La Presencia De Dios En La Historia Humana.

LA PRESENCIA DE DIOS EN LA HISTORIA HUMANA

RESUMEN

El libro de Ester es pues acerca de Dios, de su pueblo y del triunfo sobre las fuerzas del mal. Un Dios que está en el universo y más allá del universo.

La historia nos habla de la presencia y del amor de Dios para la humanidad, nos muestra el esfuerzo del hombre para volver a encontrar la felicidad que tenía al principio que la había perdido.

También nos habla de la presencia continua de Dios que ayuda al hombre a descubrir que su verdadera felicidad sólo se encuentra en Él, nos habla de manera explícita, de la presencia perenne y de la acción favorable de Dios hacía “su” Pueblo.

Pero el instante definitivo de la historia ha llegado hace más de 2000 años cuando Dios se ha hecho hombre, en la Persona de Jesucristo, y ha querido vivir y compartir la vida humana en todas sus realidades cotidianas de la familia, del trabajo, del amor y del sufrimiento.

A pesar de que alguno tenga motivos para pensar que hay más pecado que santidad y que el cristianismo ha fracasado después de más 2000 años de historia, lo cierto es que el perdón de Dios sigue disponible para todos los que lo acepten.

También hoy cada hombre o mujer puede cambiar su vida cuando llegue a es a certeza: Cristo "me amó y se entregó a sí mismo por mí".

INTRODUCCION

La presencia de Dios en la historia humana se ha dado desde los primeros tiempos, es decir desde la creación misma del universo y de la vida en todas sus manifestaciones.

Desde el inicio de la creación, cuando Dios creó al hombre a su imagen y el hombre rechazó esta amistad por su desconfianza y desobediencia, es cuando empieza también la búsqueda del hombre de su identidad, de su misión en la tierra, de su reconciliación con la verdad, la búsqueda y acercamiento hacia su creador DIOS, búsqueda que a decir verdad continúa hasta los actuales tiempos.

Podemos ver todo esto en concreto en el Antiguo Testamento, que es nada más que la historia del Pueblo Escogido de Israel y nos habla, como la historia de tantos otros pueblos, de reyes, de guerras, de héroes y de traidores; pero también, de manera explícita, de la presencia perenne y de la acción favorable de Dios hacía “su” Pueblo.

El objetivo de este trabajo es demostrar la presencia de DIOS en la historia humana desde los primeros tiempos hasta nuestros días. La vida de Jesucristo no sólo ha marcado al mundo durante unos años, sino que su influencia ha venido perpetuándose hasta hoy. Además, varias de las páginas más importantes y más bellas de la historia, después de Cristo, han sido escritas por discípulos suyos, tal como San Francisco de Asís y Santo Teresa del Niño Jesús, o más cercano, la madre Teresa de Calcuta o por el Papa Juan Pablo II.

DIOS Y LA HISTORIA

Capítulo I

El Dios Inmanente

Ahora citaré una cita bíblica de Ester, en donde el principal protagonista es Dios. En el libro, Dios forma parte de la historia.

Pero el libro hace algo claro: que el hombre no puede controlar en forma absoluta la historia, porque carece de poder absoluto. Si la historia tiene un objetivo, un propósito, alguien debe dirigirla y ese alguien no es el hombre, es Dios que al dirigirla usa a los hombres y le da a la historia un propósito y define su curso.

Las coincidencias históricas son manifestaciones veladas de la presencia de Dios. Es el poder que ordena los eventos, dándole significado a la historia.

Este aspecto de Dios es sumamente importante. Se nos habla así de un Dios que no está allá afuera, sino aquí con nosotros. En Ester él se llama Emanuel, El Dios de Ester es un Dios humano que ha velado su poder y su gloria, y que revela su poder a través del actuar humano. Apunta así Ester en la encarnación de nuestro Dios en la historia, a Jesucristo.

Solo por la fe vemos a Dios activo en Ester y en Cristo Jesús. De otra manera veremos únicamente al hombre. Pero por la fe vemos en Cristo la gloria y el poder de Dios revelándose, creando una nueva historia de salvación.

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