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Parabola Del Buen Samaritano


Enviado por   •  30 de Septiembre de 2014  •  2.339 Palabras (10 Páginas)  •  524 Visitas

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introducción

Como lo decíamos en el tema: "JESÚS NOS ENSEÑA POR MEDIO DE PARÁBOLAS"[1], donde Jesús afirma que las parábolas[2]"son aquellas breves narraciones dichas por Jesús de Nazaret que encierran una educación moral y religiosa, revelando una verdad espiritual de forma comparativa". No son fábulas[3]pues en estas no intervienen personajes animales con características humanas, ni alegorías[4]pues se basan en hechos u observaciones creíbles, teniendo la mayoría de estos elementos de la vida cotidiana. Las parábolas se encuentran contenidas en los evangelios canónicos, aunque también se pueden encontrar en los evangelios, como el de Tomás y de Santiago, libros considerados apócrifos.

La finalidad de las parábolas de Jesús[5]es enseñar cómo debe actuar una persona para entrar al Reino de los Cielos y, en su mayoría, revelan también sus misterios. En ocasiones Jesús usó las parábolas como armas dialécticas contra líderes religiosos y sociales, como por ejemplo la Parábola del fariseo y el publicano; los usaba dependiendo de la ocasión.

Jesús dice que enseña usando parábolas para que comprendan su mensaje sólo aquellos que han aceptado a Dios en su corazón y para que los que tienen "endurecidos sus corazones" y han "cerrado sus ojos" no puedan entender[6]Por lo tanto comprender el mensaje de Jesús significaría ser un verdadero discípulo suyo y no entenderlo supone que no se está realmente comprometido con Él y por ende no podemos recibir su ayuda ni la de su mensaje. Existen algunos debates sobre si este es el significado original del uso de las parábolas o si en realidad fue agregado por Marcos para reforzar la fe de sus lectores, tal vez cuando se vio perseguido. Esta explicación parece ser esencial para comprender del todo el mensaje real de las parábolas de Jesús, ya que deja claro que es necesario tener fe en Él para entenderlas, o de otro modo se ven confusas.

En el presente tema, trataremos de la "Parábola del Buen Samaritano[7]redactada en las Sagradas Escrituras, (1) Lc. 10:25-37.

Desarrollo

La "parábola del buen samaritano" es una de las parábolas de Jesús más conocidas, relatada en el Evangelio de Lucas. Se la considera una de las parábolas más realistas y reveladoras del método didáctico empleado por Jesús de Nazaret, un ejemplo expresivo e incisivo de su mensaje exigente.

Presenta el tono que caracteriza a las llamadas "parábolas de la misericordia" propias del Evangelio de Lucas. La parábola es narrada por el propio Jesús a fin de ilustrar que la caridad y la misericordia son las virtudes que guiarán a los hombres a la piedad y la santidad. Enseña también que cumplir el espíritu de la ley, el amor, es mucho más importante que cumplir la letra de la ley. En esta parábola, Jesús amplía la definición de prójimo. La elección de la figura de un samaritano, considerado un herético para los sectores más ortodoxos de la religión hebrea, sirve para redefinir el concepto de prójimo que se manejaba entonces. Jesús, mediante esta parábola muestra que la fe debe manifestarse a través de las obras, revolucionando el concepto de fe en la vida religiosa judía, entre los cuales resaltaban grupos como el de los fariseos a quienes Jesús en numerosas ocasiones llama hipócritas por su excesivo apego a la letra de la ley y su olvido por cumplir el espíritu de la ley. El contraste establecido entre los prominentes líderes religiosos inmisericordes y el samaritano misericordioso, es un recordatorio a los maestros de la ley (como es el caso del interlocutor de Jesús) de que estaban olvidando el principio de la verdadera religión y Jesús emplea un personaje despreciado por ellos para mostrarles su error.

La narración comienza cuando un doctor de la ley le preguntó a Jesús con ánimo de ponerlo a prueba qué debía hacer para obtener la vida eterna. Jesús, en respuesta, le preguntó al doctor qué está escrito en la ley de Moisés. Cuando el doctor cita la Biblia, y precisamente: "amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas" (2), y la ley paralela "amarás a tu prójimo como a ti mismo" (3), Jesús dijo que había respondido correctamente y lo invitó a comportarse en consecuencia. En ese punto, queriendo justificar su pregunta, el doctor preguntó a Jesús quién era su prójimo. Jesús le respondió con la parábola.

"Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de salteadores, que, después de despojarle, y golpearle, se fueron dejándole medio muerto. Casualmente, bajaba por aquel camino un sacerdote y, al verlo, dio un rodeo. De igual modo, un levita que pasaba por aquel sitio lo vio y dio un rodeo. Pero un samaritano que iba de camino llegó junto a él, y al verlo tuvo compasión; y, acercándose, vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino; y montándolo sobre su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y cuidó de él. Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y dijo: "Cuida de él y, si gusta algo más, te pagaré cuando vuelva.". ¿Quién de estos tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los salteadores?".

El doctor dijo: "El que practicó la misericordia con él." Díjole Jesús: "Vete y haz tu lo mismo." (4) Lc. 10:37.

Es de notar que Jesús no definió, tal como pretendía el doctor de la ley, quién es el prójimo: solo preguntó quién obró como prójimo del herido. Por la respuesta del legista queda implícito que se considera "prójimo" a todo aquel que obra compasivamente con otro hombre, es decir, la definición se da en función de la obra. Asimismo, el legista no respondió a Jesús directamente ("el samaritano"), sino indirectamente, al decir "el que tuvo compasión de él", lo que en general se interpreta como una dificultad de su parte en reconocer que no fueron el sacerdote o el levita quienes observaron el espíritu de la ley sino alguien que, en el ambiente judío, era considerado un hereje, un paria.

Estructura del pasaje.

El pasaje del Evangelio de Lucas -mostrativo del método didáctico usado por Jesús de Nazaret- consta de los siguientes elementos: (5)

1) Pregunta de un maestro de la ley (Lc. 10:25).

2) Contra pregunta de Jesús (Lc. 10:26).

3) Respuesta del maestro de la ley (Lc. 10:27).

4) Mandato de Jesús (Lc. 10:28).

5) Nueva pregunta del maestro de la ley (Lc. 10:29).

6) Contra pregunta de Jesús que contiene la parábola del buen samaritano (Lc.

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