Isaias 40

Isaías 40.10

“He aquí que Jehová, el Señor vendrá con poder, y su brazo señoreará; he aquí que su recompensa viene con él, y su paga delante de su rostro”.

Muchas veces en la vida decimos ser esas personas fuertes las que nunca se doblan pero al observar el corazón desde la perspectiva correcta nos damos cuenta con tristeza de que solo hemos creado mascaras, caretas en las cuales nos escondemos y el muro que separa nuestro corazón de la sensibilidad se hace mas grueso y mas alto, nos aislamos y nos separamos mas de Dios, El lo único que hace es preocuparse por nosotros pero al ser nosotros así el deja que las consecuencias por nuestras acciones nos alcancen y llega la soledad la angustia, y eso permite volver la mirada atrás y buscarlo con desesperación y ese proceso es el fuego, donde hay limpieza del corazón, del alma y del espíritu, las emociones son tocadas los sentimientos son juzgados y el proceso de purificación empieza, el verdadero propósito de Dios es que cada uno de nosotros lleguemos a la meta, pero en el camino a la meta y en la preparación hay lesiones, caídas que dejaran marcas cicatrices del camino que tuvimos que recorrer para poder llegar a esa meta perfecta, no cabe duda que el Señor viene con poder, y su amor de Padre no tolera nuestra actitud y como Padre debe juzgar nuestras acciones, el ama nuestra vida pues somos hijos, pero como Padre su único propósito es enseñarnos que debemos ser responsables y aprender que la vida es un camino de decisiones y que para cada decisión que tomemos debes consultarlo porque El es sabio y nos quiere brindar el consejo para decidir bien, pero muchas veces solo decidimos lo que nosotros consideramos que esta bien y ya, pero al final nos damos cuenta que no fue la mejor decisión y ahí vienen las consecuencias, y es aquí cuando su brazo señoreara, es cuando realmente entendemos el propósito, cambiamos la actitud, nos dejamos moldear y modelar por El, es cuando el proceso esta en la parte medular, es el periodo donde la preparación esta llegando, donde la semilla se esta germinando, pero es cuando hay que buscar mas es cuando sientes la soledad de que Dios no esta sientes que El no te escucha pero es aquí cuando El nos esta enseñando a que aprendamos a oír, que aprendamos la sutileza que El tiene para halarnos, el habla como lo hizo con Elías en el desierto, en el silbo suave y apacible, Elías debió estar muy quieto y expectante porque si no el no podría haber escuchado a Dios ya que estaría quejándose, haciendo ruido, y jamás hubiera escuchado su voz, así debe uno estar cuando llega esta parte del proceso, porque Dios quiere que aprendamos a escuchar su voz, y cuando pase esta etapa entonces viene la recompensa y su paga delante de su rostro, si el proceso lo pasamos y aprendemos nuestra paga será buena para nosotros será el favor de Dios el cumplimiento de las promesas su Presencia en nosotros,

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