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PACHAMAMA: SANTA TIERRA


Enviado por   •  24 de Agosto de 2014  •  2.794 Palabras (12 Páginas)  •  360 Visitas

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PACHAMAMA : SANTA TIERRA

Para nosotros los Jujeños la Pachamama es algo sagrado. Es por eso que la nombramos diciendo: «Pachamama Santa Tierra». Al igual que sus hijos, come, bebe, respira y descansa: es una madre llena de vida, pero para recibir su protección debemos protegerla y para recibir un buen alimento debemos alimentarla. La tierra es Pachamama en toda la región andina, y en la mayoría de los pueblos indígenas de América es venerada como Madre Naturaleza.

Para los habitantes de la quebrada de Humahuaca, la tierra es la Pachamama. Pacha es tierra y mama es madre. Desde muy pequeños hemos aprendido de nuestros abuelos que la Pachamama es nuestra madre y todos los seres humanos somos sus hijos. A medida que crecemos reafirmamos y transmitimos este sentimiento: como hijos tenemos que cuidar a nuestra madre y como hermanos debemos cuidarnos entre nosotros por el bien de la humanidad entera.

Dicen los guaraníes: "la tierra es nuestra madre, es nuestra vida y es nuestra libertad". También las comunidades collas expresan un sentimiento que se resume en la siguiente frase: "en nuestra mente, en nuestros labios y en nuestro corazón está nuestra Pachamama". Pero "la tierra no nos pertenece sino que nosotros pertenecemos a ella porque somos sus hijos" decía un anciano de la tribu Seattle, de Norteamérica. "¿Tiene dueño la tierra? ¿Cómo así? ¿Cómo se ha de vender? ¿Cómo se ha de comprar? Si ella no nos pertenece, pues. Nosotros somos de ella. Sus hijos somos.

Así siempre, siempre. Tierra viva. Como cría a los gusanos, así nos cría. Tiene huesos y sangre. Leche tiene, y nos da de mamar. Pelo tiene, pasto, paja, árboles. Ella sabe parir papas. Hace nacer casas. Gente hace nacer. Ella nos cuida y nosotros la cuidamos. Ella bebe chicha, acepta nuestro convite. Hijos suyos somos. ¿Cómo se ha de vender? ¿Cómo se ha de comprar?"

[E. Galeano]

También aprendimos que la Pachamama es nuestra casa y que en este hogar convivimos seres humanos, animales y plantas. Todos los seres vivos estamos íntimamente relacionados con el aire, el agua, el suelo y los vientos, es decir con todas las fuerzas de la naturaleza que componen el medio ambiente.

"La Pacha nos cría y la Pacha nos come", "así como cuida, castiga; nos mantiene sanos o nos conduce a la enfermedad". "No se ignora que la Madre Tierra niega sus cosechas a los hijos ingratos y los castiga, pero ¿quién podrá olvidar a la Pachamama? ¿Quién podrá mezquinarle nada?" El primer trago siempre es para ella: "vamos a chayar", "vamos a pagar a la Pacha", decimos.

CHAYAR es rociar con bebidas (chicha, vino, alcohol, cerveza, etc.) en un homenaje sincero de agradecimiento a la Pachamama.

En cualquier momento del año, antes de beber se inclina el vaso para convidar a la Tierra el primer trago.

• Se chayan elementos de trabajo y otros bienes esparciendo con la mano unas gotas de alguna bebida, convidando a la Pachamama y bebiendo un traguito con ella.

• Para el mes de agosto «cuando se da de comer a la Tierra» se chaya de rodillas y con las dos manos.

• Para el carnaval se chaya el mojón donde se «desentierra el diablo».

• Los caminantes de los cerros chayan las apachetas que encuentran al costado del camino. PAGAR

En nuestra zona se utilizan mucho las expresiones: "pagar la Pacha" y "pagar la Tierra".

El pago se hace con bebidas -chayada- y también dándole de comer en el mes de agosto. Preferentemente se eligen comidas preparadas con los frutos que da la tierra del lugar: maíz, papas, habas, pelones, quinoa, oca, papa lisa, etc. Además se le ofrecen cigarrillos y coca.

Se trata de devolverle simbólicamente algo de lo que ella nos da.

En casi todas las casas de los quebradeños hay un lugar especial para darle de comer a la Pachamama en el mes de agosto.

La chayada

El acto de chayar es una ceremonia sencilla y humilde a través de la cual se agradece a la Pachamama. Nuestros abuelos nos enseñan que mientras dure nuestra existencia siempre estamos en deuda con la madre naturaleza, y que muchos logros obtenidos en la vida (en lo económico, en lo familiar, en los estudios, etc.) se los debemos a ella.

El hombre puede lograr su bienestar en la medida en que se desarrolla en comunidad respetando a las personas mayores, a los animales y a las plantas y siendo siempre un agradecido de la vida que le debe a la Pachamama. "Hasta las piedras hay que respetar porque ellas nos sirven de testigos del paso por esta vida", decía una abuela.

La chayada es muy practicada en las zonas rurales donde la agricultura y la ganadería constituyen la principal actividad económica. En el campo existe una relación más directa entre el hombre y la naturaleza: se chaya cuando se incorporan elementos nuevos para la labranza de la tierra: arados, palas, picos, semillas, etc.; así también cuando se incorporan elementos necesarios para el manejo del ganado: corrales, remedios, jeringas para vacunar, lazos y ensillados, etc.

También en las zonas urbanas, en los pueblos y aun en las grandes ciudades, se chayan automóviles, televisores, heladeras, computadoras, etc., con la alegría de incorporar nueva tecnología en el hogar y en el trabajo. "Para que dure", "para que no se arruine" y "que sea en buena hora", decimos. Nuestros padres nos recuerdan que la chayada nos ayuda a mantener el equilibrio con las fuerzas de la naturaleza.

La Pachamama y los cultivos

La actividad agrícola de los antiguos quebradeños se realizaba a través de ciclos de rotación de suelos y cultivos. Este sistema se utilizaba para no cansar la tierra. Aún tiene vigencia y es valorado por muchos. Para realizar esta práctica la familia siembra en la mitad de los rastrojos que posee, los restantes son cultivados al año siguiente o cuando han descansado lo suficiente.

Los ciclos de rotación tienen que ver con la calidad del suelo, el clima y los cultivos. La papa y el maíz -por ejemplo- requieren suelos ricos en nutrientes, por lo tanto las tierras destinadas a este tipo de cultivos necesitan de mayor tiempo de descanso. En los Valles se acostumbra echar el ganado en los rastrojos que están descansando, ya que el guano de los animales abona la tierra.

Decía una abuela de Hornaditas:

"Todo tiene

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