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JÓVENES: ESPERANZA VIVA DE LA IGLESIA


Enviado por   •  24 de Abril de 2016  •  Apuntes  •  4.493 Palabras (18 Páginas)  •  169 Visitas

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JÓVENES: ESPERANZA VIVA DE LA IGLESIA

  1. Los jóvenes y adolescentes constituyen la gran mayoría de la población de América Latina y el Caribe. Representan un enorme potencial para el presente y el futuro de la Iglesia y de nuestros pueblos, como discípulos y misioneros del Señor(DA 443).
  2. La Diócesis de Trujillo, al rededor del año 1983, poco después del encuentro de los obispos latinoamericanos en Puebla, creó el Departamento de Pastoral Juvenil Diocesano asesorado por el padre Alexis Bastidas, de ahí nacieron dos grandes eventos juveniles que merecen ser mencionados en este documento: La Marcha por la Fe y la Paz y el Festival de Coros Parroquiales. Seguidamente, dando continuidad, y en correspondencia con lo que se ha vivido en el continente, han estado al frente del departamento los sacerdotes: Pedro Artigas, Carlos Cabezas, Pedro Terán y Gustavo Godoy.
  3. El trabajo realizado durante todos estos años ha sido el acompañamiento de grupos juveniles, la realización de actividades como las antes expuestas; los Campamentos Misioneros Juveniles (CAMPASTRU), los Campamentos de Montaña, la participación de jóvenes trujillanos en los Encuentros Nacionales de Jóvenes (ENAJO), los encuentro de los jóvenes con San Juan Pablo II en sus visitas a Venezuela, los Encuentros Internacionales de la Juventud, entre otros. Esto ha sido una fortaleza para el trabajo con los jóvenes en nuestra diócesis.
  4. La estudio del tema sobre los jóvenes en el marco celebrativo del Sínodo Diocesano llena de esperanza a toda la Iglesia trujillana que quiere ser joven con los jóvenes y se proyecta a una acción pastoral más atenta a la realidad juvenil con los desafíos que conlleva.

PRIMERA ETAPA: “VER”

  1. Estas referencias a vuelo de pájaro que hemos realizado, nos permiten señalar con el documento del Concilio Plenario de Venezuela que se refiere a los jóvenes en su número cuatro y que reza así: Nuestra Iglesia se siente solidaria con la juventud y quiere ofrecer su aporte para que se colmen sus esperanzas y el Mensaje de salvación de Jesucristo llegue a todos (JBNJ 4).

Ámbito General

Luces

  1. Al mirar a nuestra Iglesia diocesana nos podemos dar cuenta que tenemos una realidad juvenil que constituye un buen porcentaje de la población del Estado Trujillo, pues Venezuela es un territorio donde la mayoría de sus habitantes son jóvenes. Este dato constituye una gran potencialidad para la activad pastoral de la Iglesia, ya que los jóvenes constituyen una fuerza renovadora de gran vitalidad, son la fuerza viva y alegre de una sociedad.
  2. Entre las características de nuestros jóvenes trujillanos podemos destacar que son alegres, emprendedores, comunicativos, solidarios, entusiastas y festivos, dinámicos, y responsables, reflexivos y con un alto sentido de pertenencia a su terruño y a laIglesia.
  3. En todos los sectores de la realidad trujillana encontramos jóvenes por vivir con radicalidad los valores que profesan, por vivir con entusiasmo los ideales que persiguen y luchar por las metas que desean alcanzar.
  4. Podemos notar entre nuestros jóvenes un fuerte arraigo por el valor del amor y la amistad, vividos estos valores en una conciencia sana del concepto de la libertad.
  5. La solidaridad es un valor muy preciado entre nuestro jóvenes especialmente cuando existen situaciones difíciles, siempre están dispuestos a colaborar a demostrar su generosidad y su capacidad de compromiso especialmente con los más necesitados.
  6. Nuestros jóvenes han venido cultivando un fuerte interés por la participación política, movidos por querer vivir en una sociedad más justa y más fraterna y también por el deseo de un mejor porvenir.Esto mueve al joven por forjar un futuro más humano, una sociedad más de iguales donde se vivan con firmeza los valores de la democracia de la no violencia, de la paz, de la justicia social y en definitiva los deseos de vivir en un país más desarrollado y donde se promueva el bien común.
  7. Gran  parte del territorio que comprende nuestra diócesis es rural, por eso muchos de nuestros jóvenes se dedican al trabajo del campo, eso permite que desarrollen un amor por el trabajo y por ganarse la vida con el sudor de sus frentes.

