 de Octubre de 2019  •  Apuntes  •  1.146 Palabras (5 Páginas)  •  558 Visitas

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DESARROLLO.

Desarrollo teórico del Tercer Momento Epistémico:

Para una articulación de los distintos organizadores  es necesario abandonar la epistemología de la ciencia positivista para evitar los reduccionismos que supone aislamiento metodológico por las condiciones de posibles aproximaciones con otros campos disciplinarios. Pero esto supone una insuficiencia de abordajes realizados desde un solo campo disciplinario dados los múltiples atravesamientos de los grupos. Resulta importante entonces posicionarse desde la epistemología de lo transdisciplinario que otorga aportes significativos.

Interesa destacar el camino que se abre a partir de visibilizar otros organizadores (socioculturales, institucionales) más allá de los fantasmáticos ya trabajados. Movimientos diversos: resonancias fantasmáticas, procesos identificatorios y transferenciales, intensos sentimientos de amor-odio, juego de roles. Imbricación caleidoscópica de sus organizadores. Elucidación crítica de los cuerpos teóricos involucrados desdibujando la intención legitimante de lo que ya se sabe para poder desplegar la interrogación de hasta dónde sería posible pensar de otro modo. Cuerpos teóricos  funcionando como caja de herramientas que aportan instrumentos teóricos (no sistemas conceptuales que auto legitimen y subordinan).

Organizadores fantasmáticos anudada con los organizadores socioculturales, institucionales (aunque en determinados momentos grupales se vuelven más significativos unos organizadores que otros). Operan simultáneamente inscripciones muy diversas de referentes deseantes, grupales, institucionales y sociopolíticos. Todas escapan del registro consciente de sus integrantes. Lo acontecido en una situación grupal es mucho más de aquello que se puede dar cuenta, esto es porque en un grupo siempre hay un plus de acontecer que desdicen las racionalidades construidas, es por esto generadora de múltiples sentidos, es decir nunca se está en presencia de un solo sentido que pueda funcionar como cierre, dando cuenta de lo multiplicado.

La autora propone pensar los grupos como campos de problemáticas y en ese sentido nudos teóricos (aludiendo al des-disciplinamiento disciplinario que se vuelve necesario instrumentar para su conceptualización).

En este sentido, destaca la importancia de los cuerpos discernibles, retomando la noción de la identificación como base de la fundación del sujeto y como dimensión constitutiva libidinal del lazo colectivo, es decir condiciones estructurales por lo cual el sujeto hace masa, aquello que no puede dejar de hacer por ser sujeto. Por lo cual un número numerable de personas establece una especificidad donde los enlaces identificatorios adquieren características propias. Los cuerpos se hacen discernibles, la distribución circular opera efectos más allá de lo espacial, haciendo posible intercambio de miradas que se deslizan entre tensiones del reconocimiento o desconocimiento entre los integrantes que harán posible o no procesos identificatorios y transferenciales. Esta peculiaridad identificatoria en red  hace del pequeño grupo un nudo, que se constituye en la alternancia de enlaces y desenlaces de subjetividades.

Con un rasgo singular de esa persona en el grupo  se juega el enlace identificatorio que resuena por similar u opuesto con aquella posición en la escena fantasmática motivo de sus representaciones y que da cuenta de su pasaje edípico. Fantasma entendida como una escena donde repite una posición insistente, repetición recreada en el espacio grupal, que al desplegarse  busca explorar otras posiciones de su teatro interior.

Hay que tener en cuenta además de que por medio de atravesamientos socio- histórico- institucionales y de su singularidad como pequeño colectivo único e irrepetible construyen sus propios mitos y utopías. Componentes históricos como dimensión temporal, entrecruzados con historias propias de los integrantes  imaginario social como un conjunto de significaciones por las cuales una sociedad se instituye como tal, universos de significaciones imaginarias como organizadores de sentido de cada época social- histórico  estableciendo lo permitido y lo prohibido, donde es sostenido por el imaginario efectivo que reproduce lo instituido. En cambio el imaginario radical es la instancia donde se pueden inventar nuevos conjuntos de significaciones, transformadora. El grupo inventa un conjunto de significaciones propias (mitos, utopías) una suerte de imaginario grupal.

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