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EL BAUTISMO CON EL ESPIRITU SANTO


Enviado por   •  31 de Agosto de 2014  •  6.971 Palabras (28 Páginas)  •  238 Visitas

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Isaías 28.11, 12 porque en lengua de tartamudos, y en extraña lengua hablará a este pueblo, 12a los cuales él dijo: Este es el reposo; dad reposo al cansado; y este es el refrigerio; mas no quisieron oír.

Oseas 6.3 Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová; como el alba está dispuesta su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la tierra.

Joel 2.23 Vosotros también, hijos de Sion, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio.

Zacarías 10.1 Pedid a Jehová lluvia en la estación tardía. Jehová hará relámpagos, y os dará lluvia abundante, y hierba verde en el campo a cada uno.

Santiago 5:7 “Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía”.

La ilustración del granjero esperando pacientemente por la lluvia primera y tardía era parte de la escena de la agricultura de Palestina.

Dios les había hecho esta promesa a los Israelitas, antes que ellos cruzaran hacia la tierra de Canaán, si ellos obedecían sus mandamientos. Deuteronomio 11:14 dice: “yo daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás tu grano, tu vino y tu aceite.”

Algunos versículos antes de su profecía acerca del derramamiento del Espíritu, Joel dijo que Dios derramaría la lluvia temprana y tardía: “Vosotros también, hijos de Sion, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio.” (Joel 2:23), y en otra poderosa profecía acerca de la venida del Señor, Oseas exhortó al pueblo de Dios, diciendo lo siguiente en Oseas 6:3: “Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová; como el alba está dispuesta su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la tierra.”

Existen cuatro palabras hebreas para definir "lluvia". En Oseas 6:3, aparecen tres de ellas: “Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová; como el alba está dispuesta su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la tierra.”:

1. “la lluvia”, lluvia intensa o fuerte, en hebreo: “Geshem” (Esdras 10:9, 13; Ezequiel 13:11 y 13 dice “lluvia torrencial”. En 34:26 da la idea de abundancia.

2. “La lluvia tardía” en hebreo: “Malkosh”, aparece en ocho lugares; Deuteronomio 11:14; Job 29:23; Proverbios 16:15; Jeremías 3:3, 24, Joel 2:23 y Zacarías 10:1).

3. La lluvia temprana: “Yoreh” y “Moreh” (Yoreh: Deuteronomio 11:14; Jeremías 5:24. Moreh: Salmos 84:6 y Joel 2:23).

4. El otro término para lluvia se refiere la lluvia en general, como lo vemos en Deuteronomio 32:2.

La secuencia de las lluvias:

Estas lluvias operaban como ciclos cada año. Luego de los tiempos de mucho calor en el verano, comenzaba a caer la lluvia temprana (Yoreh y Moreh). En aquella región la lluvia temprana o de invierno (mediados de Octubres-mediados de Diciembre) ablandaba la tierra para poderla arar y regaba refrescando los campos.

Luego venia entre los meses de diciembre y marzo la lluvia intensa o fuerte (Geshem). Esta clase de lluvia remojaba, empapaba la tierra y llenaba las cisternas, los estanques y manantiales.

Cuando la lluvia intensa o fuerte (Geshem) cesaba, comenzaba la primavera, donde caía la lluvia tardía o de primavera (Malkosh) (fin de febrero-comienzos de abril). Este era el tiempo de la aparición de las flores y el fruto. La cebada se cosechaba en abril y mayo y el trigo en mayo y junio.

La secuencia de las lluvias en los tiempos espirituales:

La lluvia, que es una figura de la presencia del Espíritu Santo, viene a nuestras vidas, luego de atravesar el verano espiritual, caracterizado por la alta temperatura (léase “tiempo infernal” o “el horno recalentado siete veces”, que pudieran ser ataques del enemigo, o diferentes tipos de problemas que nos han abrumado, desgastado y resecado por largo tiempo). Aquí Dios nos envía de su lluvia refrescante para que nuestra tierra (vida cristiana) reseca y árida se renueve y se prepare para poner nuevas semillas espirituales.

Luego que hayamos sido refrescados, renovados y hayamos plantado en fe semillas espirituales, Dios enviará de su lluvia torrencial para llenarnos, saciarnos y cuidar las semillas espirituales que hayamos sembrado.

Al final del proceso, entonces, vendrá lo que llamamos la lluvia tardía, que es la manifestación visible de lo que hemos sembrado. Aquí estamos completos, saciados y bendecidos.

La ley de la Doble Referencia: cuando Dios habla de algo indirectamente se refiere a otra también

La promesa del Padre

Lucas 11.13 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?

Lucas 24.19 Entonces él les dijo: ¿Qué cosas? Y ellos le dijeron: De Jesús nazareno, que fue varón profeta, poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo;

Juan 14.16-17 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: 17el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.

Hechos 1.4-5 Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. 5Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.

Hechos 2.38, 39 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. 39Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.

El cumplimiento de la Promesa

Hechos 2.1-4 Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. 2Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; 3y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. 4Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.

Hechos 2.14-18

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