Ética de la psicoterapia

ÉTICA EN LA PSICOTERAPIA

Al pensar en ética y psicoterapia inmediatamente asociamos la advertencia de evitar iatrogenia, abusos y desviaciones, pero antes habría que pensar la ética en relación con la identidad profesional, contexto en el que se ofrece como el timón de la nave que nos lleva a conocer, a interactuar y a trabajar con la gente a la que le prestamos nuestra atención.

Al trabajar con una persona que nos habla de alguna situación no debemos salirnos del tema y preguntar cosas que no sean necesarias para nuestro trabajo. Si nosotros comenzamos a salirnos del tema, entonces nos estamos extraviando éticamente, sin tener que cometer ninguna transgresión a la integridad la empezamos a regar.

La ética es el referente en el cual podemos trabajar libremente en el necesario trabajo creativo que implica la interacción con otra persona que también interactúa con nosotros.

La identidad se juega en el pensar mismo de nosotros, eso es lo que define nuestra persona, la forma en que pensamos que no va a cambiar. La herramienta de trabajo es el pensamiento.

La interacción con el otro es de tal modo que se trata de hablar de sí mismos, de cuestiones personales. En ese momento se interactúa con el otro y con nuestro pensamiento y con ese pensar se comienza a identificar el consultante.

La identidad profesional es la certeza sobre la identificación que establecemos con un cuerpo de conocimiento y ejercicio. La confianza es uno de los soportes y a la vez uno de los referentes de la ética en el trabajo.

Al hablar de identificación es el mecanismo psicológico mediante el cual nos apropiamos algo que originalmente estaba afuera y así nos habita. La identificación no es una cuestión de simple preferencia, es una respuesta global a los componentes emocionales que están organizados de determinada manera según nuestra historia, nuestras circunstancias, nuestro psiquismo y la relación con el ambiente, es decir una serie de factores que organizan a ese mundo interno y que refieren a una representación de nosotros mismos con la que a su vez estamos éticamente implicados.

La ética nos da los puntos de referencia para saber si seguimos siendo nosotros, en función de lo que hacemos en relación con los otros. Pero no es un manual de instrucciones, ni un librito de consejos. La ética se genera en la interacción con el exterior formando un sistema de referentes, componente mismo de la identidad, el yo literal.

La identidad profesional necesita de un pegamento, que es la ética, y la ética se basa en convicciones, no necesitamos recordar esas convicciones. Si no hay convicción no hay ética, nosotros no podemos leer algo y tomarlo sin más.

Conclusión:

La ética señala los límites marcados por los propósitos y también provee un código para así aplicar los conceptos,

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