Sombras

  1. Al lado de estas realidades hermosas que posee nuestra juventud y que realmente enaltece las virtudes vividas por nuestros jóvenes y nos enorgullece, también existen situaciones que van en contra del deber ser y que es necesario que pongamos atención para que podamos vivir en plenitud el plan salvífico de Nuestro Señor Jesucristo.
  2. Podemos decir que la sociedad en que vivimos, y por ende nuestros jóvenes viven una profunda crisis de valores, en un mundo que se afana por proponer anti – valores como nuevos valores.
  3. Muchos jóvenes de nuestro tiempo rehúyen a las responsabilidades y compromisos. Son influenciados por una mentalidad consumista, hedonista, materialista y alienada. Es notable el deseo desenfrenado de dejarse llevar por los propios instintos y eso  hace vulnerables a nuestros jóvenes y haciéndolos presa fácil del alcohol, las drogas, el libertinaje sexual y otra serie de vicios que perjudican de manera significativa a  las nuevas generaciones. Los jóvenes  de sectores marginados son los más vulnerables a sucumbir en la oscuridad de estas realidades contrarias al querer de Dios.
  4. Es preocupante el número cada día más creciente de madres solteras y adolescentes, con el agravante que cada día dan a luz a menor edad. Al lado de las madres adolescentes también están los padres precoces. Reina en muchos casos la irresponsabilidad en la educación de los hijos. Estas realidades están presentes tanto en las zonas urbanas como en las rurales de nuestro territorio.
  5. La deserción escolar, especialmente en las zonas rurales, es un problema latente, muchos de ellos para dedicarse al trabajo del campo o al comercio, movidos por el creciente desempleo, entre otros motivos.
  6. El aborto también constituye un grave problema, a menudo escondido y solapado pero que crea muchos traumas psicológicos y sociales y por consecuencia también en el orden de lo moral. Si bien nuestra marco legal lo prohíbe el estado en la mayoría de los casos lo solapa.
  7. Si bien hemos dicho que muchos jóvenes  están participando en el ámbito de la política, no es menos cierto que una gran mayoría parece apática ante los graves  problemas de orden moral, político social y económico por los que atraviesa el país.
  8. El desempleo aturde de forma incisiva y directa a los jóvenes, especialmente a los recién egresados de los institutos de formación superior, pues no encuentran la forma de desarrollarse en lo que fueron formados y en muchos casos tienen que dedicarse a otros actividades que buscan solo la subsistencia.
  9. Muchos jóvenes, por escapar a la situación social que parece cada vez más oscura,  los problemas agravándose y sin solución, optan por  emigrar a otros países.
  10. Los jóvenes son los principales afectados por la inseguridad, los asesinatos, robos, hurtos y otros tipos de delitos; estos son cometidos, en su mayoría, por adolescentes y jóvenes.
  11. La mayoría de la población penal de nuestros centros de reclusión está conformada por jóvenes. En la mayoría de los casos estos centros de reclusión son universidades del delito, en vez de ser centros para la redención y la reinserción.
  12. La familia sigue siendo un punto de apoyo y referencia para la juventud, pero de forma acelerada la desintegración familiar es la causante de la mayoría de las dificultades que encuentran los jóvenes para su desarrollo integral.

