La Religión Desde El Punto De Vista De La Charca

En los pasados día se el pueblo de Puerto Rico ha recibido una avalancha de mensajes en los que diferentes grupos alegan saber lo que nuestro pueblo necesita. Todos ofrecen alternativas las cuales muchas veces son irreales, poco viables o simplemente no responden a las verdaderas necesidades del pueblo. A los mensajes que hago referencia son de carácter políticos-partidistas, ya que Puerto Rico estaba en momentos previos a las elecciones que se llevaron a cabo el 6 de noviembre.

En otras ocasiones, los mensajes vienen de programas gubernamentales u otras entidades de base comunitarias o de fe. Todos desean ayudar a mejorar la deteriorada situación social que vive el país. Pero ¿quién en realidad sabe lo que el pueblo necesita: los políticos o los religiosos?

Cada uno defiende sus ideas con firmeza, sin embargo, son palabras huecas sin subtancia ni profundidad. Muchos líderes buscan protagonismo y popularidad; mientras el pueblo continúa cargando con los males sociales que lo agobian.

En la novela La Charca vemos también controversia en la solución que propone Juan del Salto, el padre Estaban y el médico Pintado. El autor nos presenta, la cruda realidad social, moral, espiritual y económica de la gente que vivía en la cercanía de Juan del Salto. Puerto Rico era una colonia Española para esa época. Razón por la cual la nación tenía el mandato de enseñar el catolicismo que era la religión que profesaba España. En materia de fe la autoridad la tenía la iglesia católica. Padre Esteban es la figura que representa la fe católica en la obra.

En el ejercicio de sus funciones ministeriales el padre subía a la montaña cuando algún moribundo pedía su asistencia para reconciliarse en la fe antes de partir al otro mundo. Realmente el padre no llevaba a cabo un proceso de evangelizar, por la sectas protestante. El padre decía que a está gente, a la campesinada “por un oído le entraba lo que se le decía y por el otro le salía”

Lo único que podría sanar aquella gente de acuerdo con padre Esteban, era la fe. Tener fe equivalía orar y rezar, aspirar al perdón, conocer las leyes de la iglesia, sentir gran deseo de ir a la iglesia para escuchar la Palabra. “¿Qué crean en Dios-decía el padre Esteban- porque esta gente no cree en nada. Viven muriéndose, acabándose poco a poco a cambió de placer. Posiblemente se refería al abuso del alcohol (aguardiente), a la promiscuidad y al juego de apostar con las cartas de la baraja.

La fórmula salvadora, insistía padre Esteban era la fe, la iglesia, la salud del alma y la redención.

Por lo tanto, había que aumentar esfuerzo para beneficiar a los campesinos. Debieron seguir el ejemplo de Cristo Jesús que tuvo compasión de la multitud que le seguía y le pedía a sus discípulos que le dieran de comer para que la palabra que recibieran pudiera ser escuchada y entendida y surtiera

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