Voluntaria decisión de dedicar nuestra vida a Dios

Pre- estudio

Expositor de la Infancia 2024

Clases Bíblicas Visualizadas Concepción Poniente

Domingo 03 de marzo

TEMA: Voluntaria decisión de dedicar nuestra vida a Dios.        

Lección:  Números 6:16- 21

Cantos sugeridos: Yo no soy nada del polvo nací.

Glosario:

Libaciones: ofrenda en sacrificio', especialmente de un líquido.

Voluntario: Con libertad, gusto o voluntad, o por propia determinación. 

Fiel:  Que es constante en sus afectos, en el cumplimiento de sus obligaciones y no defrauda la confianza depositada en él.

Ofrenda mecida: El significado bíblico de ofrenda mecida es ofrecer algo. Y recibe este nombre porque, el sacerdote debía colocar sus manos debajo del de la persona y mecer de un lado a otro el sacrificio. Así demostraba que lo estaban presentando para Jehová.

Introducción:

Lleve a la clase algunos utensilios o herramientas pequeñas que tenga en casa. Por ejemplo, un tenedor, un martillo, unas tijeras.

Muestre las herramientas a los niños y pida que las nombren. ¿Puede alguno decir qué características tiene cada uno? ¿Para qué sirve la tijera? ¿Para que usamos el cuchillo? ¿Qué puedo hacer con un martillo? Permita respuestas y comentarios.

Estos utensilio o herramientas nos sirven mucho en nuestra vida diaria verdad, pero no tienen ningún valor por si solas. ¿Puede una tijera cortar mi cabello por si sola? ¡No! ¿Puede un martillo clavar un clavo sin que yo lo use? ¡No! Si no son tomadas por alguien o sea usadas por alguien no tienen ningún valor ni serán de ninguna ayuda. Es decir, no sirven si no las usan.

Así mismo ocurre con el servicio que nosotros podemos brindar a Dios. Si Dios no nos usa o toma nuestra vida, nuestro servicio es fallido. Hoy estudiaremos sobre el servicio fiel y agradable a Dios.

 (Puede hacer leer en voz alta a los niños los versículos dados en el expositor como también las referencias en este momento o cuando estime conveniente)

Lección:

Recordemos que el Nazareo debía pedir expiación de pecado al romper su voto ya fuera de forma voluntaria o por accidente. En estos versículos podemos ver como el sacerdote oficiaba el ritual de expiación recibiendo las ofrendas y los sacrificios.

El Nazareo debía cumplir con todo lo que se mandaba para poder ser perdonado y poder volver a tomar su voto nuevamente. Quizás eran varias exigencias. A lo mejor un Nazareo podía haber pensado o dicho ¡ah, mejor no vuelvo a hacer el voto y ya! Tantas exigencias para volver a empezar, pero era necesario porque el voto no era para cualquier persona, era dirigido a Dios. Y todo lo que ofrendemos a Dios debe ser bueno. Nuestro servicio a Dios debe ser el mejor. Dios quiere usarnos en su obra de la mejor manera posible y para eso debemos estar dispuestos a ser utilizados por él. Porque Dios quiere que tengamos un servicio fiel y agradable para Él. En Salmo 40:8 dice “El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, Y tu ley está en medio de mi corazón”. Esto quiere decir que hacer lo que Dios nos ordena nos causa una profunda alegría, y lo que aprendemos de su palabra lo atesoramos en nuestro corazón para el día oportuno que necesitemos actuar de acuerdo a su voluntad. Más que lo que hacemos por el Señor es importante como lo hacemos. Nuestra intención y actitud Dios la valora. No es servir en forma agradable si lo hacemos de mala gana, o con enojo o con pereza. Por ejemplo, en nuestro hogar, si ayudamos a nuestra mamá solo porque no nos regañe, no sirve de mucho nuestra ayuda. Porque nuestro corazón no está alegrándose de poder servir de esa forma a nuestros padres. Lo mismo ocurre con el servicio a Dios. Si vamos a la reunión o venimos a la escuelita dominical solo porque nuestros papás nos traen, pero en nosotros no hay alegría al venir, hay pereza, hay flojera, estamos toda la escuela dominical pensando en que hora terminará para volver a la casa a usar el celular o jugar con nuestros juguetes, entonces NO es un servicio fiel ni agradable a nuestro Dios. Recordemos a Ana la profetisa. Ella quedo viuda a los pocos años de haberse casado, y desde entonces se dedicó voluntariamente a servir en el templo de Dios. Lucas 2 versículo 37 “…y (Ana) era viuda hacía ochenta y cuatro años; y no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones.” Luego en los versículos siguientes

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