Ámbito Eclesial

Luces

  1. Con respecto a la Iglesia, podemos constatar que son muchos los jóvenes que hacen vida activa en nuestras parroquias y comunidades eclesiales.
  2. Los grandes centros educativos universitarios cuentan con una capellanía. Varios sacerdotes de la diócesis trabajan en las universidades y centros de formación superior.
  3. Participan activamente de la vida de la Iglesia, la mayoría de nuestros coros parroquiales están compuestos por jóvenes, les dan alegría y dinamismos a nuestras celebraciones litúrgicas.
  4. En la realidad de la Iglesia diocesana encontramos que casi todos los movimientos de apostolado seglar cuentan con un movimiento juvenil (legión de maría, encuentros familiares de Venezuela renovación carismática, comunidades neocatecumenales, comunidades eclesiales de base, etc).
  5. Un buen número de nuestros pre-adolescentes participan en la catequesis parroquial, no son muchos los que desertan de la catequesis de la primera comunión.
  6. En algunas de nuestras parroquias y realidades eclesiales existen espacios para el esparcimiento y la recreación de los jóvenes y se promocionan actividades propias para ellos como la música, el teatro, el deporte, el montañismo entre otros.
  7. La presencia y el trabajo de un nutrido grupo de sacerdotes jóvenes contribuyen al acercamiento y la identificación de muchos muchachos de nuestras realidades eclesiales al respectivo seguimiento de Cristo que estos pueden hacer tangible.

Sombras

  1. Con respecto a la Iglesia, vemos con preocupación que la presencia y la actividad de los jóvenes es muy pobre y en algunos casos inexistentes. Cada vez son más los muchachos y muchachas que nunca han tenido contacto con su parroquia y con alguna realidad de Iglesia, especialmente en las zonas urbanas.
  2. La Iglesia diocesana tiene dificultad para proponer actividades y procesos de formación en la fe, luego de la catequesis de confirmación. Es el espacio y el tiempo donde mayor deserción eclesial encontramos. No existe una catequesis de perseverancia y las ofertas pastorales son muy pobres o carecen de impacto significativo para la juventud.
  3. En nuestras parroquias y realidades eclesiales no existen espacios suficientes para la recreación y para las actividades propiamente juveniles.
  4. En el ámbito de lo político no tenemos de forma organizada y estructurada una escuela de formación política donde se estudie, se promueva y se viva la doctrina social de la Iglesia.
  5. Carecemos en nuestra diócesis de centros de atención juvenil para atender los problemas fundamentales de la juventud, como el alcoholismo, la drogadicción, el embarazo precoz, la delincuencia  y otros que agobian nuestra sociedad.
  6. Si bien tenemos capellanías en los distintos institutos de formación universitaria, la Pastoral Universitaria es poco incisiva en la realidad  universitaria.

SEGUNDA ETAPA: “JUZGAR”

El Dios de la Vida Cuenta con los Jóvenes para su Plan de Salvación

  1. Un breve recorrido por la historia de la salvación, permite ver cómo Dios contó con los jóvenes para ir constituyendo su pueblo y para que colaboraran con él en su acción liberadora. Isaac, “el hijo de la promesa” tuvo que pasar por la prueba de confiar plenamente en su padre Abraham hasta dejar la propia vida en sus manos (Conf. Gn 22,1-18). Yahvé recompensó su fe y su disponibilidad y por él y sus descendientes, la promesa se siguió haciendo realidad hasta su pleno cumplimiento.
  2. Moisés, perseguido desde su mismo nacimiento, fue llamado por Dios para ponerse al frente del pueblo de Israel en su salida de Egipto y en su marcha por el desierto hacia la Tierra Prometida (Conf. Ex 3,7-14). Su valor y su compromiso con la liberación de su pueblo no hicieron desaparecer sus miedos y sus crisis para responder a ese llamado, pero el encuentro personal con él junto a la zarza ardiente (Conf. Ex 3,1-6) le transformó la vida y lo convirtió en un líder valiente y decidido.
  3. Para suceder a Moisés, Dios eligió al joven Josué y lo puso al frente de su pueblo para que lo condujera en el momento decisivo de la entrada a la Tierra Prometida (Conf. Dt 31,3). Llamó a Samuel desde muy joven para confiarle su misión. Al comienzo, no le fue fácil interpretar con claridad el origen del llamado, pero la actitud orientadora del anciano Elí, le ayudó luego a descubrir su voz y a disponerse para responder con docilidad: “habla, Señor, que tu siervo escucha” (1 Sam 3,1-21). Le ordenó ungir como rey a David, después de haber sido olvidado y no tenido en cuenta entre sus hermanos por ser joven y estar cuidando ovejas (Conf. 1 Sam 16,1-13).
  4.  En la lucha con Goliat (Conf. 1 Sam 17,4-50), Dios mostró cómo protege la vida de los jóvenes cuando son capaces de arriesgarla por la defensa de su pueblo. A los ojos humanos, la victoria de David fue la victoria del débil frente al poderoso; pero en la mirada de Dios, fue la victoria de quien puso sólo en él su confianza, de quien tomó en serio el compromiso de servirlo a él por encima del poder de los ídolos y de las armas.
  5. En plena edad juvenil, llamó a Jeremías a una difícil misión profética (Conf. Jer 1,6) que tuvo que asumir con la incertidumbre de actuar en una situación de violencia e injusticia social y con el miedo propio de la responsabilidad que se le había confiado. La cumplió con muchas dificultades y los problemas pusieron a prueba su perseverancia (Conf. Jer 11,18-23). Es así como Dios invita a los jóvenes a ser destinatarios de su amor. Se hace presente en sus vidas como padre tierno y bondadoso, “lento para enojarse y rico en misericordia” (Conf. Ex 34,6), siempre cercano y atento a sus necesidades y a las de su pueblo.

Jesucristo Vivo y Presente en el Mundo de los Jóvenes

  1. Cuando llegó la “plenitud de los tiempos” (Gal 4,4) Dios se hizo hombre. En él, “Enmanuel”, “Dios con nosotros” (Is 7,14) alcanza su plenitud la presencia de Dios en el caminar y en la vida de los jóvenes.
  2. En Jesús vivo y presente, los jóvenes encuentran la plenitud de sus vidas. Jesús vivió y creció en Nazaret,  nació pobre (Lc 2,6-7); formó parte de una familia trabajadora, su padre fue carpintero y su madre se dedicó a las tareas del hogar. Cuando les fue posible regresar, fueron a vivir a Nazaret, un sencillo pueblo de Galilea; cumpliendo las leyes religiosas de Israel, a los 12 años subió con sus padres al templo de Jerusalén. Se encontró con los doctores de la ley, compartió con ellos su manera de entender las Escrituras y los dejó asombrados por su conocimiento y profundidad (Conf. Lc 2,46-47).ç
  3. El mismo reconoció luego que en ese momento había comenzado a realizar el trabajo que el Padre le había ordenado y que de esa manera se estaba preparando para la misión que se le había confiado (Conf. Lc 2,49). En Nazaret, viviendo la vida normal de un joven de su época, creció “en sabiduría, en edad y en gracia delante de Dios y de los hombres” (Lc 2,52).
  4. Sus palabras fueron el anuncio de que el Reino de Dios estaba comenzando. Se cumple así el proyecto histórico que Dios tenía para su pueblo y se da respuesta a la larga espera vivida por Israel, reanimada en los últimos tiempos por Juan Bautista cuando invitaba, como voz que clama en el desierto, a “cambiar de vida y de corazón porque el Reino de los Cielos está cerca” (Mt 3,2).
  5. Sus destinatarios privilegiados son los que sufren las consecuencias del pecado: los pobres. Jesús optó por los pobres (Conf. Lc 4,16-22), se identificó con ellos y desde ellos anunció la Buena Noticia de que el Reino de Dios se estaba haciendo realidad (Conf. Lc 6,20-21).
  6. Impacta la sensibilidad de Jesús frente a la debilidad, la enfermedad y la muerte de los niños y de los jóvenes. Cura al sirviente del capitán de Cafarnaúm (cf. Mt 8,5-13), resucita a la hija de Jairo (cf. Mc 5,21-43), expulsa un demonio de la hija de la mujer sirofenicia (cf. Mc 7,24-30), maldice a quienes escandalizan a los niños (cf. Mt 18,6), cura al  joven epiléptico cuyo espíritu malo los discípulos no habían podido expulsar (cf. Lc 9,37-43). Pero el signo más claro de esta preocupación de Jesús para que los jóvenes lleguen a vivir su vida en plenitud fue lo sucedido a la entrada del pueblo de Naím. Al hijo único de su madre viuda que llevaban a enterrar, Jesús le dice: Joven, yo te lo ordeno: “¡levántate!”. Y vuelto a la vida, se lo entregó a su madre (Conf. Lc 7,11-17). Su misma voz se sigue sintiendo hoy para animar a tantos jóvenes caídos y desanimados por las dificultades de la vida que les toca enfrentar.
  7. Jesús invita a los jóvenes a participar en la incansable tarea de anunciar el Evangelio, de cuidar con ternura a los que sufren en esta tierra y buscan maneras de construir un país justo y en paz. La fe en Jesús nos enseña que vale la pena defender al inocente, al oprimido, al pobre, que vale la pena sufrir para atenuar el sufrimiento de los demás.
  8. El Espíritu Santo se manifiesta y actúa en las vidas de los jóvenes; es el gran regalo de Dios a los jóvenes; alienta sus vidas, fortalece sus trabajos, quita sus temores, los impulsa a ser activos y dinámicos en la tarea de transformar la realidad: “Limpia los pecados, riega las arideces y cura las heridas; suaviza la dureza, elimina con su calor la frialdad y endereza los caminos”  (Ez 36,26).
  9. El Espíritu es una fuente inagotable de imaginación, de creatividad y de vida. El mismo empuja a los jóvenes a “vivir según el Espíritu” (Gal 5,16), los invita a formar comunidades (Conf. Hch 2,42-47), los envía como misioneros (conf. Mt 28,18-20) especialmente a los no evangelizados (Conf. Hch 13,46-48) y los invita a estar atentos para discernir a la luz de la palabra, los signos de los tiempos a través de los cuales se sigue manifestando en la historia.
  10. Así lo hizo María, la joven mujer de Nazaret, que ocupa un lugar privilegiado en la historia de la salvación. En ella, la mujer recupera su dignidad, su igualdad y su libertad. María, la creatura que Dios acercó más a sí mismo, el rostro femenino del amor de Dios, es la mujer de la nueva creación, el símbolo de la humanidad liberada y la manifestación más clara de que la utopía de Dios se está realizando en la historia de la humanidad.

La presencia de Dios en el Caminar y en la Vida de los Jóvenes.

  1. La opción de Dios por los jóvenes se ubica dentro de su opción por los pobres. La falta de libertad, la fragmentariedad de la vida, la falta de educación y de atención a  las necesidades fundamentales a que se ven enfrentados muchos jóvenes latinoamericanos, como víctimas del pecado social de un sistema que los considera como objetos en un mundo mercantil.
  2. Esta presencia de Dios en el caminar y en la vida de los jóvenes es un llamado para que sean protagonistas de su plan de salvación, para que descubran su identidad de hijos de Dios y respondan comprometiéndose con el proyecto que tiene para su pueblo. Así, podrán ir construyendo sus vidas junto con las de todos los demás llamados a caminar hacia el cumplimiento de la promesa: “Numerosos jóvenes de hoy desean ser protagonistas de la evangelización y artífices de la renovación social... Hay que orientar sus cualidades y su capacidad creativa hacia el objetivo más elevado que puede atraerlos y entusiasmarlos: el bien de la sociedad, la solidaridad con todos los hermanos, la difusión del ideal evangélico de vida y de compromiso concreto en bien del prójimo y la participación en los esfuerzos de la Iglesia para favorecer la construcción de un mundo mejor” (Juan Pablo II, “La Iglesia de los Jóvenes”, Catequesis durante la Audiencia General del 31 de agosto de 1994).
  3. No se trata de un protagonismo triunfalista, sino de un protagonismo de servicio a la vida como don de Dios, al amor, a la misericordia, a la solidaridad, a la justicia, a la paz. Los jóvenes llamados por Dios para ser protagonistas de momentos importantes de la historia de la salvación, vivieron en una sociedad que les daba poca participación, donde les era muy difícil expresarse y ser escuchados: “si eres joven, habla sólo cuando sea necesario” (Ecl 32,7).
  4. Es tarea urgente la atención pastoral a los jóvenes pues son“víctimas del empobrecimiento y de la marginación social, de la falta de empleo y del subempleo, de una educación que no responde a las exigencias de sus vidas, del narcotráfico, de la guerrilla, de la prostitución, del alcoholismo, de abusos sexuales...” (Documento de Santo Domingo nº 112).
  5. Los jóvenes son especialmente sensibles a la libertad, la buscan, luchan por ella y procuran vivirla en plenitud, porque la consideran una de las experiencias más maravillosas de sus vidas. La Iglesia les asegura que en ella habrá siempre pasión por la libertad y por todo lo que lleve a la liberación integral de las personas y de los pueblos.
  6. En los tiempos recientes, desde el Concilio Vaticano II en adelante, los jóvenes han sido tema recurrente y obligado en los distintos documentos de la Iglesia. El magisterio de la Iglesia Latinoamericana ha marcado pauta en este sentido, resaltando el documento de Puebla, donde una de sus opciones  pastorales es precisamente la opción preferencia por los jóvenes (P.1186 – 1187).

Una Evangelización Inculturada en el Mundo Juvenil

  1. El universo juvenil actual se caracteriza, entre otras cosas, por un dinamismo cultural vertiginoso, donde existe gran pluralidad de culturas juveniles en permanente y rápido proceso de cambio y evolución. La evangelización requiere, por tanto, un especial esfuerzo de inculturación y una actitud de constante apertura, renovación y actualización que responda a esa mutabilidad cultural. Esta adaptación a las culturas de la juventud no es un falseamiento del Evangelio, sino una respuesta a la exigencia de vivirlo, pensarlo y anunciarlo en clave juvenil (Conf. Santo Domingo nº  119), de manera que pueda hacerse vida en la realidad y en la cultura de los jóvenes. Por eso, los jóvenes “deben convertirse en los primeros e inmediatos apóstoles de los jóvenes, ejerciendo el apostolado pastoral entre sus propios compañeros, teniendo en cuenta el medio social en el que viven” (Papa  Francisco. JMJ 2013).
  2. El anhelo de la Iglesia de ser joven con los jóvenes se ha ido haciendo realidad desde el Concilio Vaticano II: la Iglesia los mira con confianza y amor... Ella tiene lo que hace la fuerza y el encanto de la juventud: la facultad de alegrarse con lo que comienza, da darse sin recompensa, de renovarse y empezar de nuevo para nuevas conquistas. Mírenla y verán en ella el rostro de Cristo, el héroe verdadero, humilde y sabio, el profeta de la verdad y del amor, el compañero y amigo de los jóvenes”  (Concilio Ecuménico Vaticano II, Mensaje a los Jóvenes, nº 6).
  3. La Iglesia Latinoamericana ha visto en la juventud un signo de sí misma y una llamada a una constante renovación y a un incesante rejuvenecimiento (cf. Mt 5,12). Ha expresado su deseo de auscultar atentamente las actitudes de los jóvenes y de aceptarlos con gozo en su seno y en sus estructuras y promoverlos hacia una activa participación en las tareas humanas y espirituales (cf. Mt 5,13). Teniendo en cuenta su papel cada vez más decisivo en el proceso de transformación del continente y su papel irreemplazable en la misión profética de la Iglesia (cf. Mt 5,13).
  4. La opción preferencial por los jóvenes significa que Dios Padre ha puesto en ellos su mirada y pide a su Iglesia que haga también lo mismo. Significa reconocer el amor de Dios por los jóvenes y la confianza que deposita en ellos. Implica que toda la Iglesia acepta poner su atención, su preocupación y su tiempo allí donde Dios ha puesto su voluntad cariñosa. Esto sólo es posible si se cree realmente que el Padre Dios, antes que todos, quiere en la Iglesia de su Hijo a cada uno de los jóvenes; si se está convencido de que independientemente de sus virtudes y defectos, el Padre ha decidido ofrecerles la Iglesia para que vivan en ella plenamente y para que trabajen en su misma obra de evangelización.
  5. Por eso, la Iglesia los invita a sentirse Iglesia y a experimentarla como lugar de comunión y participación” (Documento de puebla nº  1184). Hoy se requiere una Iglesia que sepa responder a las expectativas de los jóvenes... Hoy, la Iglesia debe hacerse compañera de camino de los jóvenes. Se necesita una Iglesia para los jóvenes, que sepa hablar a su corazón, caldearlo, consolarlo, entusiasmarlo; una Iglesia que sepa acoger y hacerse desear por quien busca un ideal; una Iglesia que no tema pedir mucho, después de haber dado mucho(Juan Pablo II, Mensaje para la XXXII Jornada Mundial de las Vocaciones, 7 de mayo de 1995).
  6. Por el bautismo, los jóvenes han sido llamados a trabajar con todas sus fuerzas en la misión salvífica de la Iglesia. Ellos son considerados, hoy, de un modo especial, “sujetos activos y protagonistas de la evangelización” (Juan Pablo II, Exhortación Apostólica “Christifideles Laici” nº 46). La “nueva evangelización tiene que ser capaz de despertar un nuevo fervor misionero en una Iglesia cada vez más arraigada en la fuerza y el poder perenne de Pentecostés” (Documento de Santo Domingo nº 124).
  7. En el llamado a salir fuera de las fronteras de sus grupos, de sus comunidades, de sus parroquias o diócesis e incluso de sus países, la Iglesia reconoce un signo de la confianza de Dios en su capacidad de entrega y servicio al Evangelio. A partir de sus pequeñas experiencias de misión, los jóvenes van descubriendo y testimoniando que “¡la fe se fortalece dándola!” (Juan Pablo II, Encíclica “Redemptoris Missio”, nº 2).
  8. Los jóvenes son sensibles a descubrir su vocación, a ser amigos y discípulos de Cristo. Están llamados a ser centinelas del mañana, comprometiéndose en la renovación del mundo a la luz del Plan de Dios.Están llamados a servir a sus hermanos, especialmente a los más necesitados con todo su tiempo y su vida. Como discípulos misioneros, están llamados a compartir la corriente de la vida que viene de Cristo y a compartirla en comunidad construyendo la Iglesia y la sociedad.
  9. El Concilio Plenario de Venezuela anima a los jóvenes a que se comprometan en la transformación del país. Es una exigencia para ellos ser constructores de la Civilización del Amor, estando presentes activamente, con corazón pacífico y constructivo, en donde se lucha por la justicia y por restaurar el Plan de Dios sobre el hombre, señor de la creación y responsable de la historia (Documento Jesucristo, Buena Noticia para los Jóvenes, 48).

TERCERA ETAPA: “ACTUAR”  DESAFÍOS Y LÍNEAS DE ACCIÓN

  1. Educar a los jóvenes de nuestra diócesis en el Evangelio de la Vida y de la Caridad.

  1. Generar elementos de cercanía de parte de la Iglesia, donde los jóvenes se sientan acogidos y donde sus necesidades sean atendidas, especialmente a los más alejados.
  1. Promover procesos de educación de la fe en la pastoral juvenil. Que permitan dar respuestas significativas en el orden de la Fe a la juventud trujillana.

NOTA IMPORTANTE:

¿Cómo abordar este material de trabajo?

HACER OBSERVACIONES GENERALES AL DOCUMENTO.